Ciberdelincuencia

El gran apagón del Clínic: ¿cómo se trabaja en un hospital sin internet?

Los ciberpiratas exigen al Hospital Clínic 4,5 millones de dólares a cambio de no divulgar datos

La investigación del ciberataque apunta al robo de ensayos del Clínic

El ciberataque contra el Hospital Clínic usa una técnica "novedosa" y viene de fuera de España

¿Quiénes son RansomHouse, los responsables del ciberataque al Hospital Clínic?

Estos son los CAP de Barcelona afectados por el ciberataque al Hospital Clínic

Cuatro médicos del centro explican que el ciberataque les ha obligado a volver a prácticas de hace 20 años

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A finales de 2021, la idea de un "gran apagón", difundida por medios de comunicación, partidos ultras y redes sociales, hizo correr la histeria por Europa. Fue siempre una hipótesis y no una opción real: que se interrumpieran, de manera generalizada y durante un lapso de tiempo, todos los servicios de electricidad, incluido internet.

Algo parecido ha sufrido el Hospital Clínic de Barcelona esta semana: un gran apagón (un 'blackout') de su sistema informático debido al ciberataque perpetrado por la empresa de cibercrimen Ransom House, que ha chantajeado al Govern con publicar los datos del hospital o venderlos a terceros si no le paga 4,5 millones de dólares. Entre estos datos se encuentran investigaciones sobre cáncer y enfermedades autoinmunes, campos en los que el Clínic es puntero.

Además de desprogramar mucha de su actividad (en concreto, más de 4.000 analíticas ambulatorias, más de 300 intervenciones y más de 11.000 consultas expertas), durante toda esta semana el hospital no ha podido acceder a internet, y sigue sin poder hacerlo este viernes. El Clínic tampoco puede utilizar los correos electrónicos ni entrar en su base de datos. Los profesionales se ven obligados a trabajar manualmente, con papel y bolígrafo. El hospital espera volver a la normalidad "el lunes o martes", según su director médico, Antoni Castells.

"Es como volver a hace 20 años", certifica uno de sus cirujanos, un médico que vivió aquella transición del papel a lo digital. "Trabajamos como podemos. No tenemos acceso al sistema informático ni a la historia de los pacientes, así que hemos vuelto a hacer todo eso que se hacía hace años y que se había ido informatizando", señala este cirujano.

Se refiere al uso de los papeles físicos en que los médicos registraban todo, como por ejemplo, quién pedía una prueba y para qué. "Por suerte el hospital mantenía estos papeles que se usaban hace años", señala. Dentro del quirófano, sin embargo, no ha cambiado demasiado la dinámica. "Es donde menos lo hemos notado porque este es un trabajo más de equipo humano y menos de conexión de sistemas", responde. Aun así, lograr acceder a las historias de los pacientes permitió operar con seguridad.

En los hospitales de hoy en día, la prescripción de medicamentos es digital. El ciberataque ha obligado a hacerla en papel. Además, también los tratamientos están informatizados: el sistema permite controlar las dosis automáticamente, algo imposible estos días. "Tenemos muchas herramientas de cálculo [de los tratamientos] según la función renal o hepática del paciente, del peso y la altura... Hace años utilizábamos una especie de calculadora. Y estos días hemos vuelto a hacerlo con la ayuda de calculadoras y apuntándolo a mano", cuenta este médico, que no obstante cree que esta situación ha hecho renacer el "espíritu de la pandemia" de los sanitarios. "Estamos haciendo muchísimos esfuerzos para que esto tenga el mínimo impacto en los pacientes".

Un ordenador para 20 oncólogos

A quienes más por sorpresa ha cogido este 'blackout' es a los médicos más jóvenes y, en concreto, a los MIR: esa generación que nació y se crió inmersa en internet. "Los séniors nos dicen que esto es como volver a cuando eran jóvenes", comenta una residente de oncología.

"Como toda la información está recogida en internet, el lunes teníamos toda una lista de pacientes que se visitaban ese día, pero no sabíamos qué tenía cada uno. No sabíamos qué tratamiento tenía y, por no saber, no sabíamos ni dónde estaba el tumor", reconoce esta oncóloga. La situación fue mejorando poco a poco, porque el hospital instaló una serie de "ordenadores limpios" (unos 200 para todo el centro) que permiten acceder a la base de datos de pacientes.

El hospital ha puesto a disposición de su plantilla unos 200 ordenadores "limpios" que deben compartir

Eso sí, los tienen que compartir. "Nosotros tenemos un ordenador para 20 o 30 oncólogos", señala. Los médicos visitan al paciente y lo van anotando todo en un papel o en un documento word. "Uno de los principales problemas es que nuestros pacientes siempre necesitan analíticas. Como ahora tenemos que hacer una solicitud en papel, la analítica que antes tardaba tres horas ahora tarda un día y medio o dos", señala esta oncóloga.

"Todo requiere más tiempo"

"Es todo muy agotador. Todo requiere mucho más tiempo y más investigación de cada paciente. Como no tenemos ni idea de su historia clínica, tenemos que consultar la historia clínica compartida [no es el historial propio del hospital, sino el compartido con la Conselleria de Salut, el cual posee mucha menos información]", certifica otra médica de urgencias. "En el mundo médico el papel ha resistido mucho. Pero cuando ocurre algo así te das cuenta de que dependemos totalmente de la tecnología", cuenta.

Las extracciones sanguíneas fueron canceladas por seguridad: no se podían etiquetar las muestras, ni seguir su trazabilidad

Otro de los grandes problemas de esta semana en el Clínic es que se ha generado mucha información fuera del sistema. "Generamos documentos en ordenadores no conectados a la red, en portátiles del propio médicos, que hemos ido guardando en pdf para después almacenarlos cuando vuelva la normalidad", explica un ginecólogo.

Ha habido cosas "muy difíciles" de hacer, como las extracciones sanguíneas. "No se puede etiquetar toda esa sangre, ni hacer la trazabilidad de las muestras... Y, si no hay seguridad en el control, es mejor parar y derivar a otros centros, como hemos hecho", cuenta.

Sin embargo, el CEO de Advances in Surgery Channel (AIS Channel), Rod Menchaca, asegura sentir "esperanza" al ver que, en menos de 24 horas tras el ataque, el Clínic fue capaz de activar sus servicios más básicos "gracias al trabajo espontáneo de un equipo humano sin fisuras", entre el que hay talento "de la vieja escuela", así como profesionales de la "nueva era".

Suscríbete para seguir leyendo