la segunda oleada

Catalunya logra doblegar la curva del coronavirus el triple de rápido que Madrid

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Manuel Vilaseró

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La incidencia del coronavirus en Catalunya ya es casi la misma que la de Madrid. La gran diferencia entre los dos territorios es que Catalunya ha conseguido alcanzar esa meta el triple de rápido que Madrid. En poco más de tres semanas frente a nueve. Las restricciones más drásticas tomadas por el Govern explicarían una diferencia que no es baladí. El descenso más suave de la curva habría provocado que la autonomía de la capital de España lleve más del doble de muertos que la catalana en la segunda ola, según los expertos. 2.706 frente a 1.229.

El debate sobre las situación de la pandemia en Madrid y Catalunya está contaminado por rivalidades políticas y hasta futbolísticas que no es conveniente trasladar a la lucha contra una enfermedad en la que todo el mundo debería ir a una, pero puede aportar importantes enseñanzas desde el punto de vista epidemiológico, en especial sobre los efectos de las diferentes restricciones que se toman contra un virus que aún es un gran medida un desconocido.

Realidades parecidas

"Te permite comparar dos realidades parecidas, con áreas metropolitanas grandes y muy densas dentro de un mismo Estado", defiende el investigador del grupo Biocomsc (biología computacional y sistemas complejos) de la UPC, Daniel López Codina,  para quien la lectura del gráfico es muy simple: "Si tomas medidas más contundentes mejoras más rápido.  Te ahorras enfermos, ucis y muertos".

Es ya un tópico muy manido el de que vale más una imagen que mil palabras. En este caso la imagen es el gráfico que dibuja las curvas de la evolución de los casos por 100.000 habitantes en 14  días detectados en Madrid y Catalunya desde el  13 de julio, fecha en que ambas autonomías estaban por debajo de 50, hasta el pasado viernes cuando volvían a estar cerca: 244 casos la primera, 263 la segunda.

Catalunya se estancó entre 100 y 200 casos hasta primeros octubre, una cantidad que "ya era excesiva", según Codina. "se debería haber luchado con más intesidad para bajarlo", apunta. En un momento determinado, primero Madrid y luego Catalunya, vieron dispararse los casos con una pendiente muy parecida, hasta rozar los 800. La diferencia radica en la pendiente de bajada. En Madrid el pico se alcanzó entre el 22 y el 28 de septiembre y en Catalunya el 3 de noviembre, pero 24 días después la situación ya se ha igualado. La curva de ésta se ha desplomado casi en vertical.

El área por debajo de la curva

"Lo que se tiene que mirar es el área que está por debajo de cada curva (la zona sombreada en el gráfico). Si miras el área que ha estado por debajo de la de Catalunya es claramente más pequeña que la que está debajo de la curva de Madrid. Es lo que te marca el número de casos que has tenido y en consecuencia el número de muertos, el número ucis que has tenido ocupadas", describe Codina.

Los dueños de los bares y restaurantes afectados por el cierre en  Catalunya miraban con envidia a la Comunidad de Madrid porque ésta contenía el virus con los negocios a medio gas, pero abiertos. La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso llegó a reunirse en Catalunya la pasada semana con el sector de la hosteleria catalana para sacar pecho de su ‘milagro’.

Nadie sabe lo que pasará a partir de ahora, pero la restauración de Madrid lleva desde el 2 octubre sin poder usar las barras y con los interiores al 50% y el cierre de las 11 de la noche. Lo impuso el Ministerio de Sanidad en los 10 municipios más poblados ante la inacción de el Ejecutivo regional y tres semanas después la propia Ayuso lo extendió al resto del territorio aunque alargó el horario una hora más. De seguir con el ritmo actual de bajada de casos, el objetivo de alcanzar una situación parecida a la del pasado junio tardaría en conseguirse otras nueve  semanas manteniendo las restricciones, siempre que la Navidad no lo estropee.

Coste humano y sanitario

"Está claro que se puede controlar el virus con medidas mucho más laxas, pero tiene un coste humano y en servicios sanitarios. Si yo tuviera que decidir entre un modelo y otro, claramente escogería el de Catalunya. La bajada es más rápida y los efectos sociales y económicos son menores aunque se hayan cerrado determinados servicios", argumenta Codina. El uso de ántigenos para el diagnóstico rápido e inmediato aislamiento de los casos que ha aplicado Madrid ayuda a mejorar la situación pero no tiene un impacto tan relevante como el que le han querido asignar las autoridades madrileñas.

El exdirector de Emergencia de la OMS Daniel López Acuña considera la tesis de Ayuso de que "con menos restricciones puede ir mucho mejor  es una falacia" equiparable a decir que "la tierra es plana". "Hay una factura enorme por tomar medidas más laxas y son las muertes", coincide con Codina.

La incógnita de la reapertura

Codina prevé que en Catalunya la incidencia seguirá cayendo en los próximos días, llegando incluso a cotas más bajas que las de Madrid, pero teme que la reapertura de bares y restaurantes el pasado 23 de noviembre empiece a pasar factura cuando pasen 10 ó 14 días.

"Es posible que veamos un aumento del número reproductivo, de la R que indica a cuantas personas infecta cada contagiado. El interrogante es si consigueremos mantenerla por debajo de 1. No sabemos lo que pasará. Y el problema puede ser la Navidad. Es absolutamente recomendable llegar en las mejores condiciones posibles. Aunque llegaramos a los mil casos diarios que teníamos en agosto cualquier perturbación nos puede volver a situar en nuevas crecidas", advierte el investigador de la UPC.

Los datos y la gráfica de esta información proceden de los informes diarios del Ministerio de Sanidad y las cifras consolidados que ofrece el Instituto de Salud Carlos III y con la colaboración de Biocomsc. En el caso de Madrid, la incidencia puede estar subestimada por el uso masivo de tests de antígenos en cribados poblacionales, donde arrojan muchos falsos negativos, y la decisión tomada a finales de septiembre de no hacer pruebas a los contactos estrechos que no sean convivientes

Infradetección de casos en Madrid

Acuña calcula que que la suma de los dos factores, que no se dan en Catalunya, lleva a una subestimación de la incidencia del alrededor del 30%. Es decir que cuando hablamos de una incidencia del 244 como los del pasado viernes, la real superaría de largo los 300.  "El indicador más veraz de lo que está ocurriendo en Madrid es la mortalidad", apunta el epidemiólogo. La infradetección de casos también se comprueba, en su opinión, al ver como la curva de hospitalizaciones y ucis no baja al ritmo de la incidencia.

La cifras de mortalidad que ofrece cada comunidad son diferentes a las del ministerio pero estas son las que permiten una comparación homogénea entre las comunidades al estar elaboradas con el mismo criterio. Sólo se contabilizan los fallecidos diagnosticados de covid por PCR.      

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