Actor de 'Mentiras pasajeras'

Hugo Silva: "Nos estamos acostumbrando a convivir con la mentira"

'Mentiras pasajeras': mujeres (y hombres) al borde del ataque de nervios por no decir la verdad

Elena Anaya: "Me parece un privilegio hacerme mayor, vivir, despertarme cada día..."

Elena Rivera: "Este final de 'Cuéntame' es un regalo para los seguidores de la serie"

Hugo Silva, actor de 'Mentiras pasajeras' (SkyShowtime)

Hugo Silva, actor de 'Mentiras pasajeras' (SkyShowtime) / David Castro

Inés Álvarez

Inés Álvarez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hugo Silva (Madrid, 1977) es uno de los rostros más populares de nuestro panorama actoral. Y no solo porque ha dado vida a Pacino en la serie 'El Ministerio del Tiempo', que se ve hasta en colegios e institutos, sino porque no para. Su último trabajo es en la serie de El Deseo, productora de los hermanos Almodóvar, 'Mentiras pasajeras', en la que da vida a Basilio, un atractivo escritor, brillante y amante de su familia, que se ve obligado a mentirles. Aunque no tanto como su pareja, Lucía (Elena Anaya). No hace mucho estrenaba 'Pollos sin cabeza' (HBO Max) y anteriormente le habíamos visto en 'Top Boy' (Netflix) y 'La cocinera de Castañar' (Netflix). Eso sin contar sus películas, como 'Desmontando a Lucía', que acaba de rodar y verá la luz en 2024. Que no quede un año sin un título que nos regale su presencia.

Ya había sido un 'chico Almodóvar', pues había participado en una película dirigida por Pedro con un título similar al de esta serie, ‘Los amantes pasajeros’. ¿Cuando le propusieron 'Mentiras pasajeras', pensó que no podía decir que no, aunque este solo fuera el productor?

Realmente la llamada me la hizo Esther García. Y ya simplemente ver su nombre en el móvil me dio muy buen rollo. Me dijo que era una serie protagonizada por Elena Anaya y dirigida por Félix Sabroso y me encantó el proyecto. Y cuando vino el guion, me entusiasmó.

"Basilio toma dos decisiones: mentir en casa, que es errónea, y salir a la calle a buscar inspiración"

Basilio, su personaje, es un tipo que lo tiene todo. Incluso algo que es el sueño de todo artista: tiempo para poder crear. Ese es el regalo que le ha hecho su pareja, que tras su ascenso se encargará de la economía familiar. Todo era perfecto. ¿Qué podia salir mal?

Todo era perfecto, sí. Pero, de repente, se da cuenta de que todo ese tiempo que ha estado acomodado trabajando en un programa de televisión de crítica literaria y en casa, sin escribir ni inventarse una historia, ahora le viene en contra. Porque está totalmente desconectado de lo que es la vida actual y con un estilo literario que ya pasó de moda. Y la cosa empieza a ir mal, pues de la editoral le dicen que no funciona lo que está escribiendo y toma dos decisiones. Por un lado, mentir en casa, que es bastante errónea, y la otra, salir a la calle a buscar inspiración, que propicia situaciones muy divertidas. 

Todo el mundo miente en esta serie. ¿Basilio lo hace por no preocupar a su familia o por cobardía? Por no reconocer que las cosas no van como tendrían que ir. 

Hay una mezcla de todo, pero, sobre todo y, lo más grave, es por no reconocer el problema, por no decirse a sí mismo que ha fracasado como artista. 

¿Qué le ha atrapado de esta historia: la crítica que hace de las apariencias, de no aceptarse uno como es?

Lo que más me gusta es que se hace comedia con un síntoma social muy relevante. Y es que a mi entender, y creo que lo refleja bastante bien la serie, estamos en una dinámica en la que es muy importante la apariencia. Y lo es tanto que realmente estamos empezando a acostumbrarnos a convivir con la mentira como si fuera una herramienta totalmente aceptada.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, las redes sociales, donde siempre estamos dando una versión de lo mejor de nosotros. Y lo más peligroso de todo esto es que aceptamos esta forma de relacionarnos totalmente y bidireccionalmente. Aceptamos tener que mentir sobre cómo estamos y las cosas que hacemos y quiénes somos. Y aceptamos la mentira cuando la vemos en los demás. Y esta es una inercia social que sobre todo me parece peligrosa cuando entra en casa.

Que es lo que pasa en la serie.

Cuando en una casa o en una convivencia más privada empiezas a hacer lo mismo que en las redes sociales, o sea, dar tu mejor versión, decir que no tienes ningún problema, que estás bien, que puedes con todo, que todo es positivo, que eres una persona con éxito, bella, encantadora... Es ahí cuando pierdes tu refugio y se empieza a complicar todo. Todo esto puede parecer muy dramático, pero en la serie está contado con una comedia muy ácida, muy limpia, muy elegante y creo que es muy interesante. El público se reirá mucho, pero se va a ver reflejado o va a ver reflejado a gente que conoce.

"Me hace hasta gracia descubrirme a mí mismo como un ‘boomer', diciendo y haciendo cosas como tal’"

Hay un momento muy duro para Basilio: sus hijo le dice que ya no es el que era de joven. Eso es algo difícil de encajar para cualquier hombre que ha rebasado los 40. ¿Le dolería que un día sus hijos le dijeran eso, que es un pureta? Aunque usted no haya perdido esa imagen de roquerillo, tan juvenil. 

Sí que siento cierta distancia inevitable con algunas cosas de las modas más juveniles. Pero es normal. Me hace hasta gracia descubrirme a mí mismo como un ‘boomer’, diciendo o haciendo cosas como tal. Me río mucho de eso. De hecho, tengo dos hijos que tienen 14 años y me devuelven esa imagen sin decírmelo. No me tratan mal para nada, pero hablando con ellos de repente me doy cuenta y pienso: ¡Dios mío, cómo pasa el tiempo! Pero, sinceramente, no tengo problema en aceptarlo. A mí me hace mucha gracia. Yo creo que mi personaje lo lleva mucho peor que yo. 

¿Quiere eso decir que no mira alguna vez para atrás y echa de menos aquella época en la que tenía un grupo de música? 

Pues la verdad que no. Lo recuerdo de vez en cuando, pero es que ya no tengo tanta energía. 

La energía la emplea en la interpretación. No se puede quejar. Uno mira su filmografía y no hay año en el que no haya participado en una serie o película. No obstante, ¿le ha quedado como asignatura pendiente una temporada más de ‘El Ministerio del Tiempo’? 

Sí, realmente me siento un privilegiado. Y en cuanto a ‘El Ministerio del Tiempo’, creo que debería ser una serie que estuviera siempre. Pero ya no es una cuestión de que esté yo. Es más, yo creo que debería refrescarse y cambiar la patrulla e incluso personajes que ya hemos estado. Es una serie que, además, se ve en colegios e institutos, y de la que yo era fan antes de entrar a trabajar en ella. Debería seguir por el bien común. 

¿Y lo de volver a ser en un futuro un ‘chico Almodóvar’? 

Eso es un sueño que siempre está ahí. 

Para no romper ese ritmo tan óptimo de su filmografía, tendrá algún proyecto más entre manos. 

Acabo de rodar una película que se titula ‘Desmontando a Lucía’, la primera de Andrés Utrera. Estoy feliz y con cositas todavía por estrenar.