SANT MARTÍ

Plantas contra el autismo

Un huerto urbano en el Poblenou fomenta la inclusión social de niños y jóvenes con TEA

Un menor observa el huerto urbano que la asociación Aprenem ha abierto en el barrio del Poblenou, el día de su inauguración, el 1 de noviembre.

Un menor observa el huerto urbano que la asociación Aprenem ha abierto en el barrio del Poblenou, el día de su inauguración, el 1 de noviembre.

BEATRIZ PÉREZ

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Ayudar a niños y jóvenes con autismo a través del aprendizaje en contextos naturales y comunitarios. Ese es el propósito del huerto urbano que posee en Doctor Trueta, 200 (Poblenou) la asociación Aprenem, nacida hace 10 años y dedicada a la inclusión de personas con trastornos del espectro autista (TEA).

Este nuevo espacio de Aprenem ha sido cedido por el ayuntamiento en el marco del Pla Buits. A través de este programa municipal, el consistorio cede terrenos en desuso para que se puedan desarrollar en él proyectos sociales, autosuficientes y sostenibles. "Cuando se abrió la convocatoria del Pla Buits nos pareció que apuntarnos era una forma de relacionarnos con el barrio", señala Lidia García, directora de Aprenem, quien añade que "ya hay algún vecino que ha venido a colaborar" con ellos en el nuevo espacio.

"Este huerto urbano está pensado para adolescentes. Y, antes de la plantación propiamente dicha, hay todo un trabajo de conocimiento de las herramientas", cuenta García. Según ella, esta actividad mejora las habilidades sociales de los jóvenes con trastornos del espectro autista.

"No es un tema de jardinería, sino de compartir una actividad y un espacio, y mejorar así en el ámbito comunicativo", añade García. Recuerda, además, que las personas con autismo "tienen problemas a la hora de fijar la atención y la jardinería puede ayudarles".

Aunque el espacio de la calle del Doctor Trueta tiene como eje el proyecto del huerto urbano, la entidad también realizará en él otras actividades de expresión cultural, deportiva, social y relacionales.

Grupos pequeños

El huerto de Aprenem funciona desde octubre, pero se inauguró el pasado 1 de noviembre. "De momento estamos trabajando con grupos muy pequeños. Viene un grupo de unas cinco personas una vez a la semana. Y ya se han puesto en contacto con nosotros otras entidades", cuenta la directora. Aprenem tiene unos 450 socios en toda Catalunya y está básicamente dirigida a madres y padres de niños con esta problemática.

Mario Armengol, padre de Pau (14 años), es miembro de la entidad. "Hace dos años que estamos en Aprenem y Pau ha mejorado sus habilidades de la vida cotidiana", dice. En opinión de Armengol, lo positivo del trabajo en el huerto urbano es que se trata de una actividad "directa" y, por tanto, los niños están "muy dirigidos en ella".

"Pau planta, ve crecer vida. Es un aliciente muy grande para él. Siempre se acuerda del día que tiene que ir al huerto". Y destaca que los chavales que participan en esta actividad se sienten "realizados".

Angustia

En la misma línea se posiciona Gemma Alcoverro, madre de Martí (12 años) y también socia de Aprenem. "Martí va muy contento al huerto, para él ha sido un cambio —cuenta—. Él, que tiene una discapacidad intelectual, se angustia cuando realiza actividades ordinarias". En el huerto es diferente, ya que está rodeado de niños con su misma problemática.

Alcoverro, psiquiatra de formación, destaca lo "fundamental" del trabajo de asociaciones como Aprenem. "A nivel público, las terapias y recursos son limitados e insuficientes", añade.