Rubí secunda a Barcelona en el uso de anticonceptivos contra la sobrepoblación de palomas

Rubí (Vallès Occidental) se ha propuesto reducir la población de palomas, estimada actualmente en que anidan unos 1.700 ejemplares. El Ayuntamiento no duda en hablar de una "sobrepoblación" del ave urbana por excelencia, sospechosa habitual de ser portadora de suciedad e insalubridad cuando se desplaza en bandada. Además, la acumulación de sus excrementos puede conllevar un elevado efecto corrosivo en el espacio urbano, según señala el consistorio.

Para controlar la especie, el ejecutivo local ha instalado cuatro dispensadores de pienso anticonceptivo con el objetivo de estudiar la efectividad del fármaco y su efecto en la población de palomas en el municipio vallesano con el objetivo de reducir la reducción del número de ejemplares totales a medio o largo plazo. Se trata de una medida que ya emprendió Barcelona en 2017 y que ha logrado reducir a la mitad la cantidad de estas aves en las zonas donde se ha administrado el pienso esterilizante. Rubí pone en marcha esta prueba piloto, 'sine die', o al menos, hasta que se hallen unos "resultados visibles", según confirman fuentes municipales.

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La ciudad vallesana dispensará el maíz recubierto de nicarbacina, un fármaco que impide la formación del caparazón de los huevos en el momento de la puesta, por lo que las hembras de paloma no podrán poner huevos. Para fidelizar las aves, durante las cuatro primeras semanas se distribuirá únicamente maíz.

El tratamiento consiste en administrar ocho gramos diarios de nicarbacina por ave. Desde el consistorio explican que los efectos de este fármaco son reversibles, es decir, que cuando las palomas dejan de ingerir el pienso anticonceptivo recuperan progresivamente su fertilidad.

Desde el Ayuntamiento insisten en que la "medida no es tóxica ni para las personas ni para los animales" y añaden que el uso del fármaco tampoco pone en riesgo el medioambiente.

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Prohibido alimentar las aves

En Rubí, alimentar las palomas está totalmente prohibido, según la Ordenanza Municipal de tenencia de animales de la ciudad. De hecho, darles peisno, considera una infracción leve, enmarcada en el artículo 75.11. "Dar comida en viviendas, locales y otros espacios delimitados de uso privado, así como también en espacios de uso público en general y de concurrencia pública, los animales peridomésticos o asilvestrados sin la autorización municipal correspondiente", esgrime la normativa municipal.

Cabe recordar que durante este febrero, Barcelona inició un plan piloto -extendido a siete espacios- para tratar de disuadir a la ciudadanía que siguiera atiborrando a las aves.  

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