Salud Mental

Hasta 3 meses para acceder a una unidad de trastorno alimentario para adolescentes en Catalunya

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"El sistema sanitario no está preparado, las cifras son muy alarmantes entre niñas y jóvenes", afirman desde la Associació Contra l'Anorèxia i la Bulímia

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imagenesnoreste Fotos 1 113808622 / DANNY CAMINAL

Beatriz Pérez

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Los menores de edad que necesiten acceder a una unidad especializada en trastorno de la conducta alimentaria (TCA) del sistema público de Catalunya deberán esperar entre uno y tres meses, a veces incluso más. Son cifras aportadas por la Associació Contra l'Anorèxia i la Bulímia (Acab) y el Hospital Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat), que atiende a la población infanto-juvenil.

La pandemia ha traído consigo un aumento de los trastornos de salud mental. Los TCA (anorexia, bulimia y atracones) a menudo son la manera en que muchas personas (sobre todo mujeres jóvenes) expresan un malestar o dolor emocional, al igual que las autolesiones o los intentos de suicidio. "Desde la pandemia ha habido un aumento de casos. Ahora mismo parece que hemos llegado a un punto en que la cosa no empeora, pero aun así las cifras son muy alarmantes, sobre todo en la franja infanto-juvenil", apunta Sara Bujalance, directora de ACAB. "El sistema sanitario no está preparado", afirma.

Datos. La prevalencia de los TCA se dobló del 2000 al 2020, al pasar del 3,5% al 8% de casos. En este lapso, el covid-19 disparó la incidencia. "En nuestra unidad, con el virus aumentó el 33% la hospitalización parcial [en el centro de día], el 50% las primeras visitas urgentes y hasta el 68% los ingresos en hospitalización total", señala el psicólogo Eduardo Serrano, jefe de la unidad de TCA de Sant Joan de Déu.

Los centros de salud mental para jóvenes y adultos acostumbran a estar tan saturados, que además de "agravarse" el trastorno, se "cronifica"

Unidades como las de este hospital tratan a los pacientes más graves. Los leves acuden a un centro de salud mental infanto-juvenil (CSMIJ), si son menores, o a un centro de salud mental para adultos (CSMA) si tienen más de 18 años. Pero estos servicios públicos a menudo están tan saturados que ofrecen solo una visita al mes al paciente, lo que, además de "agravar" el trastorno, "aumenta el riesgo de cronificación", en palabras de Bujalance. Acostumbran a dar cita a los "dos, tres o cuatro meses". Por eso muchas familias optan por la sanidad privada.

La salvación del seguro escolar

El Ministerio de Trabajo financia un seguro escolar a los jóvenes de entre 14 y 28 años que estén estudiando y no trabajando. Cubre hasta dos años del 80% del tratamiento por un TCA en un centro privado. "Los centros privados, a través del seguro escolar, están atendiendo a muchas familias que huyen a ella porque el sistema público no les da respuesta", dice la directora de Acab. Asociaciones como la suya acompañan a estas familias y ayudan a la "contención" de esta problemática. Hay jóvenes que no estudian y sí trabajan y, por tanto, no pueden acceder a este seguro. Así, acuden a la privada quienes pueden pagárselo. Los demás esperan a ser atendidos en la pública.

Ampliación de servicios

La unidad de TCA del Hospital de Sant Joan de Déu cuenta con un área de hospitalización total (donde los pacientes permanecen ingresados porque necesitan vigilancia las 24 horas) y otra de hospitalización parcial. Esta última es el llamado centro (u hospital) de día. Aquellos pacientes que, por su extrema gravedad, necesitan un ingreso total son atendidos en 24 horas. Donde, de media, la lista de espera para entrar es de entre uno y tres meses (aunque las cifras van fluctuando) es en el centro de día de esta unidad.

"La privada, a través del seguro escolar, está atendiendo a muchas familias que huyen a ella porque el sistema público no les da respuesta"

Con el covid-19, hubo mucha más ocupación en este tipo de unidades. "Si antes era del 20%, ahora llegamos al 80%. Incluso ingresaron muchos pacientes [con TCA] en Pediatría: como requerían de ingreso, se utilizaron las camas de esta unidad", explica el doctor Serrano. La pandemia obligó, además, a un alargamiento de los servicios. De hecho, el centro de día, que funcionaba de lunes a viernes, comenzó a abrir también los fines de semana (y así sigue).

¿Qué hay detrás de un TCA?

Anorexia, bulimia y atracones son los grandes trastornos de la conducta alimentaria. Lo que más prevalece en la población infanto-juvenil, según el doctor Serrano, es la anorexia, ya que la bulimia tiene un "debut más tardío", en torno a los 18, 19 o 20 años. Detrás de estos trastornos existen una "dificultad en la gestión de las emociones, una baja autoestima, una dificultad para gestionar la frustración, personalidades muy rígidas o, por el contrario, muy compulsivas: en resumen, mucho sufrimiento", explica Bujalance. Los TCA, añade, afectan mayoritariamente a las mujeres y se suelen iniciar en la adolescencia.

Anorexia, bulimia y atracones son los principales TCA. Detrás se encuentran una "dificultad en la gestión de las emociones y una baja autoestima"

Acostumbra a ser la familia quien identifica una pérdida de peso o una preocupación por adelgazar. "Llevan a la niña al pediatra o médico de familia pero a veces este profesional le resta importancia, sobre todo cuando no hay una pérdida de peso importante", señala la directora de Acab. "A veces la atención primaria se centra excesivamente en el peso y, ojo, porque puede estar teniendo lugar un TCA muy grave aunque no haya mucha pérdida de peso. A veces estas señales de alerta no se identifican, por lo que estos menores no son derivados a un CSMIJ y, cuando lo hacen, ya han empeorado mucho".

Los factores de protección

El confinamiento aumentó el volumen de casos, sobre todo en personas jóvenes "a partir de los 10 años y hasta la veintena". "El confinamiento eliminó los factores de protección de los adolescentes: el colegio, que estructura el día, las actividades extraescolares, el contacto social. Esto propició más casos de ansiedad y depresión", explica Serrano. El encierro domiciliario también trajo consigo un "cambio de hábitos" en algunas personas: la alimentación debía ser más saludable; la gente, que no podía hacer ejercicio, se empezó a preocupar más por si engordaba. Muchos se focalizaron más en la comida. Y, como además nadie consultó al médico durante ese tiempo, los casos que después llegaron eran "más graves".

Pero, además, según este psicólogo de Sant Joan de Déu, la pandemia destapó muchos TCA que estaban "enmascarados". Por ejemplo, adolescentes que comían normal e iban cada día a hacer deporte "modificaron su dieta" en el confinamiento para comer más saludable. "También hubo un aumento del uso de las redes sociales, sobre todo de Instagram y Tik Tok, que fomentan la comparación de los cuerpos", apunta Serrano. Pero, además, el psicólogo pide prestar atención a esos "cuadros incompletos", que igualmente son preocupantes, y que consisten en las personas que tienen una "mala relación con la comida" y "problemas con su cuerpo" sin haber desarrollado aún una anorexia.

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