Cita con las urnas el 28-M

Los 10 retos del PSC en las elecciones municipales de Catalunya

¿Quién ganará las elecciones? Estas son las predicciones más allá de las encuestas

¿Quién ganará las elecciones en Badalona 2023? Estas son las predicciones más allá de las encuestas

El líder del PSC, Salvador Illa, en un acto en Terrassa este sábado

El líder del PSC, Salvador Illa, en un acto en Terrassa este sábado / ACN

Sara González

Sara González

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"Vamos a ganar, volveremos a ser los más votados en Catalunya y en Barcelona". La moral de victoria impregna la cúpula del PSC, unes expectativas al galope de una buena salud en estos momentos de las siglas y de, reivindican, los liderazgos del primer secretario, Salvador Illa, y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Presumen de tener sondeos que así lo diagnostican y de tener por delante una campaña que, más allá de robustecerse en los ayuntamientos catalanes, persigue un doble objetivo: que el 28 de mayo se pongan las bases para que los socialistas puedan ganar -y esta vez gobernar- la Generalitat y para revalidarse en las generales en la Moncloa. A continuación, la radiografía de los 10 grandes retos del PSC en estas municipales.

Ser el partido más votado

Ya lo fue el 14 de febrero de 2021 en las elecciones catalanas y ahora quiere volver a repetir ese hito: ser de nuevo el partido más votado, ahora en las municipales. En 2019 el PSC quedó segundo en número de apoyos, pero poco más de 54.000 votos le separaron de ERC, que quedó en cabeza. Ahora, los socialistas aseguran que detectan un "cambio de tendencia" que les permitirá arrebatar a los republicanos el primer puesto. Si lo logran, apuntalarían el relato de que su hoja de ruta basada en la "política útil", la "mano tendida" desde la oposición y el "final del 'procés'" le consolida como la opción alternativa para gobernar la Generalitat.

Conquistar la alcaldía de Barcelona

A nadie se le escapa que, sea o no el más votado, el éxito de cualquier partido en esta campaña se medirá también por, no solo quién se impone en Barcelona, sino quien logra tener la alcaldía. Para el PSC, lograr llevar la batuta en la capital catalana y recuperar un gobierno que tuvieron bajo su poder durante 32 años hasta 2011 es crucial para sus expectativas a nivel catalán y estatal, además de ser un punto de inflexión -en un sentido u otro- para el alcaldable Jaume Collboni. Toda la demoscopia deja claro que, para ello, serán imprescindibles los pactos. Y esta vez, a diferencia de hace cuatro años, no hay vetos cruzados entre socialistas e independentistas.

Tarragona, Girona y Lleida

El reto es, no solo tener la alcaldía de Barcelona, sino también de las otras tres capitales de provincia. El PSC asegura tener cerca esa posibilidad en Tarragona con Rubén Viñuales de candidato y, aunque aspira a mejorar resultados, admite que será más difícil en el caso de Girona -donde gobierna Junts- y de Lleida -donde ERC está al mando-. De hecho, en 2019 fue especialmente doloroso para los socialistas que los republicanos les arrebataran tanto la alcaldía tarraconense como la Paeria, donde se la juega Félix Larrosa. En terreno gerundense, Sílvia Paneque ha ganado en proyección -es la cara visible en el Parlament de la negociación sobre la gestión de la sequía- y dan por sentado que tendrá más margen para los pactos.

Revalidar las mayorías absolutas

A sabiendas que su gran vivero de votos y su apoyo más fiel está en el área metropolitana, el PSC busca revalidar las mayorías absolutas de alcaldías emblemáticas para el partido como las de L'Hospitalet de Llobregat, Cornellà, Santa Coloma de Gramenet, Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavà, Esplugues o Sant Joan Despí. Todos los alcaldes de estas grandes ciudades dan por hecho que el 28 de mayo es, para ellos, un simple trámite para seguir gobernando y la demoscopia les pronostica que podrán seguir haciéndolo con una mayoría indiscutible, porque ERC, que aspira a seguir ganando terreno en este enclave a los socialistas, está "lejos" en segunda posición.

