Tres puntos clave

Interior despliega más de 1.600 policías en Madrid para la investidura de Sánchez

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Un furgón de la Policía Nacional controla la zona del Congreso de los Diputados el día en el que PSOE y Junts han cerrado un acuerdo para la investidura

Un furgón de la Policía Nacional controla la zona del Congreso de los Diputados el día en el que PSOE y Junts han cerrado un acuerdo para la investidura / Europa Press

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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Los diversos llamamientos apócrifos a rodear el Congreso de los Diputados durante las jornadas del debate de investidura que están circulando en las redes sociales son el principal peligro que incluyen las Fuerzas de Seguridad del Estado en su evaluación de amenaza, análisis que desde este lunes viene determinando los trabajos de despliegue policial en torno a la Cámara Baja, confirman fuentes policiales a este diario.

Serán más de 1.600 agentes policiales los que participarán en dar seguridad al acto de investidura de Pedro Sánchez, ha confirmado Interior, y no solo en los alrededores del palacio de la carrera de San Jerónimo. De momento, la presión policial se deja notar con controles y restricciones de acceso de peatones en la Carrera de San Jerónimo y las calles aledañas, donde las Unidades de Intervención Policial (UIP) reservan vallas metálicas y otros dispositivos de contención para prever concentraciones que arrancasen este mismo martes.

En Interior restan importancia al tamaño del dispositivo policial. Durante la investidura de Mariano Rajoy, en octubre 2016, amenazada por la convocatoria "Rodea el Congreso", fueron 1.000 los antidisturbios desplegados. Esta vez, el tamaño del despliegue es similar al del partido Real Madrid - Braga del pasado día 8, que fue declarado de alto riesgo, e inferior al que dio custodia al Consejo Europeo celebrado en Granada el 6 de octubre, que se blindó con 5.412 policías y guardias civiles.

Tres puntos clave

La atención del dispositivo de seguridad de la investidura tiene que repartirse en esta ocasión en más de un solo punto. Hay tres principales:

El primero está en los alrededores del Congreso, una autodenominada Junta Democrática (JD) ha convocado -y comunicado el lunes a la Delegación del Gobierno- una concentración los días 15 y 16. En su convocatoria rodada por redes sociales indican que será una "concentración pacífica indefinida", cuyos promotores quieren plantar, en forma de acampada, en el parquecillo de la plaza de las Cortes que se abre ante la Puerta de los Leones.

Hasta ahora, los intentos que ha realizado la JD, regida por un propagandista de las redes sociales, han sido en vano. El jefe del dispositivo de custodia les ha comunicado en varias ocasiones -relatan fuentes cercanas a estos hechos- que la plaza se considera perímetro de seguridad del Congreso y los han echado de allí, pero los organizadores persisten.

Otras convocatorias llenan los chats de Whatsapp y de Telegram con llamamientos ultras a obligar a los diputados a "que duerman en el Congreso".

El segundo punto de atención es la calle Ferraz, domicilio de la sede federal del PSOE. En ese enclave, la marca Noviembre Nacional, que trata de agrupar a la ultraderecha bajo su simbología y coreografía, mantiene una convocatoria "permanente" de escraches. La violencia de estas concentraciones sigue un esquema de dientes de sierra. Es de prever que en los días del debate de investidura alcance una gran intensidad.

El tercer objeto de atención es el trayecto de llegada del presidente en funciones desde el palacio de La Moncloa hasta el centro de Madrid, los caminos del jefe de la oposición y miembros del Gobierno y los accesos de diputados señalados: los independentistas catalanes, los de EH Bildu, os del PNV y los de Podemos y Sumar, principalmente.

También es objeto de análisis policial la custodia que se ha de prestar en sus trayectos a parlamentarios con antecedentes personales de problemas de seguridad, como es el caso del exalcalde de Valladolid y diputado Óscar Puente, quien, tras ejercer de portavoz en el debate de la fracasada investidura de Alberto Núñez Feijóo, fue atacado por un violento en el AVE.

Un elemento extra de preocupación se suma a los anteriores: la inquina con que los manifestantes amenazan constantemente a los trabajadores de los medios de comunicación, especialmente a los de las televisiones.

Ayuda exterior e interior

Las mencionadas fuentes policiales confirman la incorporación, hasta el momento, de efectivos de otras UIPs venidas desde sus bases fuera de Madrid. En concreto, ya están presentes grupos de antidisturbios de las unidades III (de Valencia), IV (de Sevilla) y VII (Valladolid), parte de los cuales han participado ya en actuaciones ante los escraches de la calle Ferraz.

La Policía reforzará también "en medios y efectivos" la seguridad dentro de la Cámara Baja, según un diseño de dispositivo aportado por la Comisaría General de Información, apuntan las citadas fuentes, sin que ningún portavoz oficial lo haya confirmado.

Las Fuerzas de Seguridad del Estado tomaron buena nota, la pasada semana, de la velocidad y el tamaño de un nutrido grupo de personas que cortó la Gran Vía y se dirigió hacia el Congreso en una suerte de marcha trumpista hacia el Capitolio, convocada con éxito pero sin organización por el propagandista de la ultraderecha Alvise Pérez y el líder de Desokupa, Daniel Esteve. La avalancha humana callejera pilló por sorpresa a un dispositivo policial escaso, que, hasta que llegaron refuerzos, solo pudo acompañar a los manifestantes tratando de que no se desbordaran.