Junqueras advierte a Sánchez de que el juicio a Jové y Salvadó da más "palancas" al independentismo

"A Pedro Sánchez ya le hemos dicho lo que le teníamos que decir", apunta la cúpula de ERC. Un mensaje que también formó parte de la orden del día en la reunión que el 'president' Pere Aragonès y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, mantuvieron discretamente el pasado jueves: la interpretación que hacen tanto el Tribunal Supremo como la Fiscalía de la reforma del Código Penal que pactaron no es inocua para la relación entre los dos gobiernos.

Los republicanos avisan que están dispuestos a mantener un pulso con la Moncloa ante el riesgo que dirigentes como Josep Maria Jové y Lluís Salvadó puedan entrar en la cárcel -el ministerio público pide para ellos 7 y 6 años de cárcel, respectivamente, además de la inhabilitación de la 'consellera' Natàlia Garriga- por la organización del 1-O. Especialmente mientras el Gobierno siga sin reconocer públicamente que la judicatura está haciendo una lectura de la reforma de la malversación que difiere del espíritu con el que la acordaron ERC y el PSOE.

"Queremos decir con claridad a cualquier ministro que crea que el proceso de independencia ha acabado que ese camino está más vivo que nunca y que tiene más apoyos internacionales que nunca; y que aprovecharemos todas las palancas que se deriven de la acción represiva para construir estas complicidades", ha advertido el líder de ERC, Oriol Junqueras, en la intervención ante el consejo nacional del partido este sábado.

Han sido unas palabras breves con vocación de dejar claro que, al contrario de lo que piden los socialistas, el caso de Jové y Salvadó sí que tiene un impacto en el diálogo fluido que la Moncloa defiende que mantiene con la Generalitat mientras Aragonès deja claro que las relaciones no están "normalizadas". Los socialistas dan por finalizada la interlocución sobre el conflicto y aseguran que los intercambios con el Govern se centran ahora en cuestiones relacionadas con la gestión; y los republicanos mantienen que, por mucho que se intente mirar hacia otro lado, las consecuencias de la judicialización no están resueltas.

Además de la larga ovación que el partido ha dedicado a Jové, Salvadó y Garriga, a quienes Junqueras ha pedido que subieran junto a él al escenario, el presidente de ERC se ha referido a ellos como "héroes de la democracia". Y es que la actuación por parte de los órganos judiciales, ha advertido Junqueras, supone el "reto democrático más grande" al que ha tenido que hacer frente el Estado. Una aviso dirigido directamente a Sánchez en un año electoral en el que el presidente se juega la continuidad en la Moncloa. Considerar amortizada la mesa de diálogo, dan a entender los republicanos, tendrá un coste.

Insuflar moral a las bases

Consciente de cómo las peticiones de penas que ha hecho la Fiscalía y que la reforma penal quede en papel mojado influye en el estado de ánimo de sus tropas, la cúpula de ERC intenta insuflar moral a sus dirigentes. Junqueras ha señalado que si su partido es "el más represaliado de la historia del país" es porque también es el que genera "más miedo a los aparatos represivos" del Estado. Si los tribunales están pidiendo penas altas para sus dirigentes, ha continuado, no es porque la reforma pactada no fuera acertada, sino porque parte de la judicatura tiene como objetivo "debilitarlos".

Pero esa actitud, ha rematado, tiene que ser encajada "con orgullo" por la formación y aprovechada para construir "más y mejores complicidades y alianzas" en el ámbito internacional. Como ejemplo ha puesto que la líder del Sinn Féin, Mary Lou McDonald, se haya comprometido, tras reunirse con Aragonès en Dublín, a reconocer a una Catalunya independiente "si así lo deciden los catalanes" si ella gobierna en Irlanda.