Negociaciones tras el 23J

El PSC ve "difícil" volver a ostentar la presidencia del Congreso tras la renuncia de Batet

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El líder del PSC, Salvador Illa, con la hasta ahora presidenta del Congreso, Meritxell Batet

El líder del PSC, Salvador Illa, con la hasta ahora presidenta del Congreso, Meritxell Batet / FERRAN NADEU

Sara González

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Lo importante, aseguran desde la cúpula de la calle Pallars, es que la investidura de Pedro Sánchez prospere. Pero para el PSC, la principal locomotora del PSOE para que tras el 23J siga aspirando a la Moncloa, no es lo mismo tener la presidencia del Congreso que no tenerla. Con la renuncia de Meritxell Batet a seguir ostentado el cargo, los socialistas catalanes no tienen garantizado seguir ocupando de la tercera autoridad del Estado tras una legislatura en la que han tenido más peso institucional que nunca marcando el compás del poder legislativo. "Será difícil que el PSC retenga la presidencia de la Cámara", admiten fuentes socialistas. Siempre quedan, eso sí, los equilibrios en el reparto de ministerios y secretarías de Estado, así como de la dirección del grupo parlamentario en el Congreso.

A Salvador Illa no le ha pillado a contrapié que Batet manifestara que no quería repetir como presidenta de la Cámara baja. Ya en campaña la candidata catalana explicaba que el hemiciclo no ha sido fácil de manejar en una legislatura especialmente polarizada y "crispada". Y, además, hay aún carpetas candentes pendientes, como la sentencia sobre la retirada del escaño al exdiputado de Podemos Alberto Rodríguez, que llegará previsiblemente en otoño y que puede suponer un revés para su gestión. Si la prioridad de Sánchez es que otro dirigente del PSC lleve la batuta de la institución, lo tiene difícil si se tiene en cuenta que los otros dos principales dirigentes, los ministros en funciones Miquel Iceta y Raquel Sánchez, no cuentan con el aval de los partidos independentistas, imprescindibles para que prospere la votación.

Al primero ya lo vetaron como presidente del Senado bajo acusaciones de haber defendido la aplicación del 155 en Catalunya. Y, a la segunda, la reprobaron en el Congreso y en el Senado hace apenas tres meses por el caos de Rodalies. Sería difícil que ERC y Junts accedieran ahora a que uno de los dos ocupara un cargo que estará permanentemente obligado a ejercer de argamasa de la mayoría de la investidura. O se acude a un nombre más allá de las principales espadas que genere consenso o la presidencia del Congreso no estará en manos del PSC. "Es una pena, porque Iceta especialmente ejercería muy bien esta función", admiten desde el PSC, que consideran que habrá que apostar por una persona "con experiencia" capaz de "compactar" la mayoría progresista de la Mesa.

Una atalaya dentro y fuera del partido

Sin embargo, los socialistas catalanes no tienen intención de exigir nada a Sánchez porque insisten en que lo crucial es mantener la Moncloa y amarrar bien los apoyos de los partidos soberanistas para que eso sea posible. Además, tienen la tranquilidad de que el presidente en funciones valora su rol determinante para que la derecha no haya logrado sumar mayoría y que el criterio de Illa es tenido muy en cuenta. Pero eso no quita que son conscientes de que, por vetos de los independentistas, pueden perder una atalaya que hasta ahora les ha permitido manejar la agenda y los tiempos de la actividad del poder legislativo, relaciones directas con la casa real y el resto de instituciones del Estado y visibilidad mediática. "Es una posición importante", subrayan fuentes del PSC.

Ostentar la presidencia del Congreso ha contribuido a afianzar el peso del PSC dentro del PSOE después de haber brindado un apoyo incondicional a Sánchez, incluso en los momentos más débiles de su trayectoria, y también le ha servido a Illa para exhibir el poderío del partido en esta etapa ascendente en Catalunya bajo su batuta. Además de Batet al frente de la institución, los socialistas catalanes han acabado la legislatura con dos ministros -Iceta y Sánchez-, con Eva Granados como portavoz en el Senado, José Zaragoza como miembro de la dirección del grupo parlamentario e importantes cargos en el Ejecutivo, entre ellos, Francesc Vallès como secretario de Estado de Comunicación o Víctor Francos en el de Deportes. Más allá del ámbito institucional, los dirigentes del PSC Montse Mínguez, Víctor Gutiérrez y Manuel García Salgado forman parte de la cúpula del PSOE.

Esta vez, la presidencia del Senado recaerá en el PP, que tiene mayoría absoluta, y la intención inicial de Sánchez si logra formar Gobierno es reducir ministerios, por lo que habrá que ver si en el cómputo global tras el reparto de sillas el partido de Illa mantiene, gana o pierde peso. Lo que queda claro es que ERC y Junts, que ven cómo el PSC se ha consolidado como partido más votado en Catalunya y que será el principal rival a abatir en las próximas elecciones catalanas, no se lo pondrán fácil.

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