Separatistas y separadores

Rufián ante los fariseos

Los altos cargos de la Junta saltaron a la yugular del diputado republicano como si este hubiera ofendido a Andalucía cuando lo que hizo fue una crítica al PP, no a los andaluces

El líder de ERC en Madrid, Gabriel Rufián, en el debate de investidura.

El líder de ERC en Madrid, Gabriel Rufián, en el debate de investidura. / David Castro

Sergi Sol

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Celia Villalobos, exalcaldesa de Málaga, soltó sin más hace unos días que Francisco Franco fomentó una política empresarial en favor de Catalunya y en contra de Andalucía. Ante tamaña sandez, uno no puede evitar recordar aquella famosa declaración de intenciones del general insurrecto Queipo de Llano cuando proclamó: "Convertiremos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona un inmenso solar".

Franco y el franquismo dejaron morir como a un perro a Miguel Hernández en prisión. De tuberculosis. El caso es que uno de los poemas de este autor es hoy el himno oficial de Jaén. ‘Andaluces de Jaén’, dedicada a los aceituneros. Hay una estrofa que no puede ser más explícita cuando dice "No los levantó la nada (a los olivos), ni el dinero ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor". 

Pues bien, Gabriel Rufián, hijo de jienenses, provocó la ira del presidente andaluz por decir en sede parlamentaria que su familia huyó de Andalucía por culpa de "señoritos que hoy les votan a ustedes (PP)". Los altos cargos de la Junta saltaron a la yugular de Rufián como si este hubiera ofendido a Andalucía cuando lo que hizo fue una crítica al PP, no a los andaluces. Lo cierto es que Rufián, en el fondo, no dijo más de lo que dice el himno andaluz, que incluso es infinitamente más duro.

Merece la pena recordar estos episodios justo esta semana cuando los de Puigdemont nos regalaron su enésima ocurrencia: sancionar a las empresas que tras el 1 de octubre de 2017 trasladaron su sede fuera de Catalunya. Una propuesta sin recorrido alguno e incluso contraproducente por como la plantean los discípulos de Waterloo. Una más tras la oportunista, electoralista e irresponsable propuesta que vinculaba inmigración a delincuencia.

Lo que no quita que el ejercicio de rasgarse las vestiduras de los populares, entre otros, sea de lo más fariseo. Porque si alguien tiene un máster en vincular delincuencia e inmigración es el PP. En Badalona lo saben bien. Y porque lo del PP con las empresas es de nota.

Juanma Moreno, el presidente andaluz, lleva mucho dinero invertido en una Oficina en Catalunya que tiene como misión llevarse empresas catalanas a Andalucía. Lo que promueve como alumno aventajado de Ayuso y el 'dumping' fiscal que tenía frito a Ximo Puig. ¿Qué se diría si Aragonès se jactara de montar una oficina en Andalucía para llevarse a Catalunya las empresas andaluzas? Por lo menos colgaban su monigote de una farola, como colgaron el de Pedro Sánchez. 

En España hay más separadores que separatistas. No hay duda. No solo en la derecha. Aunque mayormente. Esa derecha que hoy da lecciones de constitucionalidad a diestro y siniestro. Pero que es hija de la más rancia tradición. Por mucho que la derecha se vista de seda, derecha se queda.

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