PROTESTAS POR LA SENTENCIA DEL 'PROCÉS'

Pacificadores y robos, cara y cruz de los últimos disturbios

Manifestantes en Via Laietana, el sábado.

Manifestantes en Via Laietana, el sábado. / periodico

Guillem Sànchez / Roger Pascual

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Dos fenómenos nuevos han aflorado en las últimas horas de protestas.  Por un lado En peu de pau, que intentan que las reivindicaciones dejen de estar manchadas por disturbios y, por otro lado, jóvenes no especialmente politizados que aprovechan las protestas no solo para causar destrozos sino también para robar en algunas tiendas.

En peu de pau emergieron el sábado tras los graves disturbios de la jornada anterior. Tras el éxito logrado con la resistencia pacífica del sábado en Via Laietana (que se ha repetido este domingo), quieren sofocar todos los conatos de disturbios haciendo de escudos humanos. "El objetivo es desescalar un tipo de confrontación protegiendo el derecho a la participación pacíficar", destaca Martí Olivella, portavoz de la organización que aboga por la resistencia pacífica. "El objetivo no es que haya paz, sino justicia", añade. Parlem, otro movimiento surgido hace dos años que aboga por el diálogo entre Catalunya y España, ha convocado una manifestación para el próximo sábado.

Si la acción En peu de pau fue la cara positiva del fin de semana, una de las más negativas fue la del pillaje. Tres de los 13 detenidos la madrugada el sábado al domingo fueron arrestados por robar en comercios: un negocio de telefonía móvil, uno de ropa y uno de electrodomésticos. Son dos jóvenes de nacionalidad española y un tercero de nacionalidad marroquí. Dos fueron sorprendidos 'in fraganti' por agentes de los Mossos d’Esquadra y el otro por miembros del Cuerpo Nacional de Policía.

Durante la noche del sábado al domingo esta degradación de una parte de la movilización quedó especialmente reflejada en el comportamiento de un grupo nada desedeñable de jóvenes que en la esquina de Pau Claris con la plaza Urquinaona rompió elementos del mobiliario urbano y los restaurantes más próximos completamente ajenos al significado político de la protesta que tenía lugar a escasos metros, en la esquina de la misma plaza Urquinaona con la Via Laietana, donde En peu de pau y otros adultos trató, y logró, que no se desencadenara el enfrentamiento contra los policías. Los de Pau Claris presentaban signos evidentes de hallarse en estado de embriaguez, lanzaron alguna piedra directamente contra periodistas e hicieton oídos sordos a las peticiones de no violencia que llegaban desde la concentración de Via Laietana. Entre estos había varios de procedencia extranjera. Cuando finalmente se deshizo sin incidentes la movilización de Laietana y los Mossos sí dispersaron a los alborotadores de Pau Claris, que acababan de introducir una sombrilla de un bar en una barricada en llamas, comenzaron los disturbios que habían venido a buscar.

La movilización violenta ha ido atrayendo a adolescentes sin excesiva convicción política que parecen haberse sumado a las protestas como si los enfrentamiento con los policías formada parte de un entretenimiento peligroso. No son la mayoría aunque proporcionalmente su presencia ha ido aumentando de forma gradual.