Vivir con un pitido constante

Los afectados por acúfenos reclaman un centro especializado en la sanidad pública

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Esta patología, que sufren unos 900.000 catalanes, viene acompañada de trastornos de salud mental, como ansiedad o depresión

MAS PERIODICO El curandero Gregorio Placeres asegura haber curado a más de cien niños autistas con una pesudoterapia que incluye echar gotas de orina en el oído de los chavales.

MAS PERIODICO El curandero Gregorio Placeres asegura haber curado a más de cien niños autistas con una pesudoterapia que incluye echar gotas de orina en el oído de los chavales. / El Periódico

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

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Suele ser un pitido muy agudo constante en un oído o en ambos. No siempre: a veces es un sonido grave, otras veces es parecido a un motor. Hay gente a la que le va y le viene, pero otra vive las 24 horas del día con un sonido de estas características en su cabeza. Son personas afectadas por los acúfenos o tinnitus (el término médico), que suele generar además otros trastornos como ansiedad, estrés o depresión. En Catalunya sufre acúfenos el 12% de la población, aproximadamente, esto es, unos 900.000 catalanes de todas las edades. Este 25 de abril se celebra el Día Mundial de las Personas con Acúfenos, quienes denuncian el abandono que sufren en el sistema sanitario.

"Nuestra principal reivindicación es que se cree un centro de acúfenos en la sanidad pública [países como Francia, Inglaterra o Alemania, entre otros, lo tienen], y que esté formado por un equipo de neurólogos, otorrinos, endocrinos, psicólogos y psiquiatras. Si no, vamos perdidos", señala a este diario Josep Cruanyes, vocal de la Asociación de Personas Afectadas por Tinnitus (Apat), que se creó en Barcelona en 1998. Cruanyes comenzó a sufrir acúfenos a los 60 años, hace seis. "Los primeros cuatro años era poco, pero ahora son muy fuertes. Son pitidos permanentes", cuenta. La entidad también reclama un "tratamiento global" porque esta patología no tiene un origen ni unas afectaciones únicos.

Apat también denuncia el "fraude" que sufren muchos pacientes con tinnitus. "Hay sitios donde por ejemplo te aplican unas corrientes que no hacen nada, pero te cobran muchísimo dinero", asegura. Al no haber cura para esta patología ni tampoco un centro público para tratarla, muchos afectados acuden al otorrino y salen simplemente con una receta de antidepresivos. "Hay mucha literatura sobre medicamentos que pueden empeorar los acúfenos, pero los médicos ni se lo miran", asegura.

El hecho de acudir tanto a la medicina pública como a la privada en busca de ayuda genera "desorientación, terapias contradictorias, incomprensión y aislamiento social". "Estamos luchando a pesar de nuestro estado anímico, no nos queda otra", recoge el comunicado emitido por Apat a propósito del día mundial. Tras el dolor crónico y los vértigos, el acúfeno, sostiene la asociación, es la tercera condición más invalidante.

En torno a los 60 años

Según Apat, entre un 15% y un 20% de la población de todo el mundo sufre acúfenos. "Un 5% de ellos los sufren de manera invalidante", apunta Cruanyes. Y, aunque hay gente joven que también los sufre, la incidencia suele ser mayor a partir de los 60 años. Además, las causas del desarrollo de tinnitus son "diversas".

"Hay gente que empieza a sufrir acúfenos sin saber por qué. Otra gente viene de un trauma sonoro, por ejemplo, una música muy fuerte", explica el vocal de Apat. Según un estudio reciente de Oticon (una empresa de audífonos), en España el 50% de los jóvenes de 18 a 24 años y el 43% de los que tienen entre 25 y 34 se exponen a diario a ruidos fuertes.

Hay otras personas que empiezan a sentir pitidos con una pérdida de audición. "Y hay otra teoría que dice que viene del cerebro", dice Cruanyes. Además, no todos los pacientes sufren acúfenos de la misma manera: unos los tienen en el oído; otros, diseminados por todo el cerebro.

El tinnitus no tiene cura. A las personas que los tienen por una disfunción temporomandibular a menudo las puede ayudar un fisioterapeuta. Pero las demás están sin solución. Tampoco hay tratamientos que eliminen los acúfenos. "Algunos pueden bajarlos un poco, pero en sí mismo no hay remedio", cuenta Cruanyes.

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