PSICOLOGÍA

Reinventarse: cómo cambiar de rumbo más fácilmente

Los momentos de crisis nos hacen plantearnos si hemos escogido el camino correcto

Hombre ante una encrucijada

Hombre ante una encrucijada / periodico

Ángel Rull

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Cuando tenemos que escoger a que dedicaremos el resto de nuestra vida, parece que lo hagamos desde la premisa de que esa elección es irrefutable. Aun así, la decisión no siempre está realmente meditada. Podemos tomar un rumbo que era el que se esperaba de nosotros, algo que era más cómodo o que se encontraba dentro de nuestra zona de seguridad. Hay que sumarle, que estas decisiones suelen hacerse en etapas de nuestra vida relativamente tempranas, donde nos falta mucha madurez. Pero el camino que escogemos no siempre es el que verdaderamente nos genera felicidad. Podemos tener una seguridad económica y una estabilidad, pero estamos insatisfechos y vacíos. En algunos casos, ni siquiera se trata de una verdadera insatisfacción, sino que lo que estábamos haciendo ha dejado de funcionar y tenemos que cambiar el rumbo. Tanto en un caso como en el otro, cuando damos el paso, debemos reinventarnos.

Salir del camino establecido o del camino seguro genera multitud de miedos e incertidumbre. Son reacciones normales, que pueden parecer indicarnos que no lo hagamos porque nos vamos a equivocar. Solemos malinterpretar ese miedo con pronósticos de fracaso. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esa emoción es solo una señal de alarma que nos está tratando de decir que, ante la amenaza, debemos generar herramientas y límites de seguridad y control. No es una catástrofe que anticipamos sino un indicador para que tengamos mejores herramientas.

Cuando nos atrevemos a dar el paso y buscamos reinventarnos, tanto dentro de nuestra misma profesión como en otra totalmente diferente, siempre hay que saber que el camino no es fácil, pero que eso no implica que no pueda disfrutarse. Todo puede llegar a ser más fácil de lo que ahora nos parece si seguimos los pasos adecuados.

Otro camino

Si decidimos escoger un camino diferente al que estábamos llevando, tanto si es deliberado como si nos obligan las circunstancias, tenemos miedo y una sensación constante de que vamos a fracasar, aunque hay pequeños trazos de ilusión también. Mezclar todo eso es normal y necesario. Sin miedo somos temerarios y sin ilusión carecemos de motivación. Equilibrarlo todo puede parecernos complicado y no sabemos por dónde empezar. Lo que sí tenemos claro, es que ha llegado el momento de reinventarse.

Si hemos tomado la decisión de cambiar el rumbo profesional, hay varios pasos que debemos lograr. No es un cambio fácil ni rápido, pero sí en el que podremos disfrutar y alcanzar una mayor satisfacción. Esto es lo que debemos gestionar:

1. Me conozco mejor

Parto de alinear mis valores reales, no los impuestos socialmente, con mis emociones y mis fortalezas. Es el punto de autodescubrimiento.

2. Conozco el entorno

Analizo el ámbito hacia el que me voy a mover, qué requisitos son necesarios o las relaciones que voy a necesitar. Empiezo a crear también una red de contactos, para nutrirnos en el aprendizaje.

3. Mejoro yo

Siempre desde la propia aceptación de lo que yo soy, busco nuevas herramientas que sumar a mi repertorio, habilidades sociales, fortalezas o nuevos conocimientos.

4. Genero un plan

Este paso, que podría ser el que muchas personas colocarían en primer lugar, siempre tiene que ir al final. Trabajamos con nosotros mismos, conocemos el entorno y crecemos antes de generar cualquier plan. Si lo hacemos al revés, nada fluirá y habrá errores y fracasos constantemente.

Reinventarse profesionalmente es una tarea a la que cada vez más personas se están enfrentando. Actualmente ninguna profesión es completamente inmutable y las circunstancias nos empujan a salir siempre de nuestra zona de confort. Esa zona a la que llegamos es la de aprendizaje y puede traernos grandes momentos de felicidad. Pero siempre hay que tener un buen plan.

Ángel Rull, psicólogo.