PSC y Comuns ponen en duda la continuidad del Govern si Aragonès no logra nuevos presupuestos

El PSC no reclama elecciones en Catalunya, aunque, teniendo en cuenta su supremacía en las últimas contiendas, tampoco le genera desasosiego el escenario de ir a las urnas. Para el partido de Salvador Illa la continuidad de la legislatura está supeditada a si habrá o no nuevos presupuestos, lectura que también hacen los Comuns tras mantener este miércoles una reunión para abordar el marco económico de 2024. El pacto, por ahora, se avista lejano y ambos partidos tratan de desvincular del hecho que Pedro Sánchez precise de los votos de ERC para aprobar también las cuentas generales del Estado. Para muestra, advierten, un botón: si bien apoyaron los de 2023, no hicieron lo mismo con los presupuestos de 2022, aunque entonces los republicanos aún gobernaban con Junts.

Aragonès afea al juez García-Castellón su "carrera desesperada" por vincular el Tsunami con el terrorismo

"Estamos preparados para ir a elecciones", ha dicho sin titubeos la portavoz del PSC en el Parlament, Alícia Romero, en una entrevista en el programa 'Cafè d'Idees' de Ràdio 4 y La 2. Ha insistido en que la estabilidad del president Pere Aragonès está condicionada por si logra o no los apoyos para aprobar una nueva senda económica. De momento, ha considerado que su situación es "bastante dramática" por una "soledad" que asegura que es buscada pese a todas las manos tendidas que ofrecen desde la oposición.

Ha puesto como ejemplo la gestión de la sequía, pero también un acuerdo de claridad que solo secundan los Comuns o la aprobación de un decreto sobre bajas emisiones que no ha consensuado previamente. Por lo que pueda ser, Illa ya ha dejado claro que él será el candidato a la Generalitat y el partido ha convocado un congreso en marzo para rearmar una hoja de ruta que tiene como objetivo alcanzar la gobernabilidad.

El trueque con los votos en el Congreso

La portavoz también ha dejado caer que si lo que espera el Govern es que el PSC no tenga más remedio que apoyar las cuentas de la Generalitat para garantizar los votos de ERC para aprobar los de Sánchez, está equivocado. "No estamos condicionados por lo que nos digan en Madrid. Si quiere pactar los de 2024, primero tiene que cumplir con los de 2023", ha espetado. Y eso pasa por los tres macroproyectos que forman parte de la piedra angular sobre la que sostuvo el acuerdo tejido entre socialistas y republicanos: el convenio de la Ronda Nord, la comisión técnica sobre el aeropuerto de Barcelona y el complejo Hard Rock.

Aragonès 'vende' Catalunya al mundo: elige 12 proyectos estratégicos para buscar inversiones

Sobre los dos primeros, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, dijo este martes que estaban encallados por culpa del Gobierno. Romero ha respondido que "no es verdad", aunque ha admitido que el documento sobre la B-40 está en estos momentos encima de la mesa del Ministerio de Transportes y tomará el impulso final cuando se consolide el relevo de Raquel Sánchez por Óscar Puente. La previsión, ha apuntado, es que el convenio de esta infraestructura entre Sabadell y Terrassa se firme antes de acabar el año.

Macroproyectos y la reunión con los Comuns

En cuanto a la comisión sobre El Prat, la dirigente ha emplazado al ejecutivo catalán a designar a sus miembros, pese a reconocer que tampoco el Gobierno ha hecho lo propio todavía. Y por lo que al Hard Rock se refiere, para el PSC no hay discusión ninguna sobre si se hará o no este proyecto. Si los informes técnicos que prevé tener el Govern en breve contienen elementos desfavorables, ha puntualizado, lo que hay que hacer es "corregirlos" para impulsar igualmente el complejo. "¿Por qué genera este proyecto más problema que otros? La Generalitat puede obligar a que sea el máximo de sostenible", ha asegurado poniendo tras citar el parque temático Port Aventura.

El PSC reforzará el federalismo en su congreso de marzo para gobernar la Catalunya 'post-procés'

Sin embargo, los macroproyectos que reclama el PSC van en la línea contraria de lo que reivindican los Comuns, que piden a Aragonès que rechace los tres proyectos teniendo en cuenta el cambio climático y la sequía. Tras la última reunión mantenida con el Govern, en la que han pedido el detalle de la territorialización de las inversiones, mantienen que no se han resuelto incumplimientos importantes en materia de salud y de vivienda y que, por ello, "no se dan las condiciones" para negociar las nuevas cuentas. Será en la segunda quincena de diciembre cuando el grupo de Jéssica Albiach se citará con el Executiu para hacer el balance definitivo y valorar si pueden volver a ser socios económicos de ERC.

Menos peso en el Gobierno

Pese a que el Govern tiene en su radar abordar también con Junts y con la CUP los presupuestos, Romero ha reivindicado la "centralidad" que ocupa en estos momentos el PSC pese al "cordón sanitario" que los independentistas llegaron a firmar hace cuatro años. Una relevancia que apuntalan los resultados electorales y que, ha subrayado, garantiza su "influencia" dentro del PSOE pese a que por ahora hayan perdido peso en los cargos en el nuevo Gobierno, donde cuentan con un ministro -Jordi Hereu- y no dos, y ya no ostentan ni la presidencia del Congreso ni la portavocía en el Senado. La portavoz ha tratado de quitar hierro a este asunto asegurando que el partido está "muy centrado en Catalunya" y que, de todos modos, Sánchez no da ningún paso que afecte a los catalanes que no tenga el visto bueno de Illa, por más que Junts lo vete como interlocutor.

Lo que sí que ha reconocido es que hay que hacer más "pedagogía" sobre lo que significará la ley de amnistía, además de mostrarse convencida de que, como pasó con los indultos, "el tiempo les dará la razón". La línea que no traspasarán los socialistas, ha enfatizado, es la del referéndum. Tampoco defenderán que la Generalitat pueda recaudar todos los impuestos, como pretende impulsar Aragonès. Abrir el melón de la financiación es considerado crucial para el PSC, aunque sin puntos de partida "maximalistas". Lo que recoge el Estatut, recuerdan, es un consorcio tributario mixto, modelo por el que apostarán.