Política internacional
El tenso clima electoral contamina la presidencia española de la UE
España arranca seis meses de presidencia europea marcada por un nuevo orden continental
Sánchez estrenará el sábado la presidencia española de la UE con un viaje a Kiev para apoyar a Zelenski
EDITORIAL | España en la UE, más allá de turnos
Juan Ruiz Sierra
Periodista
Las presidencias españolas de la UE albergan en los últimos tiempos un componente gafe. La anterior, en 2010, con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, tuvo lugar en plena crisis y estuvo marcada por la austeridad y los ajustes. Ahora las recetas han cambiado por completo y se abraza el aumento de gasto público, pero el mandato, que comenzó el sábado y se prolongará hasta finales de año, ha vuelto a coger a España en una situación delicada: a solo tres semanas de las generales y con la incógnita de si empezará con un jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y acabará con otro: Alberto Núñez Feijóo. El tenso clima electoral ya está contaminando la trascendental responsabilidad comunitaria.
Sánchez aseguró el pasado jueves en Bruselas, donde participó en el Consejo Europeo, que la presidencia española sería “de Estado”. Sin embargo, poco después se comprobó la imposibilidad de que el mandato permaneciera ajeno a la cruenta lucha entre los candidatos del PSOE y el PP, que ahora mismo no tienen apenas interlocución.
Sánchez y Feijóo llevan a Bruselas su lucha ante las urnas con acusaciones de sabotaje y opacidad
Feijóo, que ha creado un grupo de exministros para preparar la presidencia europea si logra llegar a la Moncloa, también estaba ese día en la capital belga. Durante su comparecencia, el líder de los conservadores acusó al Gobierno de propagar el “bulo” de que si gobierna el PP los fondos europeos estarán en peligro y se quejó de "la falta de transparencia y el silencio atronador” de Sánchez a la hora de informarle sobre el mandato comunitario.
Para el PSOE, los populares están tratando de “torpedear” el semestre español. Sin embargo, Sánchez no se quedó atrás en las críticas un día después. El jefe del Ejecutivo explicó que le habían llegado en Bruselas numerosas muestras de preocupación por parte de sus homólogos europeos por los pactos entre el PP y Vox en varias autonomías y numerosas ciudades, donde el partido de Feijóo asume el lenguaje negacionista de la violencia machista por parte de la ultraderecha y acepta la retirada de banderas LGTBI en las sedes de los ayuntamientos. “He tenido conversaciones con distintos líderes que están sorprendidos y contrariados de la involución de ciertos derechos donde España había sido un ejemplo y ahora estamos siendo un contraejemplo”, dijo el jefe del Ejecutivo.
Importantes cambios de agenda
Fuentes de la Moncloa insisten en que, pese a la actitud del PP, todo transcurrirá con “normalidad”, porque las citas con las urnas en el país que asume la presidencia europea no supone “ninguna excepción”. En Francia, recuerdan, se celebraron elecciones presidenciales el año pasado, mientras Emmanuel Macron ocupaba esta responsabilidad. Pero más allá del combate declarativo entre Sánchez y Feijóo, el adelanto de los comicios generales tras la debacle socialista en las municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo ha obligado a llevar a cabo importantes cambios de agenda que no han estado exentos de choques entre socialistas y conservadores.
La coincidencia de los comicios y el semestre europeo fuerza al Gobierno a hacer importantes cambios de agenda
Solo cuatro días después de anunciar que las generales serían el 23 de julio y no a mediados de diciembre, como estaba previsto, Sánchez se vio forzado a solicitar formalmente, tras pedirlo así el líder del PP europeo, el alemán Manfred Weber, el aplazamiento de su comparecencia en el Parlamento Europeo para presentar las prioridades de la presidencia española. Estaba fijada para el 13 de julio, pero finalmente tendrá lugar a mediados de septiembre, cuando el semestre ya esté casi en su ecuador.
Más tarde, el jefe del Ejecutivo acordó con la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, adelantar a este lunes la visita a Madrid del Colegio de Comisarios, que en un principio iba a tener lugar el jueves, último día antes de la campaña electoral propiamente dicha. Hay más ejemplos. La Conferencia de Presidentes de la Eurocámara, que reúne a la presidenta de esta institución (Roberta Metsola) y los líderes de todos los grupos parlamentarios, se iba a celebrar el 26 y 27 de junio en Madrid, pero fue aplazada ‘sine die’ debido a la convocatoria electoral.
Pero también ocurre a la inversa. La presidencia europea altera la campaña del candidato socialista. El 17 y 18 de julio, a menos de una semana de que voten los españoles, tendrá lugar en Bruselas la cumbre entre la UE y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), impidiendo a Sánchez protagonizar actos de partido. La diplomacia no suele tener impacto en las urnas españolas, pero los colaboradores de Sánchez, uno de los presidentes del Gobierno más volcados en el exterior, señalan que en este momento, con el crédito internacional de Feijóo en entredicho por sus pactos con Vox, “todo suma”.
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