Obra legislativa

ERC ha perdido una de cada cinco votaciones en el Parlament desde que gobierna en solitario

Las derrotas no afectan por ahora al grueso de la acción de gobierno, a la espera de los presupuestos

Salvador Illa y Albert Batet, conversando en el hemiciclo del Parlament justo detrás del 'president' Pere Aragonès

Salvador Illa y Albert Batet, conversando en el hemiciclo del Parlament justo detrás del 'president' Pere Aragonès / FERRAN NADEU

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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Si hay algo que une a toda la oposición en el Parlament es la sensación de que Esquerra no ha asumido todavía que está en clara minoría y que no puede gobernar con 33 diputados como si tuviera mayoría absoluta. El reproche es transversal y ocupa todo el arco parlamentario. Pero, más allá de esta valoración, subjetiva y partidista, hay cifras que constatan la situación parlamentaria de los republicanos: desde que en octubre Junts dejó el Govern y sus 32 diputados ya no apoyan al Ejecutivo, ERC ha perdido una de cada cinco de votaciones, el 21, 06% del total. La parte menos traumática para Esquerra es que falta por saber qué pasa con los presupuestos -la ley más importante de todo gobierno- y que ninguna de estas votaciones ha supuesto un descalabro en los planes centrales de la gobernabilidad.

Las derrotas más significativas por ahora son de peso relativo. La primera, pocos días después de la ruptura: el Parlament rechazó el proyecto de ley del Plan Estadístico de Catalunya para los próximos cinco años, se retrasó la convalidación de un decreto sobre funcionarios y se modificó el Fondo de Transición Nuclear, contra el criterio de Esquerra. En el primero de los casos, ERC consideró "incomprensible" que Junts se abstuviera en el plan estadístico cuando se trataba de una iniciativa cocinada en la 'conselleria' de Economía de Jaume Giró, de Junts.

En cuanto a los funcionarios, la oposición lo que hizo fue retrasar un trámite pero, finalmente, el 21 de diciembre, ERC logró el apoyo de los 'comuns' y Ciutadans, mientras que el PSC, Junts, Vox y el PP se abstuvieron, y la CUP votó en contra. En total, 47 votos a favor, 9 en contra y 77 abstenciones. La 'consellera' de Presidencia, Laura Vilagrà, se felicitó de que el proyecto, validado como proyecto de ley, "mejorará la situación de muchos trabajadores".

La derrota con más contenido tangible hasta ahora es la referida a la cuestión de las nucleares. El PSC presentó una propuesta para modificar la ley que crea el impuesto sobre instalaciones que inciden en el medio ambiente, para que los municipios beneficiados sean los que se hallan a menos de treinta kilómetros respecto a las centrales de Ascó y Vandellós, y aumentar el porcentaje de recaudación que se ha de destinar al fondo, hasta un 50%. Los socialistas lograron tirar adelante la norma al presentar algún retoque con Junts. Y ERC votó en contra junto a la CUP, PP y Vox.

Donde numéricamente Esquerra ha perdido más votaciones ha sido en el debate de las mociones, textos con valor político más que tangible, que instan al Govern a tomar determinados rumbos o proclaman objetivos políticos genéricos. En concreto, desde octubre, ERC ha constatado que no lograba su objetivo en 91 mociones de todo tipo. La más dura políticamente para Aragonès, la que, con 77 votos a favor, constató su soledad parlamentaria. Esquerra votó en contra de 28 mociones que se aprobaron o se abstuvo en 61 textos que finalmente se aprobaron o rechazaron.

Las consecuencias

Como es lógico, el partido que más ha subrayado estas derrotas de ERC es su hasta hace tres meses socio en el Govern, Junts per Catalunya. Desde la decisión de las bases de Junts de abandonar en Govern, la dirección del partido ha mantenido un discurso contundente en el Parlament para subrayar que ERC debería someterse a una cuestión de confianza o convocar elecciones al constatar que dispone de poco más del 20% de los escaños en la Cámara y ha perdido los dos apoyos con los que Pere Aragonès fue investido 'president': Junts y la CUP, partido este último que no ha querido ni negociar los presupuestos.

El mensaje de Junts ha venido acompañado de votaciones desmarcándose de Esquerra, lo cual automáticamente ha hecho aflorar similitudes con el PSC en cuestiones como los grandes proyectos de infraestructuras (ampliación del aeropuerto de El Prat en Barcelona, complejo Hard Rock en el Camp de Tarragona y el llamado cuarto cinturón viario en el Vallès), que ya se produjeron en el primer año del Govern; y también ha evidenciado las críticas de Junts a la estrategia pactista de ERC en el terreno soberanista. Pero en este ámbito, Junts carece de mayoría para hacer prosperar determinadas votaciones, dado que sólo puede contar con los 9 escaños de la CUP. Esquerra se ha adherido a proclamaciones independentistas siempre que no cuestionen, obviamente, su estrategia negociadora en Madrid, la desaparición de la sedición y la reforma de la malversación así como la viabilidad de la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno del PSOE.

En suma, en solo tres meses las derrotas de ERC son numéricamente significativas pero con un contenido todavía no lesivo para su plan gubernamental. La prueba definitiva de la soledad parlamentar, la que sí haría redoblar las presiones de la oposición para que se convoquen elecciones o una cuestión de confianza, sería la incapacidad de Aragonès de aprobar los presupuestos de este año.

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