Tablero europeo

Los trols rusos no descansan

A Putin no le importa quién gane las elecciones en España, le interesa que el país quede partido por la mitad, polarizado, debilitado

Vladimir Putin pasa junto a un soldado durante el desfile del Día de la Victoria.

Vladimir Putin pasa junto a un soldado durante el desfile del Día de la Victoria. / EFE

Andreu Claret

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La guerra de Ucrania ha lastrado la capacidad de Rusia de intervenir en los asuntos internos de otros países, pero los trols de la 'fábrica de mentiras' que ayudaron a Donald Trump a llegar a la Casa Blanca siguen ahí, con la mirada puesta en las elecciones europeas de 2024. Es cierto que Vladímir Putin ya no provoca hoy las unanimidades de antaño entre los extremistas que buscan desestabilizar las democracias.

El balance sangriento de la invasión de Ucrania ha provocado una división entre los partidos de extrema derecha que eran su principal aliado para dividir y de polarizar las sociedades europeas. Hoy, Putin ya no cuenta con Silvio Berlusconi al frente del Gobierno de Italia y Georgia Meloni, consciente de que cualquier asociación con él resulta tóxica, no ha dudado en denunciar su "falsa narrativa sobre el conflicto de Ucrania" en una reunión del G7. Un giro semejante ha llevado a cabo Santiago Abascal, pese a las simpatías que Putin despierta en las bases de Vox por su talante autocrático, homófobo y transfóbico. 

Tras casi 500 días de guerra, la injerencia del Kremlin en la política española ha cambiado de orientación. Putin ya no busca adhesiones que solo compran algunos oficiales franquistas, los seguidores de Hazte Oír y nostálgicos de la Unión Soviética dispuestos a descargar en la OTAN todos los males del planeta. Ahora, busca dividir, tensar las cuerdas de las democracias europeas y provocar desde dentro el estallido del pacto que llevó a la creación de la UE. Desde donde sea. Desde la derecha o la izquierda. Apoyando a todos los aláteres del 'cuanto peor, mejor'.

De ahí la importancia de las elecciones del 23J, pues un cambio de ciclo en España sería la mejor de las noticias para él. Al líder ruso no le importa tanto quién vaya a ganar, pues el atlantismo de Alberto Núñez-Feijóo esta fuera de toda duda. Le importa que el país quede partido por la mitad, polarizado, debilitado. Tampoco le importaba la suerte de Catalunya, y sus intentos de intervención durante el 'procés', denunciados por el Parlamento Europeo, no tenían otro objetivo que desgastar España y la UE.

400 cibersoldados

"Hemos intervenido y vamos a seguir haciéndolo", dijo Yevgeni Prigozhin, cuando todavía era más conocido como el 'chef' del Kremlin que como el líder de Wagner. Lo dijo desde San Petersburgo, donde había financiado una granja de trols con unos 400 cibersoldados encargados de llevar la desinformación a los cuatro continentes, en función de los intereses rusos.

Es probable que, con el fracaso de su reciente intentona, la granja –que ya quedó afectada por el Cibercomando de Estados Unidos– haya dejado de operar. Pero, como en la mitología escandinava, los trols no descansan. Los éxitos que cosecharon en Estados Unidos, y en el Reino Unido a favor del Brexit, harán que Putin reagrupe unos servicios de desinformación necesarios para su supervivencia. Es lo que ha concluido el Parlamento Europeo advirtiendo, recientemente, que "la injerencia extranjera en los procesos democráticos supone una creciente amenaza para los estados miembros y la UE".

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