1918-2018

Los puntos calientes del tren en Rubí un siglo después

Exposición temporal en el vestíbulo de la estación de FGC de Rubí.

Exposición temporal en el vestíbulo de la estación de FGC de Rubí. / AITANA GLASSER

Aitana Glasser

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La ciudad catalana de Rubí (Vallès Occidental) conmemora este año el centenario de la llegada del ferrocarril a su territorio, el 13 de septiembre de 1918. Un hecho que marcó un antes y un después en la historia del municipio y que supuso su revalorización a nivel económico y social, facilitando una conexión hasta entonces prácticamente inexistente con el centro de Barcelona.

La llegada del ferrocarril revalorizó a Rubí, hasta entonces inconexa con BCN

Cien años después de su inauguración, por la estación de la plaza Doctor Pearson, la única por ahora de que dispone la ciudad, pasan a diario miles de rubinenses para coger alguno de los trenes de la línea S7 Rubí o la S1 dirección Terrassa, que ofrecen servicio a las más de 75.000 personas que habitan en el municipio.

Mari es una de ellas. Vino de su Córdoba natal hace años y desde entonces se desplaza hacia las localidades vecinas de Sant Cugat o Terrassa en ferrocarril. “Es la manera más rápida y más cómoda de hacerlo", explica. Tras bajarse del tren, observa curiosa la exposición ubicada en el vestíbulo de la estación con motivo de la conmemoración del centenario, que incluye unas cuantas fotografías muestra de la evolución de la estación a lo largo de este siglo. “Me parece muy curioso, porque yo la vi así y me hace revivirlo”, comenta señalando una de ellas.

La muestra es una de las tantas actividades que se han programado en la ciudad este año para celebrar la efeméride, que han incluido desde una gran fiesta popular hasta la inauguración de esta y otra exposición en la 'antigua estación', así como varias conferencias y charlas que sirven, como dice Mari, para "hacer memoria" y darse cuenta de cómo ha cambiado la ciudad con el paso de los años.

"El precio es excesivo"

La rubinense asegura que el servicio que ofrece FGC en la ciudad es, a su juicio, "bastante bueno". Ella se beneficia de un descuento por ser jubilada, pero sabe que hay mucha gente que no puede permitírselo. Es precisamente uno de los principales hándicaps para Victoria, que coge cada día el ‘ferro’ en dirección Sant Cugat para acudir al centro educativo donde trabaja.

La estación de Rubí fue en el 2017 una de las que tuvo mayor afluencia de gente en la línea BCN-Vallès

“Creo que el precio es excesivo y que debería intentar bajarse” o, como mínimo “que se adapte más y mejor a la situación de las personas”. Para ello, propone que se tenga en cuenta a la gente que utiliza este medio de transporte a diario para desplazarse a su lugar de trabajo, como hace ella. “Ya no entro dentro de la considerada ‘edad joven’, por lo que no puedo beneficiarme de este descuento para adquirir la T-Jove, y tengo que ir consumiendo 'mensuales’. Un gasto que, mes a mes y sumado al alquiler y los gastos habituales, termina suponiendo una gran carga extra”.

Victoria coge el ferrocarril a las 8:00 h, hora punta, cuando se produce la mayor concentración de viajeros en la estación rubinense. Una estación que registró en 2017 un total de 2.447.741 viajes, siendo una de las estaciones con mayor afluencia de gente en la línea Barcelona-Vallès, tras las situadas más próximas al centro de Barcelona y otras de gran demanda como Sant Cugat, Sabadell o Terrassa.

Sube la demanda pero no la frecuencia de trenes

La demanda ha ascendido en los últimos años, pero esto no ha ido acompañado de un aumento de la frecuencia de paso de los trenes. Desde que hay registros disponibles (2001), el intervalo de paso medio no ha variado prácticamente hasta ahora, situándose en 5,30 minutos en hora punta (hasta 2009 eran 6), 12 en horas ‘básicas’ y 15 en horas ‘bajas’, como los fines de semana.

La frecuencia de paso es precisamente una de las reivindicaciones que hacen muchos usuarios de FGC de la ciudad, como Magda, que lamenta los pocos trenes operativos durante el fin de semana. “Tengo el mismo horario de trabajo entre semana que en fin de semana, y cuando voy sábados y domingos no hay casi trenes y la diferencia con la cantidad de trenes y la frecuencia de paso que hay entre semana se nota mucho”, apunta.

Un problema que, señala, “existe desde hace años”, tantos como los que lleva haciendo uso del tren para desplazarse hasta Barcelona, precisamente en esa hora punta.