Apuntalar enclaves del cinturón rojo

De las 19 ciudades de más de 20.000 habitantes que concentra el área metropolitana, 15 -más de dos terceras partes- están en manos del PSC y, más allá de las mayorías absolutas y dentro del llamado cinturón rojo, hay alcaldías que el partido entiende que son feudos que hay que retener. Sabadell y Mataró son dos ejemplos, con Marta Farrés y David Bote, así como Granollers, donde está por ver si Alba Barnusell mantiene la mayoría absoluta tras haber relevado al histórico Josep Mayoral. Retener la alcaldía de Badalona, con Rubén Guijarro, dan por hecho que pasará de nuevo por la odisea de los pactos. Sant Adrià de Besós, Sant Andreu de la Barca, Badia del Vallès, Abrera o Sant Just Desvern están también en su lista de imprescindibles.

Espinas clavadas como Terrassa

Además de pérdidas que tocaron su pundonor como las de Lleida y Tarragona, en la lista de cuentas pendientes está también Terrassa, donde Jordi Ballart logró retener la alcaldía a pesar de haberse desvinculado del PSC y de crear un partido propio. Montcada i Reixac , con alcaldía de Comuns en coalición con ERC es otro, así como la Roca del Vallès, municipio del que Salvador Illa fue alcalde.

Superar la brecha territorial

"Vamos a crecer dentro y fuera del área metropolitana", pronostican en la sede de la calle Pallars. Que hayan aumentado un 18% las candidaturas presentadas (615) respecto 2019 aseguran que ya es un síntoma. Y es que en los años en que el 'procés' provocó una diáspora del sector soberanista, el PSC sufrió una pérdida de musculatura fuera del área metropolitana. Continúa teniendo dificultades en la llamada Catalunya interior (comarcas de Lleida) y Terres de l'Ebre, pero la previsión es de "crecimiento" generalizado. Creen estar en condiciones de ganar en Reus y de hacer un buen papel en la mayoría de capitales de comarca.

Ampliar la política de pactos

La geometría variable y la libertad para pactar con quien convenga ha sido norma para el PSC y lo seguirá siendo ahora, donde además considera que puede exprimir el hecho de que se hayan difuminado los bloques en el Parlament y que Illa pacte en estos momentos tanto con ERC como con Junts. En Barcelona, mantienen todas las manos tendidas y repetir la experiencia de Sant Cugat del Vallès o Figueres, donde gobiernan con republicanos y CUP, forma parte de sus esquemas, un modelo que ven posible exportar a Girona si no quedan en primera posición y al que se aferrarán para aumentar su presencia en gobiernos municipales. Con Junts, además de gobernar la Diputación de Barcelona, también comparten el mando de 11 consejos comarcales.

El fortín de la Diputación de Barcelona

Pere a la contradicción que suponía para Junts, en 2019 el partido de Carles Puigdemont selló un acuerdo con el PSC para arrebatarle la Diputación de Barcelona a ERC, una alianza que se ha mantenido robusta y que los socialistas no ven inconveniente en reeditar. Hacer mella en el gobierno de las otras tres diputaciones, en las que son los republicanos y los posconvegentes los que llevan la batuta en coalición, será otro de los objetivos de Salvador Illa.

Frenar a ERC

Otro objetivo global del PSC es el de parar los pies a ERC para minar sus expectativas electorales tanto en estas municipales como de cara a las próximas generales, para que Sánchez pueda prescindir de sus votos, y las catalanas, donde Illa se erige en alternativa a Pere Aragonès. Los republicanos centran especialmente la batalla del 28-M en el área metropolitana, donde se ha propuesto erosionar el voto socialista. "Estamos a mucha distancia, no nos lo planteamos como adversario", responden desde la cúpula del PSC minimizando el propósito de los republicanos.

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