La Constitución de las Cortes

La batalla por controlar la Mesa del Congreso, la primera prueba de la mayoría de Sánchez

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Feijóo propondrá a una mujer a la presidencia del Senado

Teresa Jordà: "Posiblemente una silla de la mesa del Congreso será para el independentismo o el PNV"

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Vista del hemiciclo del Congreso durante la intervención dl presidente de la Mesa de Edad, el diputado Agustín Zamarrón, al inicio la sesión constitutiva de la XIV legislatura de la Cámara baja.

Vista del hemiciclo del Congreso durante la intervención dl presidente de la Mesa de Edad, el diputado Agustín Zamarrón, al inicio la sesión constitutiva de la XIV legislatura de la Cámara baja. / EMILIO NARANJO / EFE

Miguel Ángel Rodríguez

Miguel Ángel Rodríguez

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Uno a uno, los 350 diputados del Congreso bajarán de sus escaños, subirán a la tribuna de oradores y en una urna de madera irán introduciendo papeletas con un nombre escrito, el de uno de los candidatos para presidir la Cámara baja. Será el próximo 17 de agosto, después de que hayan prometido la Constitución, y estarán librando una batalla por controlar la Mesa del Congreso, encargada de regir el funcionamiento de la Cámara. En esta liza, el PSOE pondrá a prueba por primera vez un pacto con todos sus socios -Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG- para lograr una mayoría progresista, cinco de los nueve asientos que componen el órgano. Una negociación en la que la diputada de ERC, Teresa Jordà, asegura a EL PERIÓDICO que uno de esos puestos podría acabar en manos de alguno de los partidos soberanistas.

Como cualquier votación en el Congreso, todo se reduce a una simple y sencilla cuestión de aritmética. Para hacerse con la presidencia de la Cámara se debe tener un candidato que sea elegido por mayoría absoluta o, en su defecto, que obtenga más 'síes' que el rival en una segunda vuelta. El bloque de la derecha tiene 171 escaños -PP (137), Vox (33) y UPN (1)- y para superarlo es necesario que PSOE (121), Sumar (31), ERC (7), Junts (7), EH Bildu (6), PNV (5) y BNG (1) -178 en total- apuesten por el mismo nombre.

Con estas mismas cuentas, en una segunda y tercera votación, el bloque progresista lograría hacerse con dos de las cuatro vicepresidencias que se reparten y con dos de las cuatro secretarías. En total, cinco puestos que irían, principalmente, para el PSOE y Sumar. Los otros cuatro asientos, las dos vicepresidencias y las dos secretarías restantes, irían para el PP, salvo que quiera ceder algún puesto a Vox.

Pactos y cesiones

Más allá de que la Mesa del Congreso no es más que una de las tantas pieza que componen un puzle mucho más amplio, sí existe una dinámica propia en las negociaciones para el Congreso. Tanto ERC como Junts están interesados en que este órgano tenga una mayoría progresista, dado que ninguno de los dos partidos cumple con los requisitos para tener grupo parlamentario propio. Así, los socialistas han prometido que la Mesa será laxa en la interpretación del reglamento. Jordà también asegura que en las conversaciones con el PSOE ha quedado claro que no habrá problema en este aspecto

Otra forma de atraer a estos partidos es cediéndoles un puesto en la Mesa. Aunque los socialistas no consideran renunciar a la presidencia del Congreso, la tercera institución del Estado, si estarían dispuestos a dar uno de los asientos que les corresponde. Jordà asegura en una entrevista a EL PERIÓDICO que "posiblemente habrá una silla que podría pertenecer al independentismo o al PNV". En 2019, los socialistas ya cedieron un puesto de la Mesa del Senado a la formación jeltzale.

Además, el poder no está solo en este órgano. Aunque los puestos de la Mesa son los más golosos -tanto por su influencia como su visibilidad mediática-, en la Cámara baja también hay que acordar el reparto de los sitios en las mesas de las distintas comisiones. En este caso, controlar una comisión determinada, más allá del plus salarial que conlleva, otorgar cierto control sobre la tramitación de las leyes del ramo. Estas sillas también están en negociación.

Los intentos del PP

Manteniendo la discreción, todas las formaciones involucradas apuntan en privado que este escenario será el que termine haciéndose realidad el próximo 17 de agosto. Sin embargo, en el PP se resisten y fuentes populares aseguran que están dispuestos a dar la batalla por hacerse con la presidencia de la Mesa, lo que le otorgaría mayoría en este órgano. Sin embargo, para ello necesita el apoyo de alguna fuerza nacionalista. La vista está puesta en el PNV, a quienes estaban dispuestos a ceder un asiento. No obstante, los jeltzales han rechazado sentarse a negociar con Alberto Núñez Feijóo su investidura, lo que no hace augurar un acuerdo respecto a la Mesa del Congreso.

Con los 137 diputados que tienen, el PP podrá hacerse sin problemas con cuatro puestos de este órgano. La cuestión está en si cede alguno de ellos a Vox. Además, los populares tendrán cinco de los nueve puestos de la Mesa del Senado, donde lograron una mayoría rotunda en el 23-J. La intención de Feijóo es elegir a una mujer como presidenta de la Cámara alta.