Protesta en Barcelona

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Salvador Illa, en un acto de Societat Civil Catalana en julio de 2022

Salvador Illa, en un acto de Societat Civil Catalana en julio de 2022 / DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Sara González

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"Esto, ahora, no toca". Casi parafraseando la mítica frase de Jordi Pujol, el PSC se desmarca de la manifestación del domingo convocada por Societat Civil Catalana (SCC), una convocatoria diseñada explícitamente para convertirse en una protesta contra la amnistía. La entidad, argumentan desde la calle Pallars, se ha "radicalizado" hasta el punto de transitar al compás del PP, Vox y Ciutadans. Los socialistas se han borrado por completo de una fotografía que consideran extemporánea y que poco tiene que ver con la de hace seis años, cuando dirigentes como Salvador Illa -entonces secretario de organización-, el diputado David Pérez, el exsocialista Celestino Corbacho o el mismo Josep Borrell micrófono en mano se implicaron en una convocatoria multitudinaria que colapsó el centro de Barcelona. Fue el gran hito en la calle de los contrarios a la independencia justo una semana después del 1-O, la "mayoría silenciosa" invocada pero nunca antes, hasta entonces, retratada.

Ahora, si alguien del PSC asiste, subrayan, será "a título individual". Pero se da por sentado que no habrá nadie de primera línea que se implique con un lema 'No en mi nombre. Ni amnistía ni autodeterminación' que entienden que está diseñado para "desgastar" a Pedro Sánchez en plenas negociaciones de la investidura con los independentistas. Existe el convencimiento en el partido de Illa de que es una manifestación "politizada" en manos de la derecha. Porque, por mucho que la entidad convocante insista en que los líderes políticos en activo no estarán en la cabecera, el partido de Alberto Núñez Feijóo -con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso tirando del carro- tiene entre ceja y ceja convertir la manifestación en la segunda vuelta del acto que hace dos semanas el PP celebró en Madrid justo antes de que el líder popular fracasara en su investidura. La única carta que les queda es una repetición electoral si el PSOE naufraga en su intento.

"Hace seis años había una necesidad de parte de la sociedad catalana que no se sentía independentista ni nacionalista de salir a la calle y expresarlo", sostiene un dirigente socialista que avaló en su día la participación del PSC en la manifestación y que fue la antesala para que el 29 de octubre, dos días después de la declaración unilateral de independencia en el Parlament, Miquel Iceta -entonces líder de los socialistas catalanes- se sumara a otra concurrida protesta. Pero en los últimos meses la formación ha pasado de participar activamente en su agenda y tejer vínculos con su dirección, a echar tierra de por medio en el último año.

"Pérdida de representatividad"

"Han perdido representatividad y credibilidad. Gente nuestra que antes se sentía cercana ahora está desvinculada", explica un dirigente socialista, que señala que también en el flanco independentista la ANC se ha minorizado. Y es que, además de las crisis internas, purgas y polémicas sobre sus cuentas que han azotado a SCC, que ha tenido hasta seis presidentes en nueve años de vida, el momento político, insisten los socialistas, "es otro". No existe en la actualidad una "amenaza de vía unilateral ni de DUI", una desescalada del conflicto que atribuyen a medidas como los indultos y a la apuesta de la Moncloa por el diálogo. También ha habido cambio de roles y de actores. Hace seis años, era Mariano Rajoy quien estaba al frente del Gobierno y Ciutadans estaba a las puertas de ganar las elecciones en Catalunya. Ahora, además de estar Sánchez en la presidencia, el partido catalán más votado es el PSC -pese a que es ERC quien tiene la Generalitat-, Ciutadans lucha por su supervivencia -no están ya ni Albert Rivera ni Inés Arrimadas-, el PP de Alejandro Fernández no ha despegado tanto como esperaba y Vox obtuvo dos diputados en las generales.

"La tensión y la crispación entre los unos y los otros se ha rebajado", concluyen en el PSC, que atribuyen el mérito a la acción del Gobierno socialista por lograr "dejar sin argumentos" al independentismo. Ahora, con una amnistía que el PSOE admite que está en el centro del tablero, aspiran a que el efecto sea "el mismo" y que la contestación que pretende la derecha pinche como pinchó cuando se aprobó la salida de la cárcel de los líderes del 'procés'. "Es el momento de las instituciones, no es el momento de las manifestaciones ni de la calle", resumió Illa este viernes desde el atril del Parlament.

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