LA ENCRUCIJADA CATALANA

La última oportunidad para la unidad independentista

El 'expresident' Carles Puigdemont, en Waterloo.

El 'expresident' Carles Puigdemont, en Waterloo. / periodico

Fidel Masreal

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Casi doce horas de reunión en Waterloo entre los principales actores del independentismo (con una exceción notable, la de Òmnium Cultural) en torno al Consell per la República impulsado por el 'expresident' Carles Puigdemont sirvieron, el pasado viernes 26 de julio, para llegar a un acuerdo curioso pero significativo: la necesidad de disponer de un acuerdo sobre la hoja de ruta independentista y la respuesta a la próxima sentencia del Tribunal Supremo sobre el 'procés'.

A la reunión acudieron representantes del llamado "exilio", de la Assemblea Nacional Catalana (ANC)Som Alternativa (el partido de Albano Dante Fachin, el exlíder de Podem en Catalunya), y de partidos como ERCPoble Lliure (una de las formaciones que conforman el ecosistema de la CUP), así como de Demòcrates y del colectivo que pretende constituir un debate constituyente (Lluís Llach). Por la tarde se incorporó el presidente de la Generalitat, Quim Torra.

La sesión sirvió para que cada organización expusiera su plan y lo confrontara con el del resto de entidades. Y se llegó a un acuerdo significativo: la respuesta a la sentencia no pueden ser unas elecciones autonómicas. Un acuerdo que pocas horas después quedó en entredicho al afirmar el vicepresidente del Govern y hombre fuerte de ERC, Pere Aragonès, que unas elecciones anticipadas no podían ser descartadas.

Según fuentes presentes en la reunión, el sentir mayoritario de los presentes fue el de compartir las tesis de Carles Puigdemont en el sentido de que el independentismo no logrará sus objetivos mediante un acuerdo con el Estado ampliando su base social, sino tras una nueva confrontación. Y quedó claro que se debe conocer la hoja de ruta antes de la sentencia, aunque no se hagan públicos todos los pasos a dar. "Hay prisa", asumen en el Consell.

Una de las cuestiones pendientes de resolver es si se preferirá una hoja de ruta no consensuada -si ERC, por ejemplo, no la suscribe- a una "no hoja de ruta". Pero el clima, insisten los presentes, fue positivo y de trabajo. "O se impone una hoja de ruta o se perderá el control sobre el movimiento independentista y volverá a ser de base", resume uno de los presentes.

En paralelo, el Consell per la República está trabajando en la implantación de 'consells' locales en Catalunya, en una consulta para fidelizar a los 68.000 socios de la organización y en las elecciones a la "asamblea de representantes" del Consell el primer trimestre del próximo año.

Las tesis de Puigdemont

Durante la reunión, el 'expresident' expuso las tesis de su recientemente publicado libro 'Reunim-nos', entre las que figuran la idea de que ampliar la base social del independentismo no logrará nunca el objetivo de un referéndum acordado y que, por tanto, la única opción es una confrontación pacífica de máxima intensidad con el Estado. "El independentismo no está dividido entre prudentes e 'hiperventilados', sino entre los que asumen que el precio de la independencia es altísimo y los que no, y esta división sí que es irreconciliable", resume un integrante del Consell fiel a las tesis de Puigdemont. El representante de ERC encajó estas tesis con deportividad durante la reunión, según los presentes.