Juicio histórico en EEUU

Asalto implacable de la defensa de Trump a Michael Cohen, testigo estrella contra el expresidente

El histórico juicio penal al expresidente por los pagos a Stormy Daniels se acerca a su recta final

Donald Trump junto a su abogado, Todd Blanche, en un receso del juicio oral.

Donald Trump junto a su abogado, Todd Blanche, en un receso del juicio oral. / MARK PETERSON/ BLOOMBERG

Idoya Noain

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Las ocho horas que Michael Cohen pasó el lunes y el martes testificando en el juicio penal contra Donald Trump bajo preguntas de la fiscal Susan Hoffinger fueron un paseo hecho a medida tanto del antiguo abogado y “conseguidor” de Trump como del ministerio fiscal, que ha imputado con 34 cargos al expresidente y candidato de facto republicano para noviembre por la falsificación de documentos para ocultar el pago para silenciar a Stormy Daniels antes de las elecciones de 2016. Como se intuía, todo cambió cuando llegó el turno de interrogar a Cohen de Todd Blanche, el principal abogado de la defensa, que abrió un asalto implacable a su carácter y su credibilidad.

Entre las primeras preguntas que el letrado realizó a Cohen fue si recordaba haberle definido a él en un mensaje en TikTok el mes pasado, ya con el juicio iniciado, como “un llorica de mierda” y a Trump como “un dictador imbécil” que “tenía que estar en una jaula como un animal”. “Suena como algo que diría”, replicó Cohen en ambos casos, provocando risas entre los periodistas y alguna sonrisa entre miembros del jurado e incluso una de las abogadas de Trump.

Cohen mantenía el semblante y el tono serio y calmado, a ratos combativo, pero no desafiante con Blanche, pero la línea de ataque del abogado quedaba clara. Porque ahí arrancaba un interrogatorio que, igual que sucedió con el de la defensa a Daniels, trata de retratar a Cohen como alguien “mentiroso” (condenado entre otras cosas por desacato al Congreso y por evasión de impuestos), que está explotando para su beneficio económico el histórico caso y que busca vengarse de Trump (con el que el abogado asegura que estuvo “obsesionado”, a lo que Cohen ha replicado que "entonces estaba hasta las trancas en el culto a Trump").

Cohen no tiene todo a su favor. A lo largo de los últimos seis años, desde que empezó a testificar contra Trump, ha hablado incontables veces y de forma colorista del caso y del antiguo jefe por el que un día sintió devoción, tanto en entrevistas como en redes sociales, en sus dos libros o en sus dos pódcast. Como ha tenido que reconocer forzado por las preguntas de Blanche, en varias ocasiones la fiscalía le ha pedido que lo deje de hacer.

"Sé fuerte”

La sesión de tarde estaba en las antípodas de lo que se había visto antes del receso para el almuerzo. Porque Cohen había pasado más de tres horas y media continuando para la fiscalía el relato que inició el lunes. Esa narración ha pasado por una reunión en el Despacho Oval con Trump y Allen Weisselberg, consejero financiero de la Organización Trump, donde asegura que el entonces presidente dio luz verde al esquema para reembolsarle el pago a Daniels que está en el centro de este caso.

También ha realizado un amplio recorrido sobre cómo una relación de entrega absoluta a Trump que se tornó en una de abandono y enfrentamiento. Y ese relato ha hecho que en la sala 1530 del Tribunal Supremo del condado de Nueva York resonaran mensajes que para cualquier español tienen directos ecos de aquel “Luis, sé fuerte” que Mariano Rajoy envió por SMS a Bárcenas. En el caso estadounidense, Cohen ha recordado una llamada que tuvo con Trump en abril de 2018 después de que el FBI hubiera llegado con una orden de registro a la habitación donde se estaba alojando entonces en Nueva York y se hubiera incautado de sus dos teléfonos móviles, sus aparatos electrónicos y documentos.

En esa conversación telefónica, según Cohen, Trump le dijo; “No te preocupes. Soy el presidente de EEUU. Todo va a salir bien. Mantente fuerte”. Eso llevó al entonces abogado a confiar en que estaba “protegido” siempre que se mantuviera “en el campo de Trump”. Y los mensajes de respaldo del entonces presidente también llegaron en forma de mensajes en Twitter (ahora X).

Aquella sería, no obstante, la última conversación directa entre ellos, según ha dicho Cohen. Las siguientes ya fueron a través de intermediarios, incluyendo Robert Costello, un abogado vinculado a Rudy Giuliani, el exalcalde de Nueva York aliado de Trump, que se ofreció a funcionar como canal de comunicación con el intermediario. “Duerme bien esta noche, tienes amigos en las altas esferas”.

Cuando finalmente Cohen decidió “que no mentiría más por Trump”, según ha dicho después de que su esposa y sus hijos le recordaran que a ellos les debía más lealtad que al mandatario, y accedió a declararse culpable de los cargos que enfrentaba, Trump se volvió públicamente en su contra. Y en un mensaje en agosto de 2018 en Twitter, el republicano le acusó de haberse “roto” y de “inventar historias” para conseguir un acuerdo con la fiscalía.

El juicio se acerca al final

Nadie puede saber aún cuál de los retratos de Cohen tendrá más impacto en el jurado popular de siete hombres y cinco mujeres (y una española entre los seis suplentes) que debe decidir si Trump es culpable o inocente. Y el momento de esa decisión está cada vez más cerca. La defensa ha dicho al juez Juan Merchan que espera seguir con el interrogatorio de Cohen el jueves (los miércoles no hay sesión y tampoco habrá sesión este viernes, cuando Trump acudirá a la graduación de su hijo Barron), pero después de él la fiscalía ya no llamará a más testigos. Queda por ver si la defensa de Trump llama a alguno, o al propio expresidente (improbable), Y para principios de la semana podrían llegar la presentación de alegatos finales y la deliberación.