Pendiente de la justicia

El Consell de la República explora la unidad independentista para el eventual regreso de Puigdemont

La entidad está en conversaciones discretas para tratar de tejer un pacto que dé sentido político a la vuelta del 'expresident' a Catalunya

El president Carles Puigdemont a l'acte del Consell per la República a Canet de Rosselló

El president Carles Puigdemont a l'acte del Consell per la República a Canet de Rosselló / Ariadna Reche / ACN

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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¿Regresará Carles Puigdemont a Catalunya? En torno a esta pregunta se han elaborado numerosas especulaciones, centradas en las posibilidades que le pueda conceder la justicia europea y en las decisiones que tome el Tribunal Supremo. Pero existe una parte de la ecuación tan importante como la judicial, que es la unidad política entre independentistas, hoy absolutamente inexistente. El entorno del 'expresident' explora discretamente como condición 'sine qua non' para estudiar un posible regreso, que tendría sin duda consecuencias notables en el tablero político catalán.

Las gestiones son incipientes y muy discretas. Parten del Consell de la República. El terreno no es fértil, ni mucho menos: Junts ha roto con ERC en el Govern y en casi todos los frentes políticos, la CUP está a la contra de ambos, las elecciones municipales recrudecen la batalla, la estrategia judicial de los procesados por el 1-O es divergente y se usa como arma arrojadiza entre todos los implicados y, para añadir más leña al fuego, la ANC confirma su intención de presentar una cuarta lista electoral independentista a los comicios catalanes, mientras Òmnium trata de poner paz, sin éxito. Si a esto se le añade que las elecciones generales también pondrán a prueba la estrategia independentista en Madrid y que el interior de Junts es un hervidero por el 'caso Borràs', parece que se trate de la tormenta perfecta.

Pero, en el entorno de Puigdemont, se apunta a algo significativo: tienen que ser Junts y el propio 'expresident' los que muevan ficha y sean más generosos que ERC si se quiere optar a algo parecido a la unidad en torno al regreso del 'expresident'. Que JxCat sea generoso se considera difícil ante el conjunto de agravios que cada día lanza contra Esquerra. Pero si las elecciones municipales arrojan un resultado digno para los de Jordi Turull, esto podría cambiar, siempre en beneficio del 'expresident'.

Que Puigdemont sea benevolente, apuntan las fuentes consultadas, ya no es tan descabellado, porque tiene un incentivo notable: conseguir que la estrategia política en torno a su regreso sea unificada entre todos los independentistas. Convertir, como siempre ha alegado, su caso personal en un caso político que sirva al movimiento soberanista y que no se pueda apropiar de ello ninguno de los actores. Puigdemont necesita esta unidad para que su posible vuelta no sea otro pim-pam-pum entre independentistas como lo ha sido la conmemoración del quinto aniversario del 1-O, la gestión del Govern, la sentencia del 'procés' o la reforma del Código Penal que anula el delito de sedición.

¿Volverá este 2023?

Puigdemont ganaría legitimidad en su batalla político-judicial contra el Tribunal Supremo. ERC debería, evidentemente, negociar las condiciones para bendecir esta operación, dado que los republicanos ven en Puigdemont a un adversario al frente de una organización, el Consell de la República, a la que no otorgan legitimidad. Pero ERC podría también participar activamente del operativo si obtuviera garantías de que nadie -es decir, de que Junts- no lo usa de forma partidista. Otro tanto debería pasar con la CUP, que abandera siempre la necesidad de una ruptura total con la legalidad estatal, lo cual supone un punto de conexión con la "confrontación inteligente" que propugna Puigdemont, pero que no se ha traducido en ninguna acción real de ruptura, tras la DUI de octubre de 2017.

Otra cuestión es la judicial, donde en el entorno de Puigdemont siempre se ve con mucha precaución cualquier paso a dar aunque los tribunales europeos puedan despejar el terreno tanto de la inmunidad parlamentaria del eurodiputado como de las condiciones para una extradición. La cautela imprime todos los movimientos, pese a que el abogado Gonzalo Boye ha apuntado recientemente que este mismo año Puigdemont podría regresar.

Así, a ojos del entorno del exjefe del Govern tan importante es el trabajo que realice Boye buscando las costuras legales entre las posiciones del Supremo y de la UE, como el recosido discreto que se intenta llevar a cabo para poder plantarse la posibilidad de una vuelta que tenga, como él siempre ha reclamado, un sentido político y no personal y que suponga una sacudida independentista. Algo que no ha sucedido desde 2017 ni con la sentencia del 'procés', ni con la destitución del 'expresident' Quim Torra ni con el 'caso Borràs'.

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