Opinión

Albert Soler

Albert Soler

Periodista

Planificando con tiempo el exilio

Puigdemont critica a ERC por "desaprovechar" la mayoría independentista en el Parlament

Puigdemont critica a ERC por "desaprovechar" la mayoría independentista en el Parlament / Nico Tomás / ACN/ Video EFE

Esta temporada, será que por culpa del cambio climático ya ha llegado el calor, se han adelantado los exilios, que es como de unos años a esta parte se conoce en Catalunya a lo que antes eran vacaciones. Como el calor aprieta, ayer mismo otros siete catalanes se exiliaron a Suiza, donde el clima es más benigno, hasta podrán lucir una rebequita cuando salgan a tomar gintónics por la noche. Hacen bien, ellos que pueden, de adelantar su exilio al mes de abril e incluso de prolongarlo cuanto les plazca. Yo, en cambio, tendré que esperar a que llegue el verano para tomarme mi mesecito de exilio en L’Escala, que no es lo mismo que Suiza, pero tampoco está mal (aunque si consigo una buena caja de resistencia, capaz soy de cambiar de destino a última hora y exiliarme un par de semanas al Caribe). Cuando terminamos el exilio estival del año pasado, reuní a mis hijos y les prometí solemnemente: “Ho tornarem a fer!”. O sea, que no me queda otro remedio que repetir, y más teniendo en cuenta que ellos me miraron con respeto y exclamaron 'quanta dignitat!'.

Dentro de poco en todas las familias tendrá lugar la eterna discusión.

-¿Este año vamos de exilio a la playa o a la montaña?

Uno es más de playa, que no faltan nunca turistas tomando el sol en toplés, mientras que los exiliados en Suiza no van a ver más tetas que las de las vacas pastando. Además, para exiliarse en Suiza hay que gozar de posibles, no está al alcance de todo el mundo. Cada uno hace lo que puede, yo, mientras espero el verano, me exilio un par de horas diarias en el bar La Tahona, debajo de casa, y me siento más feliz que un latino en patinete eléctrico. Mi amigo Joaquín, taurino él, se ha exiliado todo este fin de semana a Sevilla, donde torea Morante. Y conozco a un tipo que cada año se pega un exilio por todo lo alto en Montecarlo con acompañante de pago, hasta aprovecha para jugar en el casino. Lo importante es exiliarse donde sea. En mi barrio, la mayoría de vecinos son trabajadores que no pueden exiliarse a ningún lado, así que el exilio en Suiza es para ellos un sueño, algo utópico, solo al alcance de esos catalanes de clase alta que salen sonrientes en las noticias, hablando maravillas del país helvético. Los medios de comunicación deberían ser más cuidadosos al informar de los catalanes que ya han empezado el exilio, teniendo en cuenta que no son pocos los que deberán quedarse en casa por motivos económicos. No hay que restregarles por la cara el exilio de los demás, que bastante tienen con ganarse la vida como pueden.

Las agencias de viaje ya han empezado a anunciar sus ofertas para este verano. “Exilio en Punta Cana, todo incluido. 9 días/8 noches. 885 euros”. O ”Exilio de ocho días en un crucero por el Mediterráneo. Salida desde Barcelona. 383 euros”, que incluye cena de gala en la mesa del capitán, lo cual equivale a ir de exilio un día a Argeles y ser tocado por el Vivales. Los cruceros gozan de cierto predicamento desde que en los ochenta se emitió la exitosa serie televisiva 'Exilios en el mar' ('Love boat' en inglés, nombre que ya daba a entender que el exilio se presta a furtivos encuentros sexuales). Puesto que los catalanes tienen tendencia a exiliarse a Suiza, he encontrado también un exilio organizado -es importante para los exiliados primerizos que alguien les planifique la estancia, por lo menos hasta que puedan valerse por sí mismos- de 8 días con visitas a Zúrich, Ginebra, Zermatt y Berna; por solo 2.195 euros. En fin, no faltan ofertas, las hay para cada tipo de exiliado, aunque es importante no esperar a última hora para efectuar la reserva, haciéndolo ahora el exilio sale mucho más barato.

Como en Suiza no tendrán que trabajar -el exilio está pensado justamente para descansar del trabajo; fue un gran logro de los trabajadores la consecución del exilio pagado por parte de la empresa- nuestros exiliados podrán dedicar las horas, además de a tomar gintónics con la rebequita, a comer chocolate y a pasear por los prados, una cosa para compensar la otra, no vayan a coger quilos como el Vivales en su exilio. Y también a discutir si el Tsunami democràtic fue terrorismo o no, aunque eso da igual: si no tuvo mucho de terrorismo, menos tuvo de democrático, así que no vamos ahora a ponernos exquisitos por su apellido.

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