Recta final de la legislatura

ERC modula su apoyo a Pedro Sánchez para subrayar su perfil electoral de izquierda

Los republicanos creen que el intento socialista de ganar el espacio de centro deja al descubierto el flanco del PSC, más cercano a Esquerra

Gabriel Rufián, portavoz de ERC.

Gabriel Rufián, portavoz de ERC. / EFE

Xabi Barrena

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El funcionamiento de ERC es relativamente sencillo. Desde una dirección centralizada se atienden las dos patas que sustentan al Govern: la gestión del día a día y la cuestión nacional. Y para gestionar ambas, los republicanos cuentan con dos brazos: Barcelona, es decir, el Govern y el Parlament y Madrid, esto es, Congreso y Senado.

El empleo del brazo madrileño de ERC para lograr objetivos relacionados, sobre todo, con el ‘procés’, venció con el año 2022. La multielectoralidad de este 2023, con citas en mayo y otoño que afectan a los tres niveles de administración (local, autonómica y estatal) en la mayor parte de España aconsejaron a todas las partes implicadas poner la mesa de diálogo en barbecho. Lo que más asemeja y une a Esquerra con los socialistas es la nula voluntad de hacerse fotografías con el adversario en vísperas electorales. 

Además, el trabajo de esta legislatura, es decir, el cierre de la carpeta de la desjudicialización, o mejor, de todo lo que el poder legislativo puede hacer para la desjudicialización del conflicto catalán, se produjo en diciembre, con la aprobación de la reforma del Código Penal que sanciona la derogación del delito de sedición y cambios en el de malversación.

El apoyo a Sánchez

Y si lo sustancial está hecho, ¿qué puede hacer ERC en estos meses que distan de la disolución de las cámaras? La propia enumeración de los elementos señala el camino. Si lo sustancial se queda en ‘stand by’ por la elecciones, será que los comicios son, en sí mismos, clave. 

Por tanto, la acción del grupo parlamentario republicano debe servir para perfilar el sesgo de ERC, en este caso, hacia la izquierda. Una pátina que Esquerra puede lucir tanto en las elecciones municipales, donde los republicanos se juegan parte del éxito o fracaso de la convocatoria electoral en el área metropolitana de Barcelona, territorio donde el eje derecha-izquierda prima, como en las próximos comicios generales, donde esa dualidad política tradicional de la política está aún más presente. 

Ese perfil progresista que busca la dirección para batallar contra un PSOE que, según los republicanos, pretende ocupar el espacio electoral de centro caminando --si se viene de la izquierda es obligado-- hacia la derecha. Ese perfil izquierdoso, aplicado al siglo presente vendría a ser socialdemócrata, se ha afianzado, también, con el apoyo sin condiciones a la acción del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero. Tanto en la ley del ‘sólo sí es sí’ como en la ley trans. En ambas el PSOE, en bloque o en parte, sea por sus consecuencias en la excarcelación de violadores con condena o por desacuerdo ideológico (ley trans) ha mostrado su distancia. "Hasta el punto de pactar una ley, que es el mascarón de proa del Gobierno en cuanto a lo social, con el PP y Vox. La quinta esencia del progresismo", espetan fuentes republicanas.

Sobre el futuro del apoyo a Sánchez, fuentes de la dirección del partido apuntan que "ni se va a hacer una enmienda a la totalidad de lo que haga o proponga, ni tampoco se va dar un 'volantazo' en la acción en Madrid que suponga una rectificación a todo lo que se ha hecho hasta ahora". Esto se traducirá, prosiguen las mismas fuentes, en que habrá cuestiones "que se negociarán y pactarán y otras en las que se votará 'no'", haciendo uso, reconocen, de la libertad de movimientos que permite saber que no se va a sufrir una venganza en el campo del 'procés', es decir, de la mesa de diálogo. Pero, al mismo tiempo, sin dinamitar unos puentes que, en función del resultado en las urnas en otoño, van a tener que ser recorridos de nuevo por el interés mutuo. El de unos, una eventual investidura, el de los otros, abrir de una vez por todas la llamada agenda política del 'procés', es decir, la resolución del conflicto, sea con o sin referéndum.

El voto en el Congreso

Se podrían establecer varias categorías de votaciones en el Congreso, según la importancia y trascendencia, no tanto social, sino política. En esta clasificación, con la que al menos dos fuentes del partido coinciden aunque consideren simplista, en la cima se hallarían las votaciones de la investidura y la de los presupuestos. Las estructurales. Sin entrar en detalles, con respecto a lo de las cuentas, el acuerdo de ERC con el PSOE ha sido pleno. De hecho, estas votaciones han sido la gasolina que ha permitido llegar, aunque fuera empujando el coche, a diciembre de 2022.

La segunda categoría estaría integrada por aquellas leyes que fueron señuelo electoral, tanto del PSOE como de Unidas Podemos. Ambos bandos prometieron en campaña su derogación hasta darse cuenta, con los colegios electorales ya cerrados, que ello era técnicamente imposible. Y en cuanto a la reforma de ambas leyes, ERC se opuso a la de la reforma laboral y esta semana se pronunció en contra de la de la ‘ley mordaza’, en un expediente que aún puede dar algún giro. Además, subrayan fuentes parlamentarias, "cabe destacar un matiz. Mientras que la reforma laboral se edificó sobre un real decreto, para la ‘ley mordaza’ se ha partido de una proposición de ley del PNV. Señal de las pocas ganas que tenía el Gobierno de abordar la cuestión".

"Hay cosas que no podemos permitir", finaliza esta voz que casi coincide con otra del partido que señala que "el PSOE nos pone a veces muy difícil votar a favor de según qué". Ninguno de los dos lo menta, pero por el contexto del diálogo ambos se refieren al ‘no’ de ERC a la reforma de la ‘ley mordaza’.

Es en estas carpetas donde la diferencia de marco mental entre socialistas y republicanos es más evidente, señalan fuentes de ERC. "El PSOE nos exige que tenemos que estar con ellos a las verdes y a las maduras. Y cuando votamos en función de nuestro intereses e ideología sueltan aquello de que 'no somos un socio de fiar'", apunta una fuente parlamentaria. “Como se ha demostrado ampliamente en esta misma legislatura, y a diferencia de otros [referencia obvia a Junts] ERC no está en el ‘no a todo’”.

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