Una producción de los Almodóvar

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Mentiras pasajeras

Mentiras pasajeras / Skyshowtime

Inés Álvarez

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Lucía (Elena Anaya) tiene una vida perfecta. En el plano profesional la acaban de ascender a directora general, y en el personal, tiene un marido encantador (Hugo Silva), y los hijos de él la adoran. El broche lo pondrá la boda que preparan y la fecundación in vitro que les hará compartir paternidad. ¿Qué puede ir mal? Pues que a ella la acusan de espionaje industrial. Y la despiden. Decidida a demostrar su inocencia, ocultará a su entorno la nueva situación. Y una mentira llevará a otra. Y pasará de ser perfeccionista y controladora a impulsiva y temeraria.

Estos son los mimbres con los que se teje la primera serie en ‘streaming’ de los hermanos Almodóvar, Pedro y Agustín, con su productora El Deseo, que comparte un título que recuerda a ‘Amantes pasajeros’, una imagen promocional con una estética más propia de ‘Mujeres al ataque de nervios’ y una 'intro' muy a lo ‘La piel que habito’, pero que en realidad se trata de una comedia menos disparatada que aquellas que tenían el sello Almodóvar. Porque el creador de 'Mentiras pasajeras' (SkyShowtime) no es él (su hermano y él, además de Esther García, son los productores ejecutivos), sino Nerea Castro y Blanca Andrés Gómez, y Félix Sabroso y Marta Font, los directores.

"Como tenía una experiencia anterior con la película 'Descongélate' y con la serie 'Mujeres', que volviera a contar conmigo El Deseo me llenó de ilusión. Pero es que además cuando me encontré con las propuestas de 'casting' que tenían y la temática de la serie y los guiones, me apeteció mucho defenderla y darle mi impronta", confiesa el también guionista de 'La que se avecina' y 'Veneno'.

Un mundo de apariencias

Y es que aunque las situaciones de enredo abundan, subyace una crítica a la importancia que cobran las apariencias, al culto a la mentira de esta sociedad que mide su felicidad en base a  tener cochazos, zapatos de firma de lujo... y los pinchazos de bótox que recibe.

Porque Lucía es doctora de medicina estética y es esa la condición que aprovechará para ganar un dinero que permite sustentar la economía familiar y permitir regalarle a su marido, Basilio (Hugo Silva), un escritor que tuvo mucho éxito, tiempo para seguir creando. Y que oculta a su mujer su falta de inspiración. Más mentiras.

Se lanzan al proceloso mar de los embustes la mejor amiga de  Lucía, Maite (Pilar Castro), una cirujana plástica que no dudará en ayudarla a demostrar su inocencia desenterrando sus armas de seducción (que así, las tenía, desenterradas) para seducir a Santi (Quim Gutiérrez), un ejecutivo que oculta su falta de autoestima bajo una apariencia de macho alfa, a quien Lucía ve como el traidor que le puso la trampa para quedarse con su puesto y no parará hasta desenmascararlo. "De Lucía me gustó que es un personaje femenino fuerte, capaz de tomar decisiones sobre sí misma y que es capaz de mentir a una familia entera por protección. También por protección a sí misma, para que no la puedan juzgar", cuenta a EL PERIÓDICO la actriz que protagonizó la película de Almodóvar 'La piel que habito'.

Otros personajes que tendrán su peso en las tramas son Patri (María Botto), la ex de Basilio, una mujer bohemia y libre que no supo cuidar a sus hijos pero ahora quiere ir recuperando su cariño, y que mantiene con él una cierta tensión sexual y Carmen (Susi Sánchez), la madre de Basilio, una mujer elegante que da su opinión sin que se la pidan y que intenta poner un poco de cordura en la familia, que poco a poco va perdiendo aquella estabilidad (quizá aparente) de la que hacían gala. También se contará con la colaboración especial de María León, Pedro Casablanc y Estefanía de los Santos.

"Lo que más me gusta de esta historia,", apunta SIlva, "es, sobre todo, que se hace comedia de un síntoma social, ya que estamos en una dinámica social en la que es tan importante la apariencia, que estamos empezando a convivir con la mentira como si fuera una herramienta totalmente aceptada". Y pone como ejemplo la imagen siempre positiva que se quiere dar en las redes sociales. No obstante el mayor peligro viene cuando esto se lleva a casa, que es lo que ocurre en 'Mentiras pasajeras'. "Todo esto puede parecer muy dramático, pero en la serie está contado como una comedia ácida y elegante", aclara. Y advierte: "Yo creo que el público se va a reír mucho, pero luego va a pensar y verse reflejado o ver reflejada a gente que conoce". Esa sí que es una gran verdad.