MEDIDA EXTRAORDINARIA

El Gobierno se defiende de las críticas al parón: "No hay economía sin salud"

undefined52926319 graf1712  madrid  25 03 2020   el presidente del gobierno pe200325213147

undefined52926319 graf1712 madrid 25 03 2020 el presidente del gobierno pe200325213147 / periodico

Juan Ruiz Sierra

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno se resistió hasta el pasado sábado a decretar el parón de todo el sistema productivo, más allá de los sectores considerados esenciales, para luchar contra el coronavirus. Algunas autonomías, como Catalunya, y una parte de los grupos de la oposición se lo reclamaban, con distintos matices. Incluso Podemos, socio del PSOE en el Ejecutivo, empezó a defenderlo la semana pasada. Pero ahora que ha aplicado la llamada "hiberanción",  de forma un tanto caótica al no publicar el real decreto hasta el filo de la pasada medianoche y viéndose obligado a aprobar una moratoria ante las dudas creadas, no para de recibir críticas.

De las propias comunidades, por no haber tenido en cuenta las singularidades de los territorios. De la oposición, con Pablo Casado, líder del PP, acusando a la Moncloa de "mentir" y anticipando que no apoyará el real decreto porque no está de acuerdo con que sean las empresas quienes tengan que hacerse cargo del sueldo de los empleados durante esta parálisis de la producción. Y de las organizaciones empresariales, con la CEOE a la cabeza, que acusa al Gobierno de "precipitación" en la medida, que provocará la pérdida de 49.000 millones de euros en un mes: el 2% del producto interior bruto de todo el año.

Ante el alud de críticas, el Gobierno se ha visto obligado a salir a defenderse. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha comparecido en la Moncloa junto al de Interior, Fernando Grande-Marlaska, para lanzar la siguiente idea: sin salud, no hay economía. "Para que haya economía tiene que haber salud y para que haya salud hay que derrotar al virus con medidas como esta, que son difíciles de tomar", ha dicho Illa. "No hay ninguna contraposición entre salud y economía. Para gozar de una buena economía hay que gozar de buena salud", ha insistido el ministro.

La evolución de la enfermedad

Horas antes, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha dado a entender que la evolución de los contagios, peor de la esperada, ha sido la causa que ha obligado al Ejecutivo a detener el sistema productivo "¿Hubo cambio de opinión por los datos?", le han preguntado a Ábalos en TVE. "Sí", ha contestado el ministro, que ha defendido que el Gobierno siempre ha intentado "equilibrar" el combate contra el covid-19 con el sostenimiento, hasta donde fuera posible, de la actividad económica. "Tenemos que asumir cuáles son los datos sanitarios. Esto hace que tengamos que tomar las medidas actuales. Ha sido una respuesta exacta a la situación sanitaria y hospitalaria de este país", ha continuado Ábalos.

El pasado domingo, tras el Consejo de Ministros que decretó el parón económico, la ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, admitió que la detención del sistema productivo pretendía ganar tiempo y no saturar aún más las uci de los hospitales, pero rechazó que la medida fuera consecuencia de una evolución de los contagios peor de la esperada. "No ha habido ninguna situación de alarma añadida que hayan planteado los expertos", señaló desde la Moncloa.

La moratoria

Hasta el último momento del pasado domingo, el Gobierno estuvo delimitando qué actividades debían parar y cuáles no. El real decreto se emitió al filo de la medianoche. A escasos minutos de su entrada en vigor, no se sabía qué empleados debían acudir o dejar de acudir a su centro de trabajo.

Cuando se publicó, la norma introdujo una sorpresa. Ante las dificultades de parar abruptamente algunas actividades, el Gobierno incluyó una moratoria, de la que nada se había dicho hasta entonces. "En aquellos casos en los que resulte imposible interrumpir de modo inmediato la actividad, las personas trabajadoras incluidas en el ámbito subjetivo de este real decreto-ley podrán prestar servicios el lunes 30 de marzo de 2020 con el único propósito de llevar a cabo las tareas imprescindibles para poder hacer efectivo el permiso retribuido recuperable sin perjudicar de manera irremediable o desproporcionada la reanudación de la actividad empresarial", establece la norma.

Ábalos también ha negado que el retraso en la publicación y la moratoria introducida, sobre la que el Gobierno no había dicho nada cuando anunció la decisión de parar la actividad económica, tuviese que ver con el debate en el seno del Ejecutivo, que desde que se decretó el confinamiento ha emitido síntomas de división, con los ministros de Podemos siendo partidarios de tomar medidas sociales de mayor calado que los del PSOE.

"En otros temas le podría admitir que hay debate. En este, ninguno. No solo en la toma de la decisión, también en todos los demás extremos. Lo que hubo es mucho trabajo, porque cesar prácticamente toda la actividad exige un trabajo técnico. No había una preparación previa de los técnicos como ocurre otras veces. Un real decreto de esta naturaleza, con su complejidad, es lo que ocupó el tiempo. Pero no hubo ninguna controversia", ha argumentado el ministro.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por su parte, ha pedido disculpas, pero ha negado que detrás del parón de la economía hubiese falta de organización dentro del Gobierno. "No acepto la crítica de improvisación porque no hemos parado de trabajar. Desde luego no hay improvisación, pero son medidas muy complejas y la medida adoptada ayer nos ha llevado mucho tiempo pulirla en términos jurídicos y hacer un trabajo de filigrana para acertar en cuáles son las actividades mínimas indispensables (...) Soy consciente de que muchos sectores empresariales estaban preocupados por saber hasta dónde y cómo les afectaba la medida y yo desde aquí pido disculpas",  ha dicho en Antena 3.