El debate migratorio

¿Qué piensan los catalanes sobre los inmigrantes? El 60% cree que hay demasiados en Catalunya

La alcaldesa ultra de Ripoll restringe el empadronamiento a los inmigrantes

ERC y Junts entran en la batalla ideológica sobre la inmigración mirando a las catalanas

Dos mujeres frente al Ayuntamiento de Ripoll

Dos mujeres frente al Ayuntamiento de Ripoll / DAVID APARICIO

Jose Rico

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¿Por qué Junts se ha decidido a explotar el debate sobre la inmigración en Catalunya? ¿Las trabas de la alcaldesa ultra de Ripoll a los inmigrantes para empadronarse entroncan con las percepción ciudadana sobre los extranjeros? Una encuesta reciente, el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat, elaborado entre octubre y noviembre de 2023, mostraba una fotografía actual de la opinión de los catalanes sobre esta materia que contribuye a entender la estrategia de JxCat, pero, a su vez, refleja que la mayoría de los ciudadanos se alejan de la peligrosa vinculación entre inmigración y delincuencia.

El 60% de los catalanes estaban de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación de que hay demasiada inmigración en Catalunya, frente a un 37% que rechazaba esta tesis. A ello hay que sumar que el 63% creía que el Govern "ha perdido el control de quién entra" en Catalunya, frente al 33% que consideraba lo contrario. Pero la balanza se equilibraba con otras dos respuestas. Por un lado, el 71% de los 2.000 entrevistados concluían que los inmigrantes "no son fundamentalmente diferentes" al resto de ciudadanos, algo que sí opinaba uno de cada cuatro encuestados. Y un clamoroso 89% negaba haber "pensado seriamente en irse a vivir a otro municipio o barrio por motivo de los inmigrantes".

Resulta difícil comparar esta fotografía actual con las de años anteriores porque en otros barómetros del CEO no se hacían estas mismas preguntas. La que sí se repite siempre es la que interroga a los catalanes por el principal problema de Catalunya. En esta última encuesta, la inmigración aparece en noveno lugar y apenas inquieta al 4% de los ciudadanos. Un porcentaje que en la última década ha oscilado entre el 2% y el 6% en un ranking de problemas que hace tiempo que encabezan las relaciones entre Catalunya y España.

Si desglosamos las preocupaciones por afinidades ideológicas, los votantes de Vox la señalan como primer problema (23%), pero ningún otro electorado la menciona. Tampoco el de Junts. En cambio, el porcentaje de votantes posconvergentes que opinan que hay demasiados inmigrantes (64%) se sitúa por encima de la media catalana, pero en eso coinciden con los electores del PSC (64%), el PP (85%), Vox (92%) y Ciutadans (75%).

En consonancia con el recuerdo de voto, los catalanes que se ubican entre el centro y la derecha del eje ideológico avalan la idea de que hay un exceso de inmigración y que el Govern ha perdido el control sobre ella, pero incluso los más conservadores rechazan la tesis de que los inmigrantes son diferentes al resto de la población y niegan haberse planteado cambiar de domicilio por culpa de los extranjeros.

Con todo, la opinión de que hay demasiados inmigrantes en Catalunya es mayoritaria en todas las franjas de edad, con un apoyo algo inferior entre los 25 y 49 años. Pero el porcentaje entre los más jóvenes (de 18 a 24 años) es similar al de la franja de 50 a 64 años.

La percepción del exceso de inmigrantes cala más en los municipios más pequeños, de entre 2.001 y 10.000 habitantes (75%) y va menguando a medida que aumenta el tamaño de la población, pero siempre por encima del 50%. También en mayoritaria esta opinión en ambos sexos, aunque con algo más de ahínco entre las mujeres que entre los hombres.

Entre independentistas y no independentistas hay 12 puntos de diferencia, entre el 54% de partidarios de la secesión que creen que hay demasiada inmigración y el 66% de contrarios a la ruptura con España que opinan lo mismo. En este apartado, el dato más llamativo es que entre los catalanes que evitan posicionarse sobre si apoyan la independencia, son más quienes rechazan que haya un exceso de extranjeros (48,6%) que quienes se apuntan a esa tesis (43,9%).

Más allá del barómetro del CEO, un sondeo del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) de la UAB publicado la semana pasada comparaba la percepción actual de la inmigración con la que los catalanes tenían dos décadas atrás, y la conclusión es que la tolerancia es ahora mucho mayor. En 2001, el 38% de los catalanes consideraban grave edificiar una mezquita cerca de casa, porcentaje que hoy ha descendido hasta el 24%. Y apenas un 2% de la ciudadanía ve actualmente con recelo tener un vecino inmigrante, cuando en 2001 era el 11%. Lo que sí detecta esta encuesta es un cambio en el motivo de rechazo a los extranjeros: si en 1992 el pretexto era que "quitan el trabajo a los de aquí", ahora es porque "no aceptan nuestras costumbres".

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