Contexto

Menos numerosos, más divididos pero más decisivos

El independentismo ni es la fuerza mayoritaria en Catalunya ni tiene legitimidad para hablar en nombre del conjunto de la sociedad catalana

Diada 2023: Manifestación de la ANC

Diada 2023: Manifestación de la ANC / Ferran Nadeu

Astrid Barrio

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Se da la circunstancia de que el momento en el que el independentismo está en una situación de mayor debilidad en las urnas -sus resultados en las recientes elecciones municipales y generales han sido los peores en una década- su posición institucional es de lo más relevante ya que su concurso es imprescindible para garantizar la gobernabilidad española. La división interna del movimiento que alcanzó su punto culminante ahora hace casi un año con la salida del gobierno de Junts per Catalunya por diferencias estratégicas con ERC y por la habitual pugna entre ambos partidos por la hegemonía en ese campo, la desilusión por la no consecución de los resultados prometidos así como la evidente dificultad para materializar sus objetivos políticos a corto plazo han generado un enorme desencanto en el movimiento.

La desmovilización independentista no es solo electoral y se ha dejado sentir también en la celebración de la Diada y en la manifestación convocada por la ANC, la cual, a pesar de haber logrado, como viene sucediendo desde 2012, una amplia participación, no ha llegado a ser tan multitudinaria como en anteriores ocasiones. Incluso podría decirse, más allá del habitual baile de cifras entre Guardia Urbana y organizadores y si se compara con convocatorias previas y ya sin COVID, que ha pinchado.

En esta ocasión, a diferencia del año pasado no ha habido grandes abucheos a los representantes institucionales, en especial a ERC, que ha contado con una fugaz presencia del presidente Pere Aragonès. Pero los parlamentos han demostrado, a pesar de los llamamientos a la unidad, las grandes diferencias existentes en el seno del movimiento independentista, y que esta división no solo afecta a los partidos. Mientras que Òmmium Cultural tiene una posición más contemporizadora y comprensiva con las tácticas de los partidos, la ANC ha agitado la bandera antipartidista amagando nuevamente con la presentación de una lista cívica en las próximas elecciones al Parlament, que ha exigido si no se materializa inmediatamente la independencia, ha reivindicado el 1 de octubre y la implementación de sus resultados e indirectamente ha afeado a quienes además de la independencia defienden otras cosas, en clara alusión a la amnistía. "Independència o res", ha espetado su líder.

Pero el apoyo a la independencia no ha dejado de retroceder en los últimos años aunque paradójicamente sea justo ahora cuando el independentismo pueda estar más cerca de lo que nunca lo ha estado de satisfacer algunos de sus objetivos políticos como la amnistía o algún tipo de consulta. Es lo que tiene la aritmética parlamentaria y haría mal si no tratara de aprovechar esta coyuntura tan favorable. Esta oportunidad, sin embargo, no debería esconder la realidad: el independentismo ha sufrido un enorme retroceso electoral y la movilización conseguida en la Diada ha sido escasa. Ni es la fuerza mayoritaria en Catalunya ni tiene legitimidad para hablar en nombre del conjunto de la sociedad catalana.

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