Societat Civil Catalana:
6 presidentes y 2 crisis

El Teatre Victoria acogió la puesta de largo de la entidad el Sant Jordi de 2014. Tras el despegue, se lanzaron a la calle en otras dos fechas clave: el 11 de septiembre y el 12 de octubre. En la primera, conmemoraron la Diada desde Tarragona; en la segunda, en Barcelona, se concentraron con motivo del Día de la Hispanidad, siendo la plaza de Catalunya el epicentro de la movilización.

Su impacto llegó al Parlamento Europeo, que le concedió a la entidad uno de los 44 premios Ciudadano Europeo, que reconocen a personas u organizaciones que muestran un "compromiso excepcional" con los valores europeos.

SCC se propuso entonces ampliar su incidencia y lanzó una campaña durante las elecciones catalanas con el lema 'Posem fi al separatisme' que tuvo que retirar por orden de la Junta Electoral Central (JEC). Después de los comicios, Josep Ramon Bosch abandonó la presidencia al ser investigado por presuntamente insultar a varias personalidades independentistas a través de perfiles falsos. Unas acusaciones que acabaron archivándose en 2017.

El catedrático de Derecho Internacional Privado de la UAB Rafael Arenas sustituyó a Bosch y, unos meses después, tomó las riendas de SCC el arquitecto Mariano Gomà, quien vivió la época dorada de la entidad al conseguir sacar a la calle a los que se autoproclamaban como "la mayoría silenciosa".

En estas movilizaciones se lucieron personalidades destacadas como el actual jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el escritor Mario Vargas Llosa. PP, Cs y Vox lideraron la convocatoria y el PSC decidió dejar en manos de la militancia su participación, aunque sí acudió Salvador Illa como secretario de organización. El criterio cambió después de la DUI fallida, y Miquel Iceta se manifestó en las primeras filas.

"El reto era juntar de izquierda a derecha y cuidar tanto el catalán como el castellano con una visión europeísta", subraya un fundador, que reconoce que grupúsculos de extrema derecha quisieron buscar protagonismo para crecer bajo las siglas de SCC. Dirigentes como Jorge Buxadé fueron arrinconados, pero el auge de Vox y su entrada en las instituciones propició un encuentro público que generó debate interno y se cobró la dimisión de un vicepresidente, Javier Marín.

Pocos días después de la movilización, hubo otro cambio de liderazgo en Societat Civil: José Rosiñol, el que fuera el presidente interino durante los primeros meses, volvió a tomar las riendas. Fuentes de la entidad achacaron este cambio al choque entre las derechas y el PSC por hacerse con el mando de la entidad. Y con las elecciones convocadas a raíz de la aplicación del 155, la unidad se fue resquebrajando y dio paso a la competición electoral.

El 18 de marzo de 2018 salieron a la calle de nuevo. Unos 7.000 asistentes, según la Guàrdia Urbana (200.000 según los convocantes). El exprimer ministro francés Manuel Valls acaparó todos los focos y pocos días después anunció que quería concurrir a las elecciones municipales para alcanzar la alcaldía de Barcelona. SCC intentó mantener la unidad entre constitucionalistas, pero las diferencias se acentuaron.

Rosiñol fue destituido en diciembre de 2018 acusado de "irregularidades administrativas" y de "tomar decisiones al margen de la junta". Él negó las acusaciones y retó a los que le señalaban a llevarlo a los tribunales. De fondo, según varias fuentes, estalló un conflicto partidista entre las distintas sensibilidades de SCC después de que Rosiñol intentara abrir una vía de diálogo con el independentismo con cartas a la ANC y a Ómnium para reunirse. Nunca se probaron las acusaciones y meses después se creó un consejo asesor de la entidad para 'recuperar' a Rosiñol y cerrar heridas.

La entidad buscó socorro en Josep Ramon Bosch, pero su segunda etapa acabó siendo más tortuosa que la primera. Su apuesta por el diálogo no fue bendecida por todos y sus declaraciones a favor de la inmersión lingüística, su defensa de los indultos a los presos del 'procés', su oposición a la aplicación del artículo 155 como arma electoral y su plante a la manifestación de la triple derecha en Colón contra el Gobierno provocaron un alud de bajas y él abandonó.

Recogió el testigo el exdiputado del PP Fernando Sánchez Costa, esperanzado de volver a las calles. Y lo hizo constatando que el fervor se iba apagando. Bajo el lema 'Por la concordia, por Catalunya: ¡Basta!', el 27 de octubre de 2019 la entidad reunió en el paseo de Gràcia de Barcelona a unas 80.000 personas, según la Guàrdia Urbana, una cifra que los convocantes elevaron a 400.000.

Un ERE y un cambio de sede dañaron la capacidad de acción de la entidad. Sánchez Costa se marchó y designó a Elda Mata como sucesora. La empresaria afincada en Girona asume el reto de resurgir SCC con el objetivo de "mirar menos a los partidos" y "mantener los equilibrios ideológicos".

Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO en abril de 2022