Desinformación y violencia en Internet

¿Quién está detrás de QAnon? Viaje a las cloacas de la paranoia trumpista

La docuserie de HBO ‘Q: En el ojo del huracán’ trata de desvelar el autor de la teoría de la conspiración que se ha incrustado en el conservadurismo de Estados Unidos

USA5294  PHOENIX (AZ  EEUU)  05 11 2020 -  Yellowstone Wolf   como se hace llamar este miembro del movimiento QAnon en las redes sociales  habla disfrazado y con una pancarta que dice  Q me envio   hoy  en Phoeniz  Arizona (EEUU)  La ventaja del aspirante democrata a la Casa Blanca  Joe Biden  respecto al presidente Donald Trump continuo disminuyendo este jueves en uno de los estados clave de Estados Unidos  Arizona  donde todavia faltan unos 280 00 votos por contar  informaron autoridades locales  aunque el progresista podria ganar las elecciones sin vencer en ese territorio  EFE  Alex Segura

USA5294 PHOENIX (AZ EEUU) 05 11 2020 - Yellowstone Wolf como se hace llamar este miembro del movimiento QAnon en las redes sociales habla disfrazado y con una pancarta que dice Q me envio hoy en Phoeniz Arizona (EEUU) La ventaja del aspirante democrata a la Casa Blanca Joe Biden respecto al presidente Donald Trump continuo disminuyendo este jueves en uno de los estados clave de Estados Unidos Arizona donde todavia faltan unos 280 00 votos por contar informaron autoridades locales aunque el progresista podria ganar las elecciones sin vencer en ese territorio EFE Alex Segura / Álex Segura (EFE)

Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

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El mundo en el que vives está controlado por una secta que se dedica a traficar con niños para violarlos y sacrificarlos en rituales satánicos. Un complot secreto donde los hilos los mueve la élite política, económica y mediática progresista de Estados Unidos, desde Hillary Clinton a Tom Hanks o Bill Gates. Un Estado profundo cuya única salvación mesiánica es Donald Trump.

En los últimos tres años, esta delirante teoría de la conspiración conocida como QAnon -posiblemente la mayor de la era de internet- ha pasado de ser un relato marginal a ser amplificada por el expresidente estadounidense hasta incrustarse en una creciente parte del conservadurismo del país y ser clasificada por el FBI como una potencial amenaza terrorista. Cuando el pasado 6 de enero cientos de manifestantes trumpistas asaltaron violentamente el Capitolio para tratar de evitar la certificación de la victoria presidencial de Joe Biden, muchos lo hicieron convencidos de estar librando una batalla contra una sociedad secreta.

Aunque las cloacas de internet llevaban años alimentando todo tipo de delirios misóginos y antisemitas, en octubre de 2017 un usuario anónimo conocido como Q publicó en el portal 4chan -conocido por la publicación de mensajes de odio, pornografía y memes extremistas- el primero de sus más de 4.000 crípticos mensajes en los que vaticinaba la "tormenta", un supuesto plan de Trump para detener a Clinton, políticos demócratas y periodistas para frenar esa confabulación "satánica". Q se vendía como un supuesto alto cargo secreto del Gobierno con acceso a información confidencial y sus seguidores no tardaron en adorarlo como un profeta.

¿Quién es Q?

Desde su nacimiento, la especulación sobre quién está detrás de QAnon ha sido una constante entre fieles e investigadores, generando un feroz debate similar al creado por el artista Banksy. Ese es el gran misterio al que intenta responder ‘Q: En el ojo del huracán’, la nueva serie documental de HBO.

Para ello, el documentalista Cullen Hoback se sumergió durante tres años en la laberíntica madriguera digital que ha albergado la paranoia trumpista, viajando por Estados Unidos, Filipinas y Japón para conocer de cerca a Jim y Ron Watkins y a Frederick Brennan, responsables de 8chan (ahora 8kun), el foro que desde 2018 hospedó abiertamente a Q cuando las violentas consecuencias de QAnon -atentados supremacistas como el de Christchurch, en el que se asesinó a 51 personas- llevaron a 4chan a prohibir el tema.

En seis episodios, la docuserie -producida por Adam McKay, también productor de ‘Succession' y mente detrás de ‘El vicio del poder’ y ‘La gran apuesta’- disecciona los orígenes de la conspiración y su impacto político y social, hablando con expertos que han analizado el fenómeno, así como con QTubers, los seguidores de QAnon que se han convertido en pseudocelebridades de las redes sociales que viven de predicar esas ideas a millones de adeptos a la causa.

Crítica dividida

Como otras docuseries, ‘Q: En el ojo del huracán’ peca de un exceso de metraje que hace que en algunas partes, como la extensa guerra interna en 8chan entre los Watkins y Brennan, puedan hacerse repetitivas. Varios críticos han lamentado que la docuserie dé voz a esos personajes así como a creyentes en QAnon, lo que temen que sirva como altavoz de esa campaña de desinformación extremista.

Aunque es cierto que Hoback no habla con víctimas del delirio y que en algunos puntos el relato se embarra, su persistente implicación en documentar las mentes excéntricas detrás de 8chan/8kun da una perspectiva inédita y muy interesante sobre el portal. Sin embargo, esa perspectiva puede ser más provechosa para investigadores de QAnon que para el espectador medio.

Finalmente, ‘Q: En el ojo del huracán’ sugiere (sin evidencias) que detrás de Q estaría Ron Watkins, el histórico administrador de 8chan/8kun conocido como Codemonkey, pero no da respuestas a muchos de los otros interrogantes que alimentan el mito de esa conspiración. Estudiosos del fenómeno señalan que detrás de Q habría probablemente un colectivo coordinado de personas, entre las que se han barajado expertos de la guerra psicológica y el troleo como el exconsejero de Seguridad Nacional Michael Flynn, el gurú ultraderechista Steve Bannon o el asesor político conservador Roger Stone.

La derrota presidencial de Trump evidenció las falsas profecías de QAnon y fracturó internamente el movimiento, pero este sigue vivo mutando hacia nuevas conspiraciones sobre el coronavirus, Joe Biden y otros elementos de la actualidad. Q no ha dicho nada desde el 8 de diciembre pasado, pero sus ideas siguen vivas. Importe más o menos su autoría, el fenómeno evidencia el potencial de internet para verter los más tóxico de sus cloacas a nuestras calles.