Trenes llenos

Esta vecina de Rubí pone énfasis además en otro de los problemas que presenta el actual servicio de ferrocarriles en la ciudad: “Los trenes vienen llenos desde Terrassa y quienes subimos en Rubí lo sufrimos más, debería incrementarse el número de trenes que circulan hasta Rubí (S7), para sopesar la carga que llevan los que van hasta Terrassa, teniendo en cuenta que son las dos estaciones que más se usan en la zona”.

A eso apuntan asimismo otros usuarios rubinenses, que llevan manifestado hace tiempo también a través de Twitter sus quejas sobre la cantidad de gente procedente de Terrassa en los trenes que pasan por la ciudad.

La segunda estación, un reclamo histórico

Otra de las demandas históricas de los usuarios, en parte relacionada con el problema anterior, es la construcción de una segunda estación en la ciudad. Una reivindicación que viene de largo y que el consistorio rubinense ya ha trasladado en más de una ocasión tanto al presidente de FGC, Ricard Font -y antes a Enric Ticó-, como al director de Autoritat del Transport Metropolità (ATM), Pere Torres, así como al propio conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet. 

Rubí, con 75.000 habitantes, es la única ciudad de esta envergadura en la zona que cuenta únicamente con una parada de ferrocarril. Precisamente, Calvet contestaba el pasado mes de septiembre en un acto conmemorativo del centenario a esta reclamación, manifestando la intención de poner en marcha quince trenes nuevos con el objetivo de situar la frecuencia de paso de los trenes en cinco minutos y evitar las aglomeraciones que se producen actualmente.  

En ese mismo acto, el presidente de FGC aseguró que ya se estaba trabajando en el Plan de movilidad del Vallès, que debería marcar el momento en que se prevé construir esta segunda estación, que se ubicaría en la zona de La Llana. Por su parte, el director de la ATM manifestó en 2017 que la construcción de este equipamiento, si bien estaba contemplado en el Plan Director de Infraestructuras 2011-2020, no tiene carácter prioritario.

"Al final, todo queda en nada"

Por su parte, los usuarios entrevistados no acaban de creerse estas promesas. “Llevan años diciendo que van a construir esta segunda parada y al final todo queda en nada”, asegura Magda, quien añade que la ubicación de una segunda estación “ayudaría a evitar los empujones y las aglomeraciones que se forman por las mañanas”.

Una segunda estación ayudaría a descongestionar la de la plaza Doctor Pearson

Algo que también ve necesario María, trabajadora del FGC. Ella ve y debe enfrentarse cada mañana a estas aglomeraciones, y cree que una segunda estación ayudaría a descongestionar la de la plaza Doctor Pearson, algo que debería “ir acompañado además de un aumento de trenes y de su frecuencia de paso”, pues, si no, cabría la posibilidad de que, aunque diversificada, la demanda aumentara, lo que colapsaría todavía más los trenes.

Carla es otra de las personas que tiene que "lidiar" cada día con la gran afluencia de usuarios que concentra la línea Barcelona-Vallès. Pese a su corta edad (24 años), lleva casi un año trabajando como agente de estación en esta línea, ayudando a los clientes, dando indicaciones y atendiendo algunas de sus quejas.

Asegura que el cliente de la zona del Vallès es “muy exigente con todo”, motivo por el cual se busca dar a los usuarios un servicio de mucha calidad, sobre todo en el ámbito de la comunicación empresa-cliente. En este aspecto, la atención a las quejas es una de sus principales tareas y, por eso, siempre anima a los clientes a presentar reclamaciones o sugerencias ante cualquier problema.

Música en altavoces y usuarios sin billete

Nicoleta, una extranjera afincada en Rubí desde hace 3 años, coge cada día el ferrocarril para desplazarse hasta Barcelona, y ha sido testigo de algunos de los episodios que cita Carla y que, asegura, son protagonizados sobre todo por jóvenes, que "escuchan música en altavoces y pegan gritos". 

"En esta línea la gente paga más que en la de Llobregat-Anoia", asegura una usuaria

Otra de las problemáticas a las que se apunta en esta línea tiene que ver con un aspecto habitual del transporte público: los usuarios que lo utilizan sin billete. En 40 minutos, a las 11:00 h de un martes han accedido a las vías cuatro personas sin billete, teniendo en cuenta que no es hora punta y, por tanto, hacerlo es más difícil debido a la poca afluencia de usuarios.

Este hecho molesta especialmente a usuarias como Victoria, que, aunque entiende “que hay gente que lo hace por necesidad, porque no pueden permitirse pagarlo, también hay mucha gente que sí podría hacer el esfuerzo”. "A mí también me cuesta pagarlo, y aun así lo hago”. Es por ello que reclama más medidas de seguridad en la estación.

Pese a ello, Claudia asegura que la línea Barcelona-Vallès no registra demasiados incidentes de este tipo. “Es una línea bastante tranquila y la gente suele pagar su billete, algo que sucede mucho menos en la línea Llobregat-Anoia”.

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