MACROCAUSA JUDICIAL

El juez Castro pide concluir el 'caso Palma Arena' tras jubilarse

El juez José Castro, a la salida de los juzgados de Palma, el pasado junio.

El juez José Castro, a la salida de los juzgados de Palma, el pasado junio.

MARISA GOÑI / PALMA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Al borde de la jubilación, el juez José Castro quiere que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le deje acabar la investigación de la macrocausa Palma Arena, que tiene en el 'caso Nóos' su pieza más mediática. El próximo 20 de diciembre, cumplirá 70 años, pero en lugar de disfrutar de un tranquilo retiro, ha solicitado que le nombren magistrado emérito en funciones de refuerzo para concluir las 19 piezas pendientes de las 27 en que dividió el 'caso Palma Arena', un mastodonte judicial que ha conducido a prisión al expresidente balear Jaume Matas, y que abarca desde la presunta financiación irregular del PP hasta un proyecto fallido del arquitecto Santiago Calatrava.

El juez, que llevaba tiempo meditando la cuestión, se decidió ayer a registrar la petición en el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB), cuya sala de gobierno debe emitir un informe previo y no vinculante a la decisión final, que recae en el CGPJ. En su escrito, Castro advierte de que condiciona su petición a que se le designe directamente como refuerzo del juzgado de instrucción número 3 de Palma, del que ahora es titular, para concluir los procedimientos abiertos. Es decir, que su solicitud decaería en el supuesto de que le aceptaran como juez emérito, pero se le adjudicarán otros asuntos. La condición de magistrado emérito puede prolongarse cinco años, aunque Castro señala en su solicitud que renunciaría a seguir ejerciendo si puede cerrar las causas antes de que venza ese plazo.

La demanda planteada por Castro obliga a un encaje un tanto excepcional, según indican fuentes jurídicas. La previsión de la ley orgánica del Poder Judicial y del reglamento de la carrera judicial establece que un juez forzosamente jubilado a los 70 años puede prolongar su ejercicio hasta los 75 como magistrado emérito, pero lo habitual es que actúe como suplente en el Tribunal Supremo, en la Audiencia Nacional, los tribunales superiores de justicia o las audiencias provinciales. No especifica la propuesta planteada por Castro de ejercer como refuerzo de su sustituto para concluir una instrucción inacabada. En su escrito, el juez plantea que su jubilación supondría un quebranto para el juzgado, dada la complejidad de las 19 instrucciones pendientes.

La investigación del 'caso Palma Arena' se inició en el 2008, cuando Castro ahondó en las conexiones entre el sobrecoste del velódromo ciclista que da nombre a la causa y el presunto enriquecimiento ilícito de Matas, el que fuera presidente de la comunidad balear y ministro de Medio Ambiente en el Gabinete de José María Aznar. Las indagaciones le condujeron a escenarios muy diversos y, por eficacia, decidió dividirlo en 27 piezas. Cuatro de ellas ya han sido juzgadas y tres han acabado en condena, como la que cumplen Matas y el periodista que le escribía sus discursos, Antonio Alemany, por contrataciones irregulares.

EL JUICIO DE LA INFANTA

Una de las piezas, relativa a presuntos sobornos en la radiotelevisión autonómica IB3, fue archivada por el propio magistrado y dos están pendientes de juicio: el 'caso Nóos', que llevará al banquillo a Cristina de Borbón y a su marido, Iñaki Urdangarin, y la presunta financiación irregular del PP balear, conocido como 'caso Over' y también como 'la Gürtel balear'.

Otras de las piezas más avanzadas de la macrocausa que instruye el juez Castro es la de la fallida ópera acuática de Santiago Calatrava. Matas, único imputado en esta causa, pagó 1,2 millones de euros por una maqueta que la Junta Electoral le prohibió mostrar por haber vulnerado la neutralidad gubernamental exigida en campaña.