Los bocadillos de albóndigas más deliciosos de Barcelona

Las albóndigas (de carne de cerdo y ternera para el menda, si puede ser) me parecen uno de los mayores placeres de la cocina popular. Son esponjosas, jugosas, juguetonas y versátiles. Tan versátiles, de hecho, que incluso pueden convertir tu bocadillo en un piromusical.

El bocata de albóndigas (bien hecho, claro) es uno de mis pecados favoritos. Me pirro por el formato italoamericano, con su pan estilo 'hot dog', salsa de tomate y, si hay suerte, una espesa cortina de mozzarella u otros quesos. Es el formato que ha perfeccionado el Bar Torpedo (Aribau, 143), el lugar al que van a comer los trabajadores de hostelería. El suyo es un bocata mullido, con todos los ingredientes perfectamente ensamblados, tan placentero que a mí me dura tres bocados. También en Sandwich Club BCN (Bailèn, 108) puedes encontrar un ‘meatball sandwich’ que poco tiene que envidiar a sus hermanos neoyorquinos. Pan de brioche, parmesano, albahaca y bolitas caseras. Sencillo y goloso; imposible no engullirlos a pares. 

Y para vivir la auténtica experiencia italiana entre panes, en la trinchera napolitana OíMá (Escudellers, 42) te esperan armados hasta los dientes con su producto estrella: el crostone. He aquí un bocadillo con pan rústico tostado, y siempre atiborrado de fantasía italiana. Su crostone de albóndigas caseras y provola es uno de las joyas ‘street food’ del Gòtic. 

Bocata de ‘mandonguilles’

Pero si lo que te pide el cuerpo es un bocadillo de ‘mandonguilles’ de lo más nostrat’, tu destino es la veterana Can Ros (Roger de Flor, 303), un institución de la cocina popular y el menú del día que, para muchos, fabrica el mejor bocata de albóndigas de la ciudad. Orbes de carne caseros en salsa (como en ‘ca la iaia’) y cortados por la mitad (para un fácil manejo), guisantes, pan de barra, y hasta aquí hemos llegado. Más que un bocadillo, una declaración de principios a la que me adhiero. 

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