Ágora
Josep Mateu

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Presidente del RACC

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Se incrementan los accidentes de tráfico en la ciudad, pese a reducirse la velocidad de circulación

En zona urbana, las principales causas de siniestralidad mortal y grave son las maniobras indebidas y la carencia de atención en la conducción

El año 2023 cierra con 1.145 muertos en carretera, 299 de ellos motoristas

Trànsit invertirá 60 millones en radares y avisos luminosos para evitar accidentes con ciclistas y motoristas

ACCIDENTE

ACCIDENTE / PI STUDIO

Estas primeras semanas del mes de enero es el momento de empezar a hacer balance del año anterior. En términos de seguridad viaria, hay que agradecer el esfuerzo que hacen las autoridades de tráfico para recoger, analizar y publicar cada vez mejores datos de siniestralidad viaria, porque detrás de estas cifras hay personas reales que tienen que afrontar las consecuencias de los accidentes de tráfico.Y es responsabilidad del conjunto de la sociedad la reducción del número de víctimas mortales y heridos graves.

La DGT ha explicado que 1.145 personas murieron en accidente de tráfico en las carreteras españolas en 2023 y esto supone un 4% de incremento respecto a 2019, como año de referencia. Se trata de una tendencia negativa.

En Catalunya, en cambio, esta tendencia es diferente. Según el Servei Català de Trànsit, 150 personas murieron en las carreteras catalanas en 2023 y esto supone una reducción del 14% respecto a 2019. Esta evolución es más esperanzadora.

Por otro lado, el Servei Català de Tránsit también ha hecho público el número de víctimas mortales en zona urbana del año 2023 y las cifras de accidentes de tráfico en las calles de los pueblos y ciudades de Catalunya ya no son tan buenas. Murieron 78 personas en accidente el año pasado y esto supone un incremento del 16% respecto a 2019. Este aumento de los muertos en accidente de tráfico en ciudad merece una reflexión. 

El año 2021 entró en vigor la norma estatal que generalizaba los 30 km/h para circular dentro de las ciudades. En aquel momento, se dio por hecho que la implantación de esta medida contribuiría inequívocamente a la reducción de las víctimas del tráfico en zona urbana. No está siendo así.

Si hemos reducido el límite de velocidad en las calles y ha subido el número de víctimas mortales por accidente de tráfico es que, muy posiblemente, este no era el foco del problema. En zona urbana, los datos disponibles acreditan de manera consistente que las principales causas de siniestralidad mortal y grave son las maniobras indebidas (como no respetar las distancias, hacer giros sin indicaciones, desobedecer semáforos o cambiar de carril sin precaución) y la carencia de atención en la conducción, que con toda seguridad se debe en buena parte al uso del móvil.

Especialmente, en el caso de Barcelona, como recoge una vez más el último informe anual de la Guàrdia Urbana. Un informe que, todo hay que decirlo, especifica que las víctimas mortales en la ciudad se han reducido en 2 respecto a 2019 pero que la suma de víctimas mortales y heridos graves se ha incrementado en 21 en el mismo periodo, debido en parte a los cambios metodológicos aplicados este año.

Por eso proponemos más y mejor formación para acompañar a los usuarios en un espacio urbano cada vez más complejo y un esfuerzo mayor en campañas y acciones para erradicar el uso del móvil en la conducción y fomentar la convivencia y el civismo entre todos los usuarios de la vía. A la vez que creemos necesario hacer una revisión del diseño y la señalización de las calles que concentran más accidentes. Más que radares, hace falta más pedagogía y más acciones para afrontar con responsabilidad la movilidad del día a día y diseñar una distribución del espacio urbano más seguro.