El 'DAFO' de Jaume Collboni

El análisis estrella del mundo de los negocios
disecciona las opciones de los alcaldables de BCN

EL PERIÓDICO disecciona las opciones electorales de los principales aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona los próximos cuatro años con una colección de análisis DAFO en formato multimedia. 'DAFO' son las siglas de "debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades", cuatro claves muy útiles para entender el presente y futuro de todo proyecto.

JAUME COLLBONI

El alcaldable del PSC tratará de conquistar este mayo, a la tercera y de una vez por todas, una alcaldía que se le resiste. Ha esquivado las inclemencias de la oposición con dos pactos de gobierno con Ada Colau, este mandato y el anterior, que le han permitido ser teniente de alcaldía y colocar al partido de nuevo en el centro de la vida municipal. El DAFO de Collboni tiene mucha miga.

Collboni carga desde hace meses con el sambenito de candidato poco carismático. No le ayuda a combatirlo que su propio partido haya hecho encuestas, con muy poco disimulo, en busca de algún otro socialista con más tirón electoral. Sin hallarlo, cabe recordar.

Los sondeos insisten semana tras semana en un triple o cuádruple empate. No lograr despuntar a estas alturas de carrera desgasta la marca del PSC, que tuvo en Barcelona un feudo indiscutible y lo sigue teniendo en la primera corona metropolitana.

Como en el famoso experimento del gato de Shrödinger, el exteniente de alcaldía a la vez es gobierno y no lo es. Puede criticar decisiones municipales de los 'Comuns', pero no puede rentabilizar el antiColauismo como la oposición. Una ambivalencia que le obliga a continuos malabarismos argumentales.

Su socia es su principal amenaza. No tanto por el voto que se disputan sino por el gran protagonismo político y mediático de Colau, que eclipsa al PSC. La alcaldesa se lleva los titulares aunque a veces versen sobre políticas socialistas.

Jaume Collboni y Xavier Trias sí que tienen voto en disputa. Y los apoyos, recursos y simpatías del establishment. El socialista ha tratado de seducir a la Barcelona de orden durante todo el mandato y ahora Junts podría llevarse el gato al agua, al menos en parte.

Barcelona no se saca de encima una nebulosa de insatisfacción ciudadana. Turismo, seguridad, limpieza, vivienda... Cambian los alcaldes y las políticas, pero no vuelve el optimismo. Un malestar que favorece a partidos 'de cambio' y frena a los de centro.

Sus ocho años de concejal incluyen más vicisitudes que 'Astérix y las doce pruebas': estreno en la oposición, ruptura abrupta del primer bipartido con Ada Colau, los años más crispados del Procés, una pandemia sorpresa y polémicas municipales de toda índole. Lo ha sobrevivido todo.

Los socialistas se han hecho fuertes en la gestión de servicios municipales. Presumen de solvencia en el manejo de una administración pública, algo que agrada a muchos votantes que sobre todo piden al Ayuntamiento que funcione bien y sin sustos.

Collboni no se corta al presentarse como heredero de los gobiernos socialistas que materializaron los Juegos Olímpicos de 1992 y el rescate de las barriadas maltratadas por el franquismo. Ya ha fichado para la campaña a Narcís Serra, Joan Clos y Jordi Hereu. Objetivo: hacer jugar a su favor el imaginario colectivo barcelonés.

Las urnas decidirán el pleno, pero no la alcaldía. En la decisiva fase de pactos postelectorales Collboni tiene las mejores cartas. Si queda primero, puede ser alcalde tanto con las izquierdas como con Junts. Y si queda segundo, aún puede quitarle la vara al ganador articulando la mayoría contrapuesta.

El PSOE quiere, necesita casi, que Collboni sea alcalde para llegar a las elecciones generales de otoño con el escaparate de Barcelona. Así pues, desfile asegurado de ministros y del presidente Pedro Sánchez, capotes desde la Moncloa, Adif, AENA... Los instrumentos del Estado, a su favor.

Además Collboni podrá lucir respaldo y compartir promesas con ciudades vecinas de mayoría absoluta socialista, como l'Hospitalet, Cornellà o Santa Coloma. Y plantear con más base políticas metropolitanas y provinciales, de la mano de dos instituciones que también gobierna. Un win-win para los alcaldables del PSC.

Un reportaje de
EL PERIÓDICO

Textos: Meritxell M. Pauné
Diseño: David Jiménez
Coordinación: Rafa Julve