Ceuta y Melilla, bajo la presión migratoria y en manos del Gobierno en asuntos como la sanidad

El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas (PP), ha secundado como la mayoría de barones del PP la solicitud de convocatoria urgente de una Conferencia de Presidentes, en un escrito en el que pide “un trato justo” para todas las autonomías. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya aterrizó en Ceuta entre gritos y abucheos en su última visita, en una ciudad autónoma que vive con mucha tensión la presión migratoria desde Marruecos. Como ocurre en Melilla.

Ambas ciudades autónomas, gobernadas por los populares, fueron mencionadas por Alberto Núñez Feijóo en el debate de investidura, por tener las listas de espera de sanidad más largas de España, reclamando a Sánchez una atención especial a estas dos ciudades, al ser las únicas donde la competencia sanitaria es exclusiva del Gobierno central.

Ceuta ha dado muestras de lealtad institucional en temas importantes en los últimos años como fue el salto masivo de subsaharianos de la frontera con Marruecos en 2021. Ambas ciudades autónomas fueron también las que más se desmarcaron del guion político de Génova para celebrar el acuerdo de Pedro Sánchez con Marruecos, que supuso un giro en la posición de España sobre el Sáhara, convencidos de que aliviaría la presión migratoria sobre sus ciudades. Tanto Ceuta como Melilla tienen además una dependencia de los Presupuestos Generales del Estado, mayor que el resto de comunidades, que obliga a que las relaciones entre los gobiernos sean buenas y estén presididas por la estabilidad. Eso sin embargo no ha sido impedimento para que el presidente ceutí haya exigido esa convocatoria de la Conferencia de Presidentes, reclamando que se detalle al resto de autonomías “el coste” de los acuerdos alcanzados con los independentistas catalanes y para exigir “un trato justo y equitativo”.

“Que Dios nos coja confesados”, dijo el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, quien tampoco se ha mordido la lengua al calificar la investidura de Sánchez. Un presidente que consideró “tutelado, cogido y amarrado por los separatistas y por los que no quieren a España”. El líder popular aseguró que tanto Melilla como España van a “sufrir, y bien sufrida”, la investidura.

El ambiente en Melilla es tenso también para los socialistas en mitad de la ola de ataques sufridos por las sedes del PSOE, la melillense también apareció vandalizada con una pintada en su fachada en rechazo al pacto con Junts. Una enorme pintada que cubría buena parte de la fachada y donde se podía leer: “No tenéis honor”. Otra pegatina exhibía el lema “Se vende España por siete votos”.