Toma pan y moja

‘Succession’ en La Boqueria de Barcelona, por Òscar Broc

La muerte de Juanito Bayén ha visibilizado una guerra intestina entre el mítico camarero del Pinotxo y su sobrino

barcelona/Pinotxook.jpg

barcelona/Pinotxook.jpg / Pau Fabregat

Òscar Broc

Òscar Broc

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ahora que estamos sumergidos hasta el cuello en la última temporada de ‘Succession’ (HBO), es inevitable asociar las intrigas familiares de la estirpe de los Roy con el caso Pinotxo. La muerte de Juanito Bayén ha visibilizado una guerra intestina entre el mítico camarero y su sobrino. De tan amargo asunto, solo conocen los detalles más profundos los implicados. Sería una temeridad opinar sobre semejante controversia sin disponer de todos los datos del relato, más allá de las versiones enfrentadas y comunicados.  

Lo que nos queda ahora, después del cierre de un local emblemático e histórico al que Barcelona debería preparar un merecido homenaje, es la amargura de una cruenta batalla que no parece que haya terminado. El daño ya está hecho. Sin tiempo a llorar la pérdida de un espacio emblemático y amado, ni de digerir la repentina muerte de Pinotxo, nos vemos abocados a toda velocidad a un escenario grotesco de rumores, bilis, escaramuzas legales y conflictos consanguíneos tremendamente jugosos para la prensa. Hemos saltado a un episodio de ‘Succession’ sin tiempo para poner en perspectiva la trayectoria de la que hasta hace unos meses era la barra barcelonesa más conocida en el plano internacional y más querida en el ámbito local. 

Legado manchado

El Pinotxo no merecía un final tan envenenado. Hablaremos más de la guerra familiar -que promete ser larga y sangrienta- que de la importancia del bar y el legado de Juan Bayén, una dolorosa injusticia para un espacio y un personaje tan simbólicos y tan profundamente arraigados a la identidad de Barcelona. Qué le vamos a hacer, los humanos nos alimentamos con comida sólida, pero al fin y al cabo nuestro plato favorito es un intangible: se llama morbo.

Suscríbete para seguir leyendo