Ágora | Artículo de Ferran González Monge

Aniversario en el Paral•lel

Hace 80 años, en un panorama rancio de posguerra, Los Vieneses sacudieron el teatro musical español

Herta Frankel

Herta Frankel

Ferran González Monge

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A las 10.15 de este domingo, hará 80 años. Ochenta años de un hecho que sacudió el particular universo del Paral•lel, y, por extensión, de todo el teatro musical español. Este domingo hace exactamente 80 años que los que después se conocerían como Los Vieneses estrenaban en el desaparecido Teatro Cómico de Barcelona la revista ‘Todo por el corazón’, su celebrado éxito ‘Alles fürs Herz’ paseado previamente por toda Europa. La prensa lo anunciaba así: “Espectáculo aclamado por 5.000.000 de espectadores”. A partir de aquí, el delirio.

El Paral•lel de posguerra tenía muy poco que ver con el ‘Broodway catalán’ de las primeras décadas del siglo. La guerra, como casi todo en España, lo había convertido en una caricatura de su pasado. Y en aquel panorama raquítico y rancio aterrizaron unos artistas extranjeros (en aquellos tiempos de aislamiento esto solo ya era un acicate) que presentaban un espectáculo fastuoso, lujoso, innovador… pero sobre todo milimétricamente bien hecho. La vacua e hiperbólica prensa de aquellos días agotó el incienso y retorció el lenguaje para encontrar sinónimos laudatorios. Y así sería durante dos décadas.

Aquella compañía comandada por Arthur Kaps y Franz Joham había nacido en medio de la convulsa Europa germánica. Kaps se inició profesionalmente en la dirección de teatro clásico, para pasar después al cabaret y al espectáculo frívolo. Seguramente en el mítico Moulin Rouge de Viena (anterior a su homónimo parisino) conoció a un joven Franz Joham con el que en seguida congeniaron. Joham iba para electromecánico pero el veneno de las tablas le pudo. Pretendió interpretar a Schiller, pero sus esfuerzos dramáticos provocaban la hilaridad del público: puesto que hacía reír, optó por tomárselo en serio. Se hizo cómico. Trabajó de todo en los teatros rurales de Checoslovaquia y volvió a Viena. Allí, además de enamorarse de su compañera Roszi Von Bischoff, con quien se casaría en una ‘tournée’ de la compañía en Amsterdam, sintonizó rápidamente con el genio Kaps y formaron una pareja de hecho que solo separó la prematura muerte del vienés.

La nueva compañía nació en Graz un 25 de julio de 1934. Y empezó con mal pie. En el entreacto la policía suspendió la representación: acababan de asesinar al canciller austriaco Engelbert Dolfuss en un fracasado ‘pustch’ nazi. A partir de ahí la Producción Kaps-Joham o Wiener revue o Die Wiener Spielzeugschachtel, que así se hacían llamar, se lanzó a la conquista de Europa: Rumanía, Suiza, Alemania, Bélgica, Italia, Francia, Holanda, por lo menos. Hasta el 39, cuando estalló la Guerra Mundial, y pusieron pies en polvorosa.

En los años 60 la compañía de Kaps y Joham saltó a la incipiente TVE, donde multiplicó su leyenda

Lo hicieron hacia España, previo paso por la Italia de Mussolini. En el 40 y en el 41 cine y teatro en Milán, Roma, Turín, Venecia. En mayo del 42, Barcelona. Llegan contratados por el músico y empresario Jacinto Guerrero, que se había aliado con el también músico José Juan Cadenas para alquilar el Cómico. Debían actuar aquí y en el Coliseum de Madrid, propiedad de Guerrero. Y de allí por toda España: 47 provincias, según balance de Joham. Siempre con un éxito arrollador: hubo quien vio sus revistas 10 veces. En el 44 se pelearon con Guerrero, acabaron en los tribunales, tuvieron que pagar medio millón de pesetas, ¡de aquellos años!, y se pasaron a un remozado Español. El secreto del éxito, además de la simpatía de Joham: la originalidad, la calidad, el ritmo endiablado y preciso, la profesionalidad de todos los actuantes, la innovación… Y es que, por ejemplo, abolieron los decorados de papel, en ‘Leyendas del Danubio’ colocaron una piscina real en el escenario, en ‘Viena es así’ una pista de hielo o en ‘Melodías del Danubio’ unas fuentes reales, obra del creador de las fuentes de Montjuïc. A partir de los 60 saltaron a la incipiente TVE, donde multiplicaron su leyenda y, posteriormente, a la gestión del Scala Barcelona. Kaps, por pocos meses: murió a los 62 años. Joham continuó en el teatro, Herta Frankel con sus marionetas por Europa y Gustavo Re en el cine y el teatro. Todos ellos protagonistas de un fenómeno singular que sin duda tuvo en el sesgo político unos condicionantes particulares. Lleno de evidencias, pero no de certezas. Pero de eso, quizás, hablemos otro día.

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