Tractoradas en Europa

Vox y el activismo prorruso agitan al sector agrario español para "la rebelión del campo"

Negacionismo, teorías de la conspiración, odio a Sánchez... los mimbres de la agitación rural en España

Los agricultores de Zamora y León se han adelantado a la protesta general con esta tractorada el 1 de febrero.

Los agricultores de Zamora y León se han adelantado a la protesta general con esta tractorada el 1 de febrero. / Mariam A. Montesinos EFE

Juan José Fernández

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Van dando fruto dos años de lluvia de mensajes y polarización sobre agricultores y ganaderos, y los ensayos de tractoradas del verano pasado en diversas ciudades del continente, entre ellas Madrid: a menos de 150 días de las elecciones europeas, un gran engranaje de entidades, cuentas de redes sociales, medios digitales, influencers, telepredicadores y terminales automáticas de agitación se han lanzado a instrumentalizar y sacar rédito del cansancio y la ira del sector agrario, basado en causas objetivas como la carestía del combustible, la inflación, la sequía y las importaciones de países con leyes ambientales laxas.

En España la campaña para sacar rédito del descontento lleva 12 días reactivada. Un sector del enjambre, el más extremista, lo presenta como la batalla de “la Europa de las patrias”; otro, más trumpista, lo promueve como el pulso contra las élites urbanas y el asedio a la agenda 2030 y sus promotores ecologistas. Todos tienen en común una orientación ultraderechista y antiUE, y apoya la movilización la cada vez más visible franja proKremlin de las redes sociales, para la que la culpa del agobio del campesino europeo no es tanto el ecologismo, los precios o la sequía como… la OTAN y Ucrania.

Se cumplen las previsiones que expertos de la Seguridad del Estado hacían durante las algaradas de la calle Ferraz en noviembre pasado, en previsión de futuros desórdenes en la calle: la ultraderecha mantendrá movilizado a su público con sucesivas causas agónicas hasta los comicios europeos.

El campo de Vox

Este miércoles, el dirigente de Vox y vicepresidente de la Junta de Castilla y León Juan García-Gallardo estaba todavía de viaje en Budapest cuando colgó en su perfil de X una arenga con foto nocturna de la tractorada multinacional en una plaza de Bruselas: “Ellos resisten en las calles de toda Europa. Y nosotros no vamos a dejarles solos”. Este jueves se presentó en el lugar de la protesta con el eurodiputado Hermann Tertsch para dar apoyo a los manifestantes.

Fue tan solo horas después de un encuentro con personalidades de la cúpula que orbita en torno al presidente ultra húngaro Viktor Orban, y con el aparato del think tank húngaro MCC, plataforma próxima a Orban, una de las entidades del movimiento eurófobo y anti agenda 2030 que libra la llamada “guerra cultural” conservadora en Europa, y que ha celebrado los escraches de Ferraz y arremetido contra el mundo LGTBI.

García-Gallardo iba a disertar sobre “respuestas conservadoras al golpe de Estado” en España, pero el MCC tenía otro punto de atención: las salutaciones al dirigente de Vox se alternaban en redes sociales -el área de la comunicación en el que mejor se mueve la ultraderecha- con una explicación del portavoz de la plataforma en Bruselas, John O’Brien, para la protesta agraria simultánea en el continente: la culpa es del “extremismo medioambiental” de la “élite europea”, que “mata a los granjeros y sus familias”.

El vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, en la tractorada de Bruselas el 1 de febrero.

El vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, en la tractorada de Bruselas el 1 de febrero. / Vox CyL

Tiene lógica de coreografía el hecho de que al tiempo, y en España, el sindicato de Vox Solidaridad se sumara a las tractoradas: “Frente a la competencia desleal y frente a las imposiciones de Bruselas, el 6 de febrero sal a la calle junto a nuestros agricultores, pescadores y ganaderos”. El propio partido anunciaba este jueves en redes sociales: “Comienza la revuelta del mundo rural” contra “las consecuencias de la agenda 2030 impulsada por Bruselas y el Gobierno de Sánchez. ¡Acabaremos con ella!”.

