Apuntes políticos de la semana

Catalunya y el 'procés', ¿la última bala del 23-J?

¿Qué precio fijará el independentismo para investir a Pedro Sánchez?

La batalla europea de Puigdemont y los indultos de ERC: la campaña independentista del 23-J

apuntes politicos

apuntes politicos

Júlia Regué

Júlia Regué

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Superado el ecuador de la campaña, los partidos se preparan para sacar toda la artillería electoral en la recta final del 23-J. La carrera electoral viene marcada por Vox, pero la última semana se juega en Catalunya: el domingo Pedro Sánchez espera ser recibido por cerca de 2.000 simpatizantes en Barcelona y Carles Puigdemont reaparece por videoconferencia en un acto de Junts en Amer, su pueblo natal. El lunes Alberto Núñez Feijóo celebra su mitin central en la capital catalana, al igual que ERC, con Oriol Junqueras y la presencia de Arnaldo Otegi, mientras Yolanda Díaz se reserva el jueves. ¿Será la reanimación del 'procés' la última bala para cazar voto ajeno y movilizar a los indecisos?

El PSC confía en el miedo a Vox

La cuestión catalana sirve a PSOE y PP para exhibir modelos territoriales distintos, pero también permite a ERC y Junts escenificar la dualidad de sus estrategias en cuanto al diálogo, la confrontación y la desjudicialización. Los socialistas llevan tiempo insistiendo en que el deshielo entre ejecutivos ha 'desinflamado' el pulso independentista y alertando de que si Feijóo alcanza la Moncloa, el 'procés' volverá a implosionar. Los populares, si bien ya admiten que la Catalunya de 2023 no es la de 2017, evitan entrar al trapo y cargan contra el "chantaje" socialista porque lo ven una burda maniobra para opacar los pactos de Sánchez con ERC y Bildu.

El PP calcula que le quedan 20 escaños para rozar la mayoría y gobernar en solitario, y las expectativas están puestas, en buena parte, en territorio catalán, ya que un 'tracking' les sitúa incluso por delante de republicanos y posconvergentes tras la desaparición de Ciutadans. "Si va bien en Catalunya, va bien en toda España", repiten los populares. La receta catalana es moderación, evitar una confrontación a mano dura con Vox, para captar el descontento con Sánchez sin caer en la trampa ultra que beneficia al socialismo.

En el cuartel del PSC ya detectan que el miedo a Vox en Catalunya moviliza a su favor, también entre electores independentistas, así que Sánchez exprimirá en Barcelona la alerta de un "retroceso" si la ultraderecha termina siendo determinante para Feijóo, usando la ofensiva contra el catalán de PP y Vox en Baleares y la Comunitat Valenciana, y defendiendo las leyes sociales del Gobierno de coalición.

Las apelaciones de Sánchez al voto útil para frenar a la extrema derecha se convertirán también en un arma de doble filo respecto a Sumar, ya que por mucho que les requiera para gobernar, en Catalunya necesita hacerse con los votos morados en las provincias en las que los Comuns no tienen opciones de lograr representación, como Lleida, para que no caigan en saco roto.

ERC 'rescata' a Montero para sumar

En Esquerra son conscientes de que se verán aplacados por un triunfo socialista, pero la cuestión es minimizar el impacto. Su frontera de voto está en el PSC y los Comuns, por eso Rufián se deshace en elogios a Irene Montero a la caza del voto 'podemita' hasta el punto de que la ministra se ha prestado a entrar en campaña por ERC, protagonizando un acto del Govern en el que la 'consellera' Tània Verge cargó, de forma velada, contra Díaz por apostar por un feminismo "integrador" insinuando que el de Montero, a quien vetó en las listas de Sumar, es pura trinchera. Creen, al mismo tiempo, que el hecho de que Díaz evite defender un referéndum en su programa, apostando ahora por votar un pacto que puede ser tanto el traspaso de Rodalies como la independencia, les beneficia, porque diluye las diferencias entre la vicepresidenta y Sánchez.

Sin embargo, en el segundo tramo de la campaña, como ya sucedió en las municipales, los republicanos preparan el cuerpo a cuerpo con Junts. Ya se han desacomplejado, la defensa de los indultos no cesa, al tiempo que JxCat replica que el PSOE les ha tomado el pelo, especialmente por el incumplimiento en inversiones y por la desmovilización en las calles. Pese a las llamadas a la unidad, admiten que no compartirán negociación si el 24-J hay opciones para Sánchez. Las condiciones de Junts -referéndum y amnistía- son inasumibles para el PSOE, aunque los republicanos dudan de que la posconvergencia aguante la presión de tener en sus manos evitar un gobierno PP-Vox y permitirlo.

Junts saca a Puigdemont

Entre tanto, JxCat se ha quedado con un poder institucional residual a las puertas de unas nuevas elecciones. El secretario general, Jordi Turull, sale tocado de las negociaciones poselectorales del 28-M -el partido solo controla la Diputación de Girona en alianza con ERC y el Ayuntamiento de Sant Cugat, como puestos de relevancia- y Laura Borràs ya mueve hilos -también de Twitter- para que el fiasco sea visto como una imagen de purismo independentista. Si bien Xavier Trias permanece resguardado en el consistorio barcelonés, alejado de los mítines, Puigdemont sale a evitar que los llamamientos a la abstención independentista sólo afecten a Junts. La noche del 23-J se verá si surte efecto y si el soberanismo sigue siendo decisivo para Sánchez o un sector más en la oposición a Feijóo.

Suscríbete para seguir leyendo