Seis días de aventura

Vuelve la Titan Desert: disfrutar, sufrir y convivir en bici por Marruecos

En bici hacia lo desconocido: historias de la Titan Desert en Arabia Saudí

Los hermanos Torres aparcarán los fogones para desafiarse en Titan Desert

Una imagen de una pasada edición de la Titan Desert en el desierto, en la zona de Merzouga

Una imagen de una pasada edición de la Titan Desert en el desierto, en la zona de Merzouga / FRANCK FIFE / AFP

José Carlos Sorribes

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A Lester Fernández un niño le reconoció en Burgos cuando estaba haciendo el pasado año en bici el camino de Santiago. Recuerda con emoción cómo el chaval le decía a su padre «es el señor limpieza» . Lester no entendía nada hasta que cayó en la cuenta del reconocimiento logrado con KH-7, el equipo ciclista de la empresa de productos de limpieza con el que había completado las tres Titan Desert de 2023, la de Almería, la de Arabia Saudí y la más famosa, la de Marruecos, donde volverá a estar desde este domingo hasta el viernes 3 de mayo.

Es esta una prueba ciclista al alcance de grandes excampeones retirados, de especialistas en bicicleta de montaña (BTT), de aficionados que llevan su pasión al límite en el desierto o de titánicos ejemplos de superación que proporciona el deporte, como el de este cubano residente en Rubí. Porque Lester se mueve en silla de ruedas o con la ayuda de muletas. Tiene un 81% de discapacidad tras una vida llena de sobresaltos de salud (una necrosis en la tibia y el peroné le dejó inerte la pierna izquierda, por lo que solo pedalea con la derecha, o las secuelas de un atropello cuando se entrenaba) que no son más que un acicate para su voluntad inquebrantable.

Los 40 ciclistas del equipo KH-7

Regresa al desierto por segundo año en un equipo, el KH-7, al que casi cabe calificar como el mejor anuncio de la prueba. En su numeroso pelotón, 40 ciclistas, están representados todos los perfiles de aquellos que se atreven a rodar por el calor del desierto, durante seis días y casi 600 kilómetros de recorrido -y no solo en llanuras de arena cegadora-, dispuestos a disfrutar, a sufrir y a vivir una gran experiencia personal y colectiva.

Entre esos 40 nombres, se cuenta un aspirante a la victoria como el veterano Josep Betalú. El corredor de Amposta tiene en esta edición el exigente reto de deshacer el empate a cuatro victorias (en su caso entre 2016 y 2019) que comparte con Roberto Heras -ganador de otras tantas Vueltas a España y participante en las primeras ediciones de una prueba que nació en 2006-, y con la corredora de Vic Anna Ramírez, que sumó su cuarta corona en 2022.

La presentación del equipo de KH7 para el Titan Desert Morocco, con los hermanos Torres, entre otros

Josep Maria Lloreda, el propietario de KH-7, con su mujer, y un grupo de corredores de su equipo: de izquierda a derecha Benjamí Prades, Josep Betalú, Pilar Fernández, Sergio Torres, Lester Fernández y Melcior Mauri. / EP

Betalú, 'Beta' para todos, dice llegar este año en forma, no como en la pasada edición. «No iba nada bien, pero aun así gané una etapa», recuerda. Para buscar la 'quinta' le acompaña un buen amigo, Benjamí Prades, el ciclista de Alcanar que compite en carretera en Japón. Participó en la Titan Desert en 2022. «Fui a última hora. No vuelvo más, esto es muy duro para mí», se dijo entonces acostumbrado al asfalto. Pero si un amigo te llama, se hace difícil decir que no y ejercerá de escudero. Si 'Beta' busca el primer peldaño del podio, en la categoría femenina la madrileña Pilar Fernández quiere estrenarse avalada por su trayectoria en BTT. Una caída reciente le hacía lucir, el día de la presentación del equipo, un vendaje en una rodilla. «Nada chapa y pintura [frase del argot ciclista por excelencia]. Si te caes, te levantas, igual que en la Titan Desert», comentaba tajante.

La carrera en bicicleta por el desierto igual engancha a dos chefs triestrellados como Sergio y Javier Torres que al batería de Love of Lesbian, Oriol Bonet

En los equipos no puede faltar tampoco un capitán de ruta. Y el KH-7 tiene a uno con palmarés y experiencia de sobras: Melcior Mauri. Exganador de la Vuelta y subcampeón del mundo contrarreloj se estrenó pronto en la Titan (vencedor en 2007) y casi ni recuerda cuántas veces ha participado. «Creo que son ya unas 15 ediciones», rememora. «El recorrido es siempre similar con etapas decisivas como la de montaña o la maratón, en la que importa mucho la navegación», detalla. Correr la Titan esas 15 ediciones, hoy sin el reto de ganar y sí de tutelar a sus compañeros, solo tiene una explicación: «Siempre te sorprende cómo engancha esta carrera».

El equipo de Miguel Induráin

Le seduce a él y a otros grandes del ciclismo español. En esta edición, por ejemplo, el Kosner-Saltoki Home presenta un equipo de estrellas: la leyenda Miguel Indurain al frente, su hermano Pruden, Óscar Pereiro (ganador del Tour 2006), Luis León Sánchez, que se acaba de retirar del pelotón profesional, y el francés Sylvain Chavanel, ya un clásico de la Titan. Y, además, cuenta con la neerlandesa Tessa Kortekaas, ganadora de la última edición.

Los competidores andan en bicicleta entre camellos durante la segunda etapa de la 14ª edición de la carrera de ciclismo de montaña Titan Desert 2019, entre las ciudades de Merzouga y Ouzina, en Marruecos , el 29 de abril de 2019

Tres corredores junto a un grupo de campellos en la edición de 2019. / FRANCK FIFE / AFP

Lo de engancharse a la carrera va más allá con la participación de famosos apasionados de las dos ruedas. Por ejemplo, los hermanos Javier y Sergio Torres, chefs con tres estrellas Michelin en Barcelona, su colega Paco Roncero, dos estrellas en Madrid, 'runner' y amante de las pruebas de resistencia, o Lluc Crusellas, mejor chocolatero del mundo en 2022, que el año pasado debió abandonar en la cuarta etapa por indisposición. Achaques de las comidas en el desierto. «Voy a llevar chocolate para todos y crema de cacao con avellanas para el desayuno», avanza.

Los hermanos Torres.

Los chefs Javier, que no podrá correr este año por una lesión, y Sergio Torres, en la presentación del equipo KH-7. / Ricard Cugat

A Javier Torres, mientras, una lesión le ha dejado fuera a última hora y no podrá repetir en la Titan Ebike, con bici eléctrica, de menos etapas y más suaves. «Iba preparado», lamenta con humor. Sergio, mientras, vive la experiencia como una desconexión del estrés de su afamado restaurante en el distrito de Les Corts. «Allí cargas las pilas. Es un 'detox' para mí». Como el que también vivirá Oriol Bonet, el batería del grupo Love of Lesbian, otro amante del desierto, en carreras a pie o sobre la bici.