En Girona

El hospital Trueta usa la musicoterapia en niños con enfermedades crónicas

El centro lanza una prueba piloto en menores de alta complejidad o que están en paliativos: "Es una de las técnicas no farmacológicas más estudiadas", señalan los médicos

L'Alejandro aguanta dues baquetes durant una sessió de musicoteràpia dins de la prova pilot que fa el Trueta amb infants que tenen malalties cròniques complexes amb alta fragilitat

L'Alejandro aguanta dues baquetes durant una sessió de musicoteràpia dins de la prova pilot que fa el Trueta amb infants que tenen malalties cròniques complexes amb alta fragilitat / ACN

ACN

ACN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Hospital Doctor Trueta de Girona ha estrenado una prueba piloto para realizar musicoterapia con familias que tienen hijos con enfermedades crónicas complejas de alta fragilidad. De momento, los profesionales sanitarios han escogido a cuatro niños de la región sanitaria de Girona para experimentar los beneficios que tiene este tipo de terapia. Un musicoterapeuta visita a las familias escogidas en casa y empieza a tocar instrumentos buscando que estas interaccionen con él. El objetivo es tratar las emociones y mejorar su bienestar. Además, también se trabaja la integración entre los niños y niñas con la enfermedad, los hermanos y padres en la terapia a través de la interacción musical. El proyecto forma parte del ciclo Sinérgico, impulsado por la Diputació de Girona. Por el momento, tendrá una duración de un año.

Alejandro tiene casi tres años y sufre una enfermedad minoritaria. Debido a problemas cardíacos vinculados a la enfermedad estuvo todo un año ingresado en la uci de Vall d'Hebron y al fin recibió un trasplante de corazón. Sufre inmunosupresión y ha padecido varias infecciones a raíz de la operación. Esto hace que sea un niño muy vulnerable y desde el hospital Trueta priorizan realizar un seguimiento a domicilio. La finalidad es ofrecer una mayor comodidad a la familia, pero también para el niño, ya que se encuentra en su hábitat. Él es uno de los cuatro niños seleccionados en la prueba piloto que ha puesto en marcha el hospital para experimentar con la musicoterapia.

Desde este enero y cada dos semanas lo visita Xevi Compte, un musicoterapeuta. Xevi llega cargado de instrumentos para hacer jugar a través de la música a Alejandro. Antes de empezar los profesionales sanitarios realizan una breve visita para comprobar el estado del niño. Después, es el turno del musicoterapeuta que nada más llegar ya monta el piano. Y cuando suena la música, Alejandro abre los ojos de par en par y expresa la alegría que le produce oír esa música.

Pocos minutos después, él mismo se anima a tocar alguna tecla, mientras Xevi intenta atar la melodía con las interacciones del niño. El musicoterapeuta asegura que este es uno de los objetivos del tratamiento musical, "buscar el bienestar del paciente, pero también de todas las personas que viven con él".

"No es necesario saber música"

Para ello, Compte insiste en que "no hace falta saber música", sino que él debe crear "el marco musical adecuado" para que todo el mundo pueda participar de alguna forma. Si no está con el piano, está tocando campanas, un xilófono o algún otro instrumento de percusión.

Por eso el terapeuta explica que él hace "que pasen cosas" en las casas y cuando las familias responden a estos impulsos musicales, propone "cosas nuevas" para conseguir nuevas reacciones. A partir de ahí, se trabajan emociones como "la alegría o la paz interior". De todas formas, esta terapia está consensuada con el equipo de profesionales sanitarios que forman el equipo de soporte de cronicidad compleja y atención paliativa pediátrica de Girona.

Mireia Crehuet es la coordinadora de este equipo que atiende a 75 familias de toda la región sanitaria de Girona. La médica explica que propusieron la idea de aplicar musicoterapia a las familias que tienen hijos con enfermedades crónicas complejas con alta fragilidad o que reciben tratamientos paliativos para medir sus beneficios. Durante un año harán esta prueba piloto con el objetivo de extenderla a más familias en un futuro.

Integración de las familias

Crehuet recuerda que este equipo de apoyo busca dar "una atención integral" a las familias y por eso apostaron por experimentar con "una de las técnicas no farmacológicas más estudiadas" como la musicoterapia. Este tipo de tratamiento permite "deshospitalizar" a las familias para "ofrecerles una vida lo más parecida posible a la de cualquier niño". Además, permite "integrar" a otros miembros de la familia, como hermanos, que a veces no saben cómo comunicarse con el paciente. Dado que la música es una comunicación no-verbal, les permite conseguirlo más fácilmente.

La enfermera de este equipo, Claudia Ausió, detalla que la selección de las cuatro familias que forman parte del proyecto no ha sido "aleatoria". En este sentido, los profesionales han buscado "pacientes de diferentes edades, familias de diferentes culturas y niños con diferentes patologías" con el objetivo de conseguir un grupo lo máximo de heterogéneo posible.

A partir de ahí, el equipo incorporó una psicóloga que ayuda a realizar una valoración cualitativa de la terapia. Ha hecho entrevistas antes de empezar el tratamiento, las está haciendo ahora y las hará después. A partir de estas entrevistas, Mireia Crehuet cree que podrán "medir mejor el impacto" de la musicoterapia en los niños y las familias.

"Es un pasada"

El padre de Alejando, César Calfa, explica todas las emociones que despierta su hijo cuando llega Xevi con su retahíla de instrumentos. "Es un amante de la música desde pequeño", explica, "y la conexión que han tenido con Xevi es brutal". Los padres de Alejandro se muestran muy satisfechos con esta terapia y aseguran que "es una pasada" ver cómo se emociona el niño cuando oye la música e interacciona con ella. Por eso Calfa desea que la musicoterapia "extienda" en otras familias y ámbitos sanitarios "lo más rápido" posible.