La presidenta de JxCat, en el banquillo

Turull pide a Junts un cierre de filas con Borràs ante los recelos que despierta su juicio por corrupción

MULTIMEDIA | Laura Borràs, a juicio: las pruebas que la señalan y los argumentos de defensa

El secretario general exhibe su apoyo a la presidenta del partido para no dar ninguna excusa para que ella y sus fieles le acusen de apartarla

Laura Borràs

Laura Borràs / MARIONA PUIG / ACN

Carlota Camps
Fidel Masreal
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Ante un centenar de cargos del partido, el secretario general Jordi Turull, recordó una cita en el calendario: la presidenta de Junts, Laura Borràs, se sienta este viernes en el banquillo de los acusados, y "todo el que pueda que vaya a apoyarla" ante el tribunal, dijo el lunes, en la reunión de la formación. Pero, tras estas palabras, no hubo más comentarios. Borràs tampoco abrió la boca. La escena es sintomática de la situación interna en JxCat: oficialmente, apoyo total a Borràs; extraoficialmente, a más de un dirigente le será "imposible" acompañarla por "motivos de agenda".

El discurso que impone cara a la galería el partido es que el de Borràs es un "juicio político" porque se la que se persigue por ser independentista. De hecho, se siente no solo perseguida por un tribunal de un Estado "represor", sino también por ERC y la CUP -poco sospechosos de españolistas- por no apoyarla ante el juicio. Los acusa de dictar sentencia preventiva contra ella. Pero, puertas adentro, los que en Junts no comparten nada con ella en el terreno político -y personal- creen que no se puede envolver en la 'estelada' porque lo que se juzga es si troceó varios contratos de forma irregular cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), antes de figurar en las de Junts y de empezar a encadenar cargos políticos.

Junts hizo un despliegue de cargos en el paseo Lluís Companys, aunque no estuvo una de las piezas claves: Xavier Trias. La presidenta del partido llegó acompañada de una parte importante de la plana mayor de la formación y el secretario general, Jordi Turull, defendió su presunción de inocencia ante los periodistas. Turull ha exhibido siempre, en público y privado, su apoyo a la presidenta del partido. No quiere dar ninguna excusa para que ella y sus fieles le acusen de apartarla. Ha evitado el choque, pese a que su entorno ha reclamado más mano dura cuando Borràs ha protagonizado polémicas y se ha rodeado de colaboradores como el diputado Francesc de Dalmases, que reconoció después de varios informes, haber abroncado a una periodista de TV-3.

Los equilibrios de Turull

El secretario general, por tanto, espera. Si Borràs es condenada, él no se habrá quemado por apartarla. La inhabilitación que pueda suponer la sentencia -se le reclaman seis años de prisión y 21 de inhabilitación- hará el trabajo "sucio". Pero también se prepara para lo contrario: que sea absuelta y eso la impulse a reivindicarse como candidata y presidenta del Parlament.

Mientras, los que se han enfrentado abiertamente a la líder posconvergente guardaran un discreto silencio o harán lo justo para mostrar formalmente su apoyo. En sus planes está que sea suspendida durante años y, de este modo, poder pasar página al efecto de ella y los suyos sobre el partido en términos de liderazgo e ideología. Esperan, pues, que el discurso radical de recuperar la declaración de independencia, de unirse a los sectores más recalcitrantes del independentismo, de ejercer el hiperliderazgo y de rodearse de un grupo de fieles enemistados con una parte notable del partido, se dé por finalizado por la fuerza de la sentencia.

Los alcaldables se centran en sus planes y alguno ha evitado darle a Borràs protagonismo en su municipio. Turull, por su parte, agradece a la presidenta que desde hace meses haya adoptado un rol más discreto en el partido. La última muestra fue el acto preelectoral en Girona con los principales alcaldables, en el que el discurso de Borràs fue más que discreto. Un perfil bajo para no acaparar el foco, después de que Trias reclamara abiertamente un partido "fuerte" que no haga "tonterías". Un mensaje con un destinatario claro. O, más bien, una destinataria.

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