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Sergi Sol

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Periodista

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Puigdemont: el arcángel redentor de los cinco planes

¿Si fuera el caso investiría a Aragonès después de haber mandado acabar con su mandato? Esa es su peor pesadilla, la más inconfesable. Porque la respuesta es que de ninguna manera

El expresident Carles Puigdemont.

El expresident Carles Puigdemont. / MATTHIEU RONDEL / AFP

Puigdemont 'el Legítimo' le ha vuelto a contar a Jordi Basté (RAC1) que está vez sí, que se vuelve a Catalunya. Y que se viene pero ya, raudo, como una flecha. Aunque la misma cantinela contó en marzo de 2019, también a Basté, antes de presentarse a las elecciones europeas. Incluso dijo entonces que de no ser así la Unión Europea expulsaría al Reino de España. Basté le preguntó, en cambio, por 2018, cuando 'el Legítimo' también recitó la misma profecía. Ahí no dudó en señalar al culpable: el republicano Roger Torrent, entonces presidente del Parlament.

De lo prometido en 2019, no se comentó nada. Igual ya era demasiado cargarle el mochuelo al presidente europeo. Lo que además no dijo 'el Legítimo' es que fue Junqueras quien litigó para que Puigdemont gozara de inmunidad. Es obvio que a generosidad nadie le gana a 'el Legítimo'.

Incluso dijo Puigdemont que tenía no uno, sino cinco planes para volver a Catalunya en 2018, planes que, claro está, no quiso revelar. Pero que, sin duda, iban a burlar cualquier vigilancia del estado. Estaba todo estudiado. ¡Maldito Torrent!

La entrevista tuvo hasta una vis cómica, aunque para cualquier persona informada sonara a sarcasmo. Dijo que él -siempre él- no está para perder el tiempo debatiendo con Salvador Illa y Pere Aragonès. Y que con este último, su propósito (sobrevenido visto lo visto) es trabajar codo con codo, con Aragonès, y no confrontar idea alguna. A Basté, buen conocedor de lo que se cuece y ha cocido, no se le escapó carcajada alguna. Se contuvo. Porque si algo ha hecho los últimos siete años 'el Legítimo' es arrear sistemáticamente con un mazo a Junqueras y a todo cuanto oliera a republicano mientras estos, mayormente, ponían la otra mejilla. Actitud que no ha beneficiado, precisamente, a los republicanos. Dejarse llamar de todo, sin más, pasa factura.

Sus memorias, las de 'el Legítimo', son un latigazo en cada página. Los republicanos son siempre los malos. Son lo peor, lo más bajo y rastrero. Codo con codo… ¡Guasón, el tipo! Se quejó también amargamente de las cosas que se dicen en las redes sociales. Igual lo decía por todo lo que llevan años diciendo sus partidarios, a los que nunca ha reprochado el menor insulto en su nombre. 

De todo aquello de "levantar la DUI" y no se sabe cuántas hazañas patrióticas más, como "tomar el control de las fronteras" tampoco se dijo nada. Igual tiene cinco planes para ello, pero está que tampoco podría contarlos, claro.

Tampoco salió un tema trascendente, visto lo visto. ¿Si fuera el caso investiría a Aragonès después de haber mandado acabar con su mandato? Esa es su peor pesadilla, la más inconfesable. Porque la respuesta es que de ninguna manera. ¿Y al revés? Pues ahí me da que todo es posible. ¿Para qué? Esa es otra incógnita difícil de descifrar porque no se sabe nada más allá de que el trono le corresponde por derecho propio. Tanto jactarse de que el único deseo de 'el Legítimo' era la independencia (unilateral hasta hace cuatro días) y ahora resulta que la máxima aspiración es volver a presidir esa institución autonómica que hasta ayer no servía para nada. Torra incluso se planteó devolver las competencias de orden público. Para no ser como una especie de guardia judía. 

Bueno, mareó la perdiz con aquello de "culminar la independencia". Para acto seguido decir exactamente lo mismo que contaron negro sobre blanco, Junqueras y Rovira en otro libro ‘I com ho farem?', en 2019. Flipante. Nadie se reía. 

Confesó, eso sí, que no se habla ni con Marta Rovira, de quien su abogado dijo que estaba de vacaciones en Suiza, ni con Junqueras, con quien la última vez que habló fue cuando este le visitó en Waterloo. Y al que ni siquiera abrió la puerta. Detallista, un amor, vamos.  

Y para rematar el cachondeo se erigió como el hombre que iba a zurcir de nuevo la unidad independentista. No se habla con nadie que no sea de su cuerda. Ha cimentado su aura mesiánica, cargando siempre con acusaciones de lesa traición a la patria. Quiso derribar el Govern Aragonès… 

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