Elecciones en Catalunya

Cronometría de un Salvador Illa a la carrera: de las 55 a las 150 pulsaciones por minuto

Salvador Illa: "A Catalunya no le iría mal que ERC y Junts estuvieran un tiempo en la oposición"

Illa: "¿Desde cuándo aprender inglés va contra el catalán?"

El candidato del PSC, corriendo en Girona.

El candidato del PSC, corriendo en Girona. / David Borrat / EFE

Sara González

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55 pulsaciones por minuto. Es la frecuencia cardíaca en reposo de Salvador Illa. Cuando corre, alcanza los 150 y, si se dispara a 160, baja el ritmo. Siempre, y en toda circunstancia, evita pasarse de frenada. 'Roquerol' de pura cepa -presume siempre de ser de La Roca del Vallès-, el candidato del PSC exhibe disciplina y comedición. En la vida, en el deporte y en la política. Por eso no es extraño que siendo hoy su cumpleaños -58 vueltas al sol-, y adentrado de pleno en la campaña electoral, no haya dado tregua y salga hoy a sumar kilómetros como lo haría en un día cualquiera.

Entrena cuatro días a la semana durante una hora cuando las calles no están aún ni puestas. Hora y media si es en sábado o domingo. Es cuando corre, no cuando duerme, que ve claro, diría una declinación del poema de Josep Vicenç Foix. Sin sudar no se llega a la meta y el último esprint es siempre el más fatigoso. En una maratón y en una carrera electoral.

5.30 horas: San Hilario de Arlés

El despertador toca diana a las 5.30 de la mañana pese a ser domingo. Pero es que habitualmente se levanta antes. Para no romper su esquema, en esta campaña se pone en pie a las 4 si hace falta para correr primero y exprimir su agenda después en horario intempestivo. Camisa blanca y americana marrón oscuro. Nada de corbata, que el mitin en Girona es con José Luis Rodríguez Zapatero. El santoral dice -Illa es creyente- que es San Hilario de Arlés, arzobispo anacoreta. Pero él, que sabe que le tocará hablar, y mucho, con sus contrincantes para poder ser 'president', se encomienda a San Pancracio, el de la prosperidad, que se celebra el 12 de mayo, justo el día de las elecciones.

7 horas: carretera y manta

Diez minutos antes de las siete de la mañana, está ya en el kilómetro 117 de la AP7, en la estación de servicio del Montseny. Hay peajes ineludibles en las campañas, como el de subir al autobús con los periodistas. Más aún cuando los has invitado a correr y a madrugar. Muchos se suman a la comitiva matutina, pero pocos se calzarán las deportivas. Felicitaciones por su cumpleaños y, acto seguido, carrera de obstáculos rumbo a Girona: la de las preguntas sobre qué piensa hacer después de las elecciones del 12 de mayo. No concibe otro escenario que no sea el de alcanzar la Generalitat.

8.13 horas: tres, dos, uno, ¡ya!

Tres, dos, uno, ¡ya! El punto de partida es el Grup Excursionista i Esportiu Gironí, institución de solera fundada en 1919. A las 8.13 horas arranca al trote luciendo la camiseta de la última maratón de Barcelona, con tonos rojos socialistas, pantalón corto y zapatillas turquesa con suela amarillo fosforito, la licencia más extravagante que se toma en su vestimenta. La velocidad es de 5,5 minutos el kilómetro. Abel García, 'primer secretari' del PSC del Berguedà y preparador deportivo de Illa, confiesa que suelen ir bastante más rápido, pero que hoy no es cuestión de dejarse por el camino al personal invitado. En total, 10,3 kilómetros en una hora. Hay quien se ha descolgado de la recta final.

El candidato del PSC, corriendo en Girona.

El candidato del PSC, corriendo en Girona. / David Borrat / EFE

9.15 horas: no toma café

Reto cumplido. Se permite acabar con dos vueltas de más en las pistas de atletismo y posar ante las cámaras. Está en su salsa. A saber cuántas vueltas adicionales le tocará dar a partir del 12 de mayo para alcanzar la Generalitat. "¿Se imagina que para ser candidato tuviera que correr así"?, se le pregunta al diputado por Girona en el Congreso Marc Lamuà, espectador en las gradas. "Lo que haga falta", responde sin dudar. Y confiesa que ha causado furor en las filas del PSC la afición maratoniana desde que Illa asumió las riendas. Reaparece el candidato de la camisa blanca, la americana marrón oscuro y pelo mojado repeinado para atrás. No toma café. Bocadillo de jamón serrano, otro de jamón cocido, dos zumos, un agua 'vichy' y dos buñuelos del tamaño de una pelota de tenis.

9.35 horas: petanca y carambolas

Detalle sorpresa de la caravana de periodistas: un juego de petanca. Nada que ver con la jubilación, es que en el mitin de l'Hospitalet del pasado martes admitió haber perdido contra la alcaldesa de l'Hospitalet, Núria Marín. Y a él le gusta ganar. Y para ganar hay que practicar, y aunque considera que ya lo ha hecho lo suficiente desde la oposición, nunca viene mal a sabiendas de que todo puede depender de una carambola. No es una petanca cualquiera, sino tuneada. El boliche, al que hay que acercarse al máximo, está revestido con el logo del Govern. Y cada una de las seis bolas están etiquetadas con las siglas de los partidos contrincantes, a excepción de la extrema derecha. Las exhibe una a una con un breve comentario: la de ERC, dice, "apartada"; la del PSC, "a ganar"; la de los Comuns, "bien, les dejaremos"; la del PP, "estos no"; la de Junts, "el pasado"; y la de la CUP, "muy buenas intenciones, pero...".

10.08 horas: zapatillas y Zapatero

La jefa de campaña, Lluïsa Moret, llega con un regalo. Unas zapatillas de la marca Munich, empresa ubicada en Sant Boi, de la que es ella alcaldesa. Illa calza un 42. El presidente del club deportivo, Francesc Cayuela, no viene con un presente bajo el brazo, sino que aprovecha la ocasión para, por si acaso acaba siendo presidente, pedirle dinero para actualizar, precisamente, la pista de atletismo. Pasan pocos minutos de las 11 y lleva casi seis horas en danza. En breve, se subirá al escenario gerundense de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero. "Hoy en el mitin me dejaré ir más", avisa a navegantes. Licencia de un cumpleañero que, estando en el último esprint, jamás sale del carril.