Elecciones municipales 2023

El PSC apuesta por más multas y trabajo comunitario para combatir el invicismo

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El candidato del PSC, Jaume Collboni, flanqueado por Maria Eugència Gay (número dos de la lista) y Marta Villanueva (número seis)

El candidato del PSC, Jaume Collboni, flanqueado por Maria Eugència Gay (número dos de la lista) y Marta Villanueva (número seis) / PSC

Sara González

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Más sanciones y más elevadas, así como más trabajo comunitario para hacer frente al incivismo bajo la lógica de que "quien haga una pintada, que sea él quien la limpie". El PSC levanta la bandera del "orden" en esta campaña para reivindicarse como la opción "moderada" y de izquierdas frente a los Comuns de Ada Colau. Aún están en plena resaca de la encuesta del CIS, de la que el aspirante Jaume Collbonisaca pecho porque, a su parecer, demuestra que los socialistas van al alza y que es él y no el candidato de Junts, Xavier Trias, quien representa la "alternativa progresista" a la actual alcaldesa.

Flanqueado por la número dos de la lista, Maria Eugènia Gay, y la número seis, Marta Villanueva, Collboni ha anunciado, desde el barrio de Congrés i els Indians, que es el momento de "restablecer el orden en las calles" y que su propósito es tejer "un pacto por el civismo" con el resto de partidos de Barcelona durante los 100 primeros días de su gobierno. Es la segunda de las promesas que enmarca en este plazo de tiempo, ya que el miércoles anunció que en ese mismo plazo reactivaría también el proyecto de la cobertura de la Ronda de Dalt.

Por la tarde, desde Gràcia, uno de los bastiones independentistas de Barcelona, ha continuado hablando de "orden" y de "convivencia" frente a la alcaldesa Ada Colau y frente a los independentistas, a los que el líder del PSC, Salvador Illa, atribuye estar instalados en la "cultura de la queja" en lugar de

r decisiones. Y puestos a hablar de orden y disciplina, qué mejor que hacerlo de la mano de la ministra del Gobierno más ortodoxa en esta materia y la que más respeto

a en la derecha: la de Defensa, Margarita Robles, que

e ha declarado "barcelonesa" en uno de los enclaves más hostiles para los socialistas. Ella es, precisamente, una de las figuras del Gobierno más controvertidas para el independentismo por el escándalo del 'Catalangate'.

Según el PSC, la actual ordenanza de civismo, que fecha de 2005, ha quedado "superada por el tiempo" y debe actualizarse para mantener el espacio público "limpio, seguro y con una movilidad ordenada", una carpeta que, en caso de ganar las elecciones, tiene previsto que recaiga sobre la exdelegada del Gobierno. Los socialistas consideran que hay que incorporar nuevos fenómenos que han surgido en los últimos años, como los patinetes que circulan por donde no deben, las molestias por el ruido nocturno o el incremento del botellón, y afrontarlos con más multas, que estas sean más altas y que puedan también introducirse los trabajos comunitarios como alternativa a las sanciones.

Dificultades para cobrar sanciones

De hecho, ha recordado que ya se produjo el año pasado un endurecimiento de las amonestaciones por los botellones, con un abanico de entre 100 y 600 euros, aunque ha reconocido que una de las dificultades "importantes" que tiene el Ayuntamiento es cobrar estas sanciones, especialmente cuando se imponen a turistas y visitantes que abandonan la ciudad en pocos días. Solo se llega a recaudar alrededor del 37% de las multas impuestas por incivismo, la mayoría de ellas por consumo de alcohol en la vía pública, muy asociada también a la suciedad

o de las principales preocupaciones de los barceloneses suele ser la limpieza- y al ruido contra el que distintos grupos de vecinos se han organizado en los últimos meses para reivindicar su derecho al descanso.

"Hace falta una respuesta meditada, consensuada y razonable, pero también contundente", ha sostenido el dirigente. Preguntado por qué ha hecho el PSC en este ámbito como partido que gobierna con los Comuns y que tiene la cartera de seguridad, Collboni ha presumido de haber logrado poner fin al 'top manta' "cronificado" que había desde la Barceloneta a Colón, así como haber acabado con los bicitaxis y mitigado los polémicos botellones que se multiplicaron hace dos años durante las restricciones de la pandemia mientras el ocio nocturno estaba cerrado. El argumento de los socialistas es que, si no se ha ido más allá en asignaturas como esta es porque han sido el "socio minoritario" del gobierno de Colau.

No lo ha verbalizado durante el acto porque se ha acabado precipitadamente por la lluvia, pero el programa de los socialistas incluye reclamar al Gobierno mecanismos de "justicia rápida para actos vandálicos" como los que se activaron durante las Olimpiadas de 1992.