Antes de las elecciones

División por el Quart Cinturó: los partidos mantienen las diferencias sobre si debe continuar hasta Sabadell y Granollers

ERC, comunes y CUP mantienen el 'no' en una infraestructura que consideran obsoleta

¿Qué es el Cuarto Cinturón y cómo afectaría en el Vallès?

Obras del cuarto cinturón ¿vía que figura en el plan¿ en Abrera, en julio.

Obras del cuarto cinturón ¿vía que figura en el plan¿ en Abrera, en julio.

ACN

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El Quart Cinturó sigue dividiendo a la clase política en el Vallès, con propuestas que van desde dejarlo como está, terminando en Terrassa, hasta ampliarlo hacia Sabadell o incluso Granollers. Su influencia es prolongada, con una configuración actual en el tramo recientemente inaugurado entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls, de tres carriles por sentido, que la mayoría de las fuerzas ven desproporcionada y que descartan en una eventual continuidad, limitándola a dos por sentido.

Mientras que ERC, los comuns y la CUP no quieren ni oír hablar de una ampliación, el resto de partidos sostienen la necesidad de continuar con el proyecto hasta Sabadell o Granollers, lo que permitiría conectar con la C-60 y cerrar el proyecto, facilitando la conexión con Mataró.

El Quart Cinturó ha sido desde los años 70 del siglo pasado más que una carretera, un motivo de división entre territorio y administraciones. Su concepción, en los finales de la dictadura y con nomenclaturas diferentes desde entonces, desde B-40 a Quart Cinturó pasando por Ronda Vallès, respondía a un volumen de crecimiento de población en la segunda corona metropolitana que no se ha correspondido con la realidad. Este es un motivo que muchas fuerzas esgrimen como argumento para no dar continuidad a un proyecto que consideran caduco y contrario a los principios de respeto por el entorno.

A día de hoy, la carretera conecta Abrera con Terrassa, con un sistema viario configurado en la mayor parte de su trazado con tres carriles por sentido y bajo el nombre de B-40. Sobre la mesa, y de acuerdo con el compromiso entre ERC y PSC para llevar adelante los presupuestos de la Generalitat de 2023, la vía debe prolongarse hasta Sabadell, un hecho que deja la puerta abierta a seguirla hasta Granollers, eso sí, con un planteamiento inicial de dos carriles por sentido. Más allá de los compromisos, los partidos tienen posiciones bien enfrentadas.

"No se debe hacer". Así de contundente se muestra Jordi Albert, número 11 en las listas de ERC el 12-M, que considera que la B-40 debe morir con su conexión con la autopista C-58. La opción prioritaria pasa, considera, por reforzar la movilidad sostenible: "Hay alternativas como fomentar el eje ferroviario y el carril bus segregado para mejorar la movilidad en la zona", señala, refiriéndose al carril BRCAT que se está construyendo en la N-150 entre Terrassa y Sabadell.

Desde la CUP, Montserrat Vinyets también se opone a una vía que rememora las expectativas de la España franquista: "No tiene ningún sentido", señala, apuntando que "debería volver al cajón de donde nunca se debería haber sacado". En este sentido, cerrar la vía hasta Granollers, considera, afectaría espacios de alto interés natural y agrario como el entorno de Gallecs: "Hay que llevar adelante proyectos como la línea orbital ferroviaria, que daría salida a las necesidades de movilidad de los vallesanos".

Los comuns tampoco ven el encaje de una propuesta nacida del "desarrollismo", en un momento en que se busca moderar el consumo energético y en un entorno que ya no contempla la vía en su Plan de Movilidad del Vallès: "Es absurdo y no lleva a ninguna parte", denuncia el alcalde del Prat de Llobregat y candidato en las listas, Lluís Mijoler.

¿A Sabadell... y a Granollers?

La voz del PSC se ha hecho sentir en los últimos años para reafirmar el compromiso de llevar la vía hasta Sabadell, y tampoco se han ocultado de la voluntad de seguir con la previsión de extenderla hasta Granollers. "Es un proyecto importante que genera diferentes voces, pero se tendrá que consensuar con el territorio y ser valiente a la hora de hacerlo porque si no colapsaremos el país para los ciudadanos y las mercancías", destaca Alícia Romero, número 2 de los socialistas el 12-M.

En este sentido, asegura que es necesario consensuar con el espacio por donde se tendría que definir el trazado, sobre todo en el tramo que cruza Gallecs: "Las infraestructuras deben preservar al máximo el medio ambiente, confiamos porque tenemos los mejores arquitectos para desarrollar proyectos como este", añade.

Desde Junts, Josep Rull considera que "no tiene ningún sentido" la B-40 tal como está hoy, terminando en una rotonda en Terrassa. Opta porque su ampliación permita acoger el tráfico diario entre municipios y polígonos, dejando el de largo recorrido para la AP-7, pero que a la vez se convierta en una Ronda Norte en el tramo Terrassa-Sabadell para liberar tráfico del centro de las dos capitales y se derive este a la Ronda Oeste sabadellense.

Sobre su ampliación entre Sabadell y Granollers, Rull considera que sería necesario actualizar el Plan Territorial Metropolitano y ver si se pueden aprovechar vías ya existentes para ampliar su capacidad, todo para no dejar caer un entorno, el vallesano, que "genera más PIB que todo el territorio histórico de Vizcaya, el más industrializado del País Vasco".

El PP también considera "imprescindible" continuar la B-40 desde Terrassa y cruzar todo el Vallès, en su caso hasta Granollers, para desviar parte del tráfico actual de la AP-7 y AP-2. "Su ejecución parcial no resolverá el problema para el cual fue concebida, hay que concluirla para facilitar la movilidad", señala Santi Rodríguez, número 4 de los populares el 12-M.

Ciudadanos también defiende que la vía continúe hasta Sabadell y llegue a Granollers para eliminar de una vez por todas el concepto de radialidad de la movilidad respecto a Barcelona. "Es una infraestructura con un alto valor local y supramunicipal, que beneficiaría a vecinos e industrias de su entorno", justifica la candidata Marina Bravo, dado que garantizaría la movilidad entre territorios sin tener que usar vías ya saturadas, como la AP-7.

Por su parte, Vox también defiende mantener el plan de los años 70 y culminar el Quart Cinturó tal como fue concebido. "Es incomprensible que a estas alturas no esté terminado, que se esté hablando de pactos extraños que el gobierno de Sánchez ha hecho con el Gobierno separatista de la Generalitat, son improcedentes y el Estado debe cumplir con su obligación de terminar la carretera", sentencia Andrés Bello, número 7 en las listas de la formación.