Ágora
Joan Ignasi Elena

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Conseller de Interior

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Ocupaciones: desmontemos mitos

El mejor antídoto contra la extrema derecha son los datos. Barcelona concentra el 9% de las ocupaciones de toda España, no el 40%

'El Kubo' y 'La Ruïna', dos inmuebles okupados desde hace años junto a la Bonanova de Barcelona

'El Kubo' y 'La Ruïna', dos inmuebles okupados desde hace años junto a la Bonanova de Barcelona / Jordi Cotrina

Hace unos días se hacían publicos nuevos datos sobre las cifras de ocupaciones de inmuebles en el Estado español y en Catalunya, con noticias positivas: en ambos países, el volumen de ocupaciones se ha reducido prácticamente un 12% entre enero y abril de este año.

A pesar de la tendencia positiva, las formaciones políticas de derecha y extrema derecha han intentado manipular de forma mezquina el debate sobre las ocupaciones con el único objetivo de arañar cuatro votos. Durante la campaña de las elecciones municipales, utilizaron el caso de dos casas ocupadas en el barrio de la Bonanova, intentando agitar la paz social en plena campaña electoral. La realidad es que hace semanas que ante los dos edificios no hay ni un solo coche de policía. No es que el problema haya desaparecido, sino que no existía.

En efecto, hemos oído a candidatos del unionismo españolista decir auténticos disparates sobre las ocupaciones. 'Fake news' de manual. Eva Parera, por ejemplo, decía que "Barcelona concentra el 40% de las ocupaciones en todo España". La cifra correcta es el 9%. Anna Grau, por su parte, aseguró que "1.600 familias en Barcelona vieron ocupadas sus casas el año pasado". La realidad es que solo 27 ocupaciones fueron en viviendas de uso habitual, mientras que 1.253 fueron en pisos vacíos. Resulta paradigmático que ninguna de las dos formaciones políticas haya acabado obteniendo representación en el consistorio, hecho que les tendría que conducir a una profunda reflexión.

Tendencias

Ante la avalancha de desinformación a la que nos han acostumbrado la derecha y la extrema derecha, conviene poner sobre la mesa algunas realidades. El año pasado, el 97,7% de las ocupaciones de inmuebles fueron en viviendas vacías. La tendencia es similar esta primera mitad de 2023, con un 95% de ocupaciones en inmuebles no habitados. A la vez, cuando se produce una ocupación en un piso de uso habitual (ya sea una primera o una segunda residencia), la actuación policial es inmediata. El mejor antídoto contra la extrema derecha son los datos, y por tanto, conviene difundirlas por todas partes para desmontar sus relatos ficticios.

Más realidades: el fenómeno de las ocupaciones no va al alza, sino al contrario. En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, se ha reducido un 16% los últimos tres años, y el año pasado registró la cifra más baja desde 2017. La tendencia, en proporciones diferentes, es la misma que en el resto del país.

Según las encuestas, además, las ocupaciones no figuran en ningún caso como una preocupación significativa para la ciudadanía de este país. En los tres últimos barómetros del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) aparece como una preocupación para entre el 1,7 y el 2% de la población. Los catalanes y catalanas destacan ocho veces más el conflicto entre Catalunya y el Estado. Nuevamente, según qué partidos deberían de tomar buena nota.

Realidades aparte, es importante abrir el debate sobre la tipología de ocupaciones. Por un lado, encontramos las de carácter social efectuadas, de forma muy mayoritaria, por familias vulnerables que no pueden acceder a una vivienda mientras los 'fondos buitre' tienen miles de pisos vacíos de forma vergonzante. Hay que tener claro que la solución en estos casos tiene que ser social, no policial.

Donde hay que ser muy contundentes es en las ocupaciones ligadas a actividades delincuenciales, como por ejemplo al narcotráfico de marihuana, detrás de las que muy a menudo hay mafias organizadas. El Gobierno español tiene que liderar urgentemente cambios legales en este ámbito. Es inverosímil que tenga la misma pena una persona vulnerable que pincha la luz porque no la puede pagar que alguien que lo hace para cultivar una plantación de marihuana.

A pesar de que en porcentajes es claramente minoritaria, las ocupaciones delincuenciales se tienen que combatir con toda la fuerza política, legal y discursiva. Es el mejor antídoto contra la intoxicación de la derecha y la extrema derecha. Ante una posible oleada reaccionaria en el Estado, Catalunya se tiene que blindar más que nunca como garante de derechos y libertades, y tendrá que ejercer como un dique de contención contra la manipulación, el odio y las mentiras.