Se usa el argumento de la competencia desleal como catalizador no solo en Francia, Alemania, Bélgica y Países Bajos; también en España. Pero no sin algún que otro problema: el nuevo número dos de Vox, Ignacio Garriga, ha clamado online contra “los burócratas europeos cegados por sus delirios climáticos y gobiernos europeos que permiten la competencia desleal con productos de terceros países”. Es el mismo argumento con el que activistas franceses andan quemando la carga de camiones españoles en la frontera, el mismo con el que dirigentes políticos franceses tratan de “asquerosidad” e “incomestible” a la fruta española.

"Ya era hora"

Lo importante no es tanto la coherencia como la polarización. Al pastel de la protesta agraria, movilizándola, acuden influencers falangistas: ”Europa muere”, ha clamado uno de los más activos; también el perfil HerQles, en la esfera de Revuelta, las juventudes de Vox, uno de los promocionadores de la marca Noviembre Nacional; o Carlos Navarro, portavoz de la formación neofalangista Hacer Nación -la que estrenó en Ferraz la pancarta “La Constitución destruye la nación” entre banderas de España con el escudo recortado-, que ha llamado a la contundencia: “El campo se debe hacer escuchar, por las buenas o por las malas”.

El día 29 de enero convocó una gran tractorada para el día 6 de febrero la principal plataforma de la protesta agraria en España, SOS Rural, la misma que aunó a oradores antiOTAN, antiUE, antivacunas y anti agenda 2030 en Madrid en julio pasado. “Ya era hora”, celebró el anuncio ante 82.000 seguidores en X Marcial Cuquerella, fundador de diversos medios ultraconservadores, como el desaparecido canal televisivo 7NN.

Pero la hora sonó antes en otro sector, el día 28, cuando el corresponsal de la agencia rusa Sputnik Victor Ternovsky proclamaba en su agencia y en Telegram: “Huele mal en la Unión Europea; literalmente. Sus calles se inundaron de estiércol. Lo arrojan los agriculores…” En el análisis de la situación, un punto de vista muy moscovita: “A las draconianas normas ecológicas y la constante subida de gasolina e impuestos se añadieron las baratas importaciones agrícolas ucranianas con tal de apoyar a Kiev (…) Bruselas no tiene ni de cerca el mismo entusiasmo para apoyar a sus propios agricultores”.

Desde que estalló la actual fase de la invasión rusa de Ucrania, el argumentario nada indisimulado del Kremlin a través de las vetadas RT televisión y agencia Sputnik atribuye los males de los europeos al apoyo a Ucrania y a la OTAN. Ahora, con la indignación del campo, repican la idea todo tipo de cuentas (y de bots) en las redes sociales en español, francés, alemán y flamenco.

Camiones españoles atrapados en el último peaje francés antes de La Jonquera este jueves.

Camiones españoles atrapados en el último peaje francés antes de La Jonquera este jueves. / Lorena Sopêna EFE

Tienen SOS Rural hasta el día 6 para calentar el ambiente: llaman a tractoradas en todas las provincias. Hasta el momento, el punto más alto de la promoción ha sido un programa de webTV en YouTube. Lo dirige Pedro Baños, coronel retirado del Ejército, difusor de postulados estratégicos similares a los del Kremlin. Título del programa: “¡La Rebelión del Campo!”

Baños -que hace cinco años sonó para mandar el Departamento de Seguridad Nacional en Moncloa y que hoy es una de las estrellas del televisivo Cuarto Milenio, de Iker Jiménez- entrevistó a Juanvi Palleter -agitador del mundo rural que el 21 de enero se desesperó ante 44.000 seguidores: “Me da vergüenza ajena como agricultor que el Sector Primario y el Transporte no paralizemos el país”-, Pilar Esquinas -lider de la plataforma Aquaiuris, que denuncia una supuesta destrucción de embalses por Pedro Sánchez y hace negacionismo del cambio climático y la sequía- y Víctor Viciedo, líder de SOS Rural, coronel retirado como Baños y conferenciante en la Comunidad Valenciana contra “la injerencia de la UE en Ucrania”.

El espacio televisivo trataba sobre la protesta agraria, pero transitó otros derroteros cuando sus voces denunciaron que “hemos atacado a Rusia” y “nos hemos echado en brazos de Estados Unidos”, deploró “las verdaderas millonadas para los planes de las élites” y los “tanques para Ucrania”, asi como “la irresponsable apertura de la UE a las importaciones de Ucrania”, o “no haber negociado con Rusia, que eran cristianos y teníamos muchas cosas en común y nos hemos vendido al mundo musulmán” cuando “si algo tiene Rusia que le sobra es agua”.

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