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Gemma Martínez

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Directora adjunta de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA

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Adiós Nissan, bienvenido Mister Chery

Fàbrica de la companyia Chery a la ciutat xinesa de Qingdao. | EL PERIÓDICO

Fàbrica de la companyia Chery a la ciutat xinesa de Qingdao. | EL PERIÓDICO / Gabriel Ubieto Xavier Pérez

El viacrucis para reindustrializar la antigua fábrica de Nissan en la Zona Franca de Barcelona se acerca a su fin. Todo apunta a que este viernes se firmará el acuerdo por el que el fabricante de automóviles chino Chery se instalará en los terrenos que Nissan dejó de utilizar en diciembre de 2021 tras 41 años. La compañía ensamblará en los 300.000 metros cuadrados disponibles sus vehículos eléctricos Omoda, que ya comercializa en Europa, como tan bien han explicado Gabriel Ubieto y Xavi Pérez.

Lo hará después de crear una sociedad conjunta con la ingeniería catalana Btech -encargada de la reindustrialización- y tras recibir ayudas públicas todavía sin cuantificar, tanto del Ministerio de Industria como del Govern. El proyecto cuenta, además, con el apoyo de sindicatos y patronales.

El desembargo de Chery, cuyo país es el principal productor de automóviles del mundo, permitirá la permanencia de los 600 extrabajadores de Nissan que ya han sido contratados por Btech. Estos suponen un cuarto del total de empleados que llegó a tener la fábrica de la Zona Franca.

La llegada del heredero industrial de Nissan es una gran noticia para la economía catalana y su estado de ánimo, que sufre por el traslado de las sedes sociales de grandes empresas -sin retorno a la vista-, la infrafinanciación o la falta de inversión en infraestructuras. En este contexto, el desembarco de Chery debe contribuir a acelerar la urgente reindustrialización que necesita Catalunya. La autonomía hace bien en querer elevar el peso del sector industrial en su PIB -que ronda el 20%, muy por debajo de la media europea- para frenar la terciarización de su economía y para elevar su autonomía estratégica frente a las deslocalizaciones y al desempleo.

El camino no será sencillo ni rápido, porque, además, requiere consenso público-privado y debe ir acompañado de una mayor digitalización y formación. Pero operaciones como las de Chery, que contribuyen a su vez a acelerar la movilidad eléctrica, van en la buena dirección.